REVELACIONES PARA UNA NUEVA ERA – Mattew, Suzanne Ward

*se centraron en que creyésemos en la mentira: muerte en cruz y resurrección. Esto mismo es lo que hicieron con mensajeros enviados anteriormente a él, como Krishna o Mitra

VIDA, AMOR Y LUZ

Vida, Amor y Luz, son las verdaderas fuerzas que anunciarán otra Edad de Oro sobre la Tierra. La profecía “Mil años de Paz y Buena Voluntad sobre la Tierra” no es sino un efecto secundario de estas tres causas primarias. 

El milenio largamente esperado está más cerca de lo que tú crees. Cada individuo sobre la Tierra tiene una tarea muy importante que realizar ahora mismo: intentar cada uno restaurar la armonía en su propia mente, cuerpo y alma, reconociendo la Naturaleza Universal de la VIDA, AMOR y LUZ. El próximo paso es vivir actualmente de acuerdo con estos tres principios en lo más alto de tu entendimiento. Esto producirá automáticamente un entonamiento y armonía con todas las leyes naturales, ya que ellas no son sino manifestaciones secundarias de los tres principios primarios. Esto puede ser de alguna manera extraño y difícil de realizar al principio, pero se tornará más fácil y más satisfactorio mientras persista en vivir desde el centro del alma. Entonces la armonía de tu Planeta, en conjunto, será restaurada y la Tierra entrará en su propia Era de PAZ, PODER y PLENITUD.

Es parte del PLAN CÓSMICO que cada alma debe ascender al reino del SOL (EL GRAN MUNDO BRILLANTE) por la maestría sobre las condiciones negativas de cada planeta físico. Esto es llamado el “dominio” del espíritu sobre la materia. No es este de ninguna manera un proceso violento, sino más bien una serie de pasos graduales mediante los cuales el hombre comienza su ascensión (Gran viaje Cósmico) en el último peldaño de la ESCALERA (sistema planetario), y progresa lentamente de planeta en planeta hasta que alcanza la parte superior de la escalera.
Hermes Mercurius Trimegistus, uno de los doce grandes maestros de la humanidad de la Tierra, enseñó esta misma verdad cuando dijo: “para conocer el pensamiento divino, ¡oh alma!, debes descender y penosamente ascender los senderos de los siete planetas y sus siete paraísos”.