Si los catalanes nos acobardamos, España nos machacará.
Si somos valientes dentro de un año estaremos viviendo en la República de Catalunya. Un nuevo Estado moderno, trabajador, productivo, sin corrupción, democrático y con una Constitución redactada por el pueblo.
Lo "otro" significaría el fin de la identidad catalana. La fallida transición con la democracia de baja intensidad española ha convertido la nación catalana en residual. País Vasco, Navarra, Canarias y la colonias de Ceuta y Melilla poseen singularidades que Catalunya jamás podrá tener. Incluso Andalucía y el País Valencià tienen en sus nuevos estatutos artículos que el constitucional tumbó en Catalunya.
Dicho de otra manera, Catalunya es una suerte de "La Rioja", o de Cantabria...
Nuestro peso en las poquísimas reuniones regionales vale lo mismo que Murcia.
Repito, España nos ha convertido en una "comunidad del régimen común" a la que se le puede insultar, despreciar su idioma y robar 16.000 millones de euros al año...
Solo confío que, si gana el derecho a existir, los que pierdan sepan hacerlo. De la misma manera que los catalanes llevamos siglos subyugados a España, confío en que los que no estén a favor de la independencia se unan al nuevo proyecto. Que acepten la decisión de la mayoría.
Y recordar que la relación que tendrá Catalunya con España y con los españoles será la que el gobierno español decida.
Podemos ser Estados amigos o enemigos. Pero, si deciden la confrontación continuada, será un flaco favor a los que mantengan el pasaporte español y sigan viviendo en Catalunya. Los países se rigen por la reciprocidad...
VISCA CATALUNYA LLIURE!
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