El 18 de octubre China le pondrá fin al Dólar y los Rothschild lo confirman

Los cambios siempre son vistos con recelo por el común de la gente, no por nada aquel viejo refrán que dice: más vale viejo conocido que nuevo por conocer, refiriéndose a la conveniencia de permanecer en un viejo orden de cosas que enfrentarse a uno nuevo, aunque el viejo orden este ya obsoleto e ineficiente.

También hay mucha gente que prefiere vivir en el pasado, en su relativa comodidad, a aprender o adaptarse a una nueva situación, ya sea esta de tipo personal, social, tecnológica o económica; por eso es que muchos viven de sus recuerdos, o bien no quieren deshacerse de sus viejos aparatos electrónicos o vetustos muebles.

Así lo definía Maquiavelo:

No hay nada más difícil de emprender, más penoso de conducir o más incierto en su éxito que introducir un nuevo orden de cosas, porque el innovador tiene como enemigos a todos aquéllos que han prosperado en la vieja situación y sólo como tibios defensores a los que pueden beneficiarse de la nueva.

Y es que sí; la oposición a los cambios siempre es fuerte, es como querer romper el estado de reposo de un cuerpo: el primer empujón siempre es el más difícil, pero una vez en movimiento el cambio es progresivo.

La muerte del nuevo orden mundial anglosajón

Y esta situación es bastante clara cuando se habla del viejo orden internacional implantado después de terminada la primera guerra mundial, y afianzado después de concluida la segunda guerra mundial. Ese viejo orden, más comúnmente conocido como “el nuevo orden mundial”, se logró gracias a la subyugación del espíritu guerrero de la vieja Alemania y su sometimiento al nuevo orden mundial. 

Pero ese orden establecido por Washington, y sus vasallos de la unión europea y la OTAN, está llegando a su fin; y eso es lo que causa gran preocupación en algunos y mucho recelo en otros.

Mucha gente no concibe un mundo libre del Dólar estadounidense, púes toda su vida han vivido en un mundo donde la moneda norteamericana se ha impuesto como única moneda de reserva mundial, como la única divisa utilizada como medio de pago en el comercio internacional. 

Este mundo dolarizado se logró gracias a la primera y segunda guerras mundiales, pues los enemigos de un mundo unipolar, como la misma Alemania y Japón, fueron derrotados y sometidos a la voluntad de Washington. Toda Europa sufrió las consecuencias de la guerra, así como casi toda Asia; por eso las grandes potencias pre guerras mundiales, como Alemania, Japón, Francia, Inglaterra, etcétera, tuvieron que ser reconstruidas con la ayuda de….claro está, Washington. Y es así como tuvieron que aceptar las condiciones de EEUU para ser auxiliadas mediante préstamos “preferenciales” de los grandes bancos estadounidenses e ingleses. 

Hay que recordar que los EEUU solo entraron a la guerra al final de la misma, cuando ya las tropas soviéticas estaban por entrar en Berlín. Pero claro, ellos se beneficiaron enormemente de la guerra, pues prestaron dinero a ambos bandos, así mismo, les vendieron armas y, además, ellos no sufrieron las consecuencias de la guerra pues la guerra sucedió lejos de su territorio y, por lo tanto, no sufrieron daños en su economía y en sus ciudades. Así que, para los estadounidenses aquello fue un negocio redondo que les permitió establecer su “nuevo orden mundial” bajo el paraguas de instituciones internacionales de crédito bajo el control de Washington, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Además, esta situación les permitió diseñar la economía mundial a su antojo. Así, impusieron el dólar como única divisa de reserva mundial, como la única moneda que podría ser utilizada en las transacciones comerciales internacionales, principalmente de materias primas, como el petróleo y gas. Así mismo, eliminaron el patrón oro para así no tener restricciones en cuanto a cuantos dólares podían imprimir sin dar cuenta de ello a nadie. Imprimieron dólares como locos, inundaron el mundo con su moneda, y todos la tenían que aceptar pues de lo contario se enfrentarían con toda probabilidad aun golpe de estado, a una “revolución”, a una “primavera” o, en última instancia, a una invasión armada en toda forma de Washington y sus esbirros, como le sucedió a Irak, Libia y Afganistán.

Así que, el verdadero poder de Washington no está en su ejército; No, su verdadero poder está en el Dólar; y si el Dólar cae, los EEUU caerán también.

Y sí su poder está en el dólar, no tienen más que hacer que imprimirlos para poder construir más armas, pagar más soldados, pagar más mercenarios, comprar políticos corruptos y destruir naciones. Y eso es así por que no tienen que respaldarlo con nada, solo con el poder de las armas. Además, pues como todo el mundo quiere dólares, pues aceptarán más dólares a cambio de sus riquezas, de sus recursos naturales, de su trabajo, etcétera; pero el día que la gente comience a rechazar el dólar, ese día el poder de Washington se desmoronará como un castillo de naipes.

Y todos esos dólares que han imprimido hasta ahora serán su ruina, pues si el dólar no se ha devaluado hasta ahora es porque su demanda es mucha, pero el día que esa demanda decaiga, el valor del dólar será cero. Y ese día está por llegar.

Todos esos dólares que hoy atesoran las personas y las naciones pronto no valdrán nada, y los únicos que estarán obligados a aceptar dólares como medio de pago por sus productos serán los estadounidenses; así que entonces nadie querrá hacer negocio con ellos, pues sus dólares ya no valdrán nada. Los EEUU tendrán que pagar en otra moneda que no sea el dólar, y su dólar no servirá más qué para limpiarse el trasero; entonces habrá una hiperinflación en Estados Unidos como jamás se ha visto en el mundo, ni siquiera en la Alemania de Weimar. 

Su deuda será impagable, pues ya nadie querrá sus dólares como medio de pago. Entonces se verán en una grave crisis económica pues los intereses de la deuda se los comerán por que la tendrán que pagar en moneda extranjera.

Pero como vuelvo a repetir; el hombre de hoy no concibe el mundo sin el dólar, al menos no el ciudadano común, el de a pie, al que no le interesan estos temas de geopolítica y economía, pero sin embargo, estos temas son trascendentales y marcarán sus vidas por muchos años.

La explosión de la burbuja financiera en Wall Street

La revista The Economist en su último numeró ya nos alerta sobre esto. No hay que olvidar que esta revista es la portavoz de la elite bancaria anglosajona estadounidense y judía, es de la familia Rothschild. Su portada la titula así:

Mercado bursátil en todo lo alto ¿Es hora de preocuparse?

En dicho medio nos advierten que la burbuja alcista bursátil de Wall Street está a punto de reventar y que es hora de vender en corto para obtener las mayores ganancias posibles.

Si todo el mundo hace caso a esta revista sin duda se desatará una avalancha de ventas de acciones súper valoradas como lo son las de Apple, Uber, Amazon, Google, Tesla, Facebook, Etcétera; es decir, de todas las tecnológicas estadounidenses y de las llamadas starups. Esto, sin duda, provocará una caída estrepitosa en el precio de las acciones de esas empresas y su subsecuente quiebra y, por lo tanto, una enorme crisis financiera en Estados Unidos que se extenderá rápidamente a todo el mundo.

Ya antes había hablado sobre el tema, en los videos donde hablaba de las starups y de lo supervaloradas que están sus acciones en bolsa en estos momentos. Dichos artículos, y su correspondiente video, los titulé así:

La explosión de la burbuja financiera de las Startups, la caída de EEUU y la destrucción del Dólar

Tesla, Uber y Apple, la próxima burbuja financiera a punto de explotar

Pero aunque dichos videos tuvieron pocas visualizaciones, entonces ya anticipaban lo que ahora la revista The Economist nos confirma: la burbuja financiera está a punto de estallar; pero con la reciente publicación de la revista lo hará más rápidamente.

Pero no solo esto les debe preocupar a los estadounidenses, y en general a todos, pues además de lo que dice la revista The Economist hay un problema mayor que se les viene encima a los norteamericanos y que acabará definitivamente con el dólar, y me refiero a la presentación por China, este 18 de octubre, de los contratos a futuros de petróleo y gas denominados en yuanes-oro. Este será el último clavo en el ataúd del dólar; será su némesis.

No por nada en más de una ocasión Donald Trump se ha pronunciado por la posibilidad de que Estados unidos no pague su deuda pública.

Así mismo, el economista, Peter Schiff, ha advertido en más de una ocasión que EEUU va caer en default, es decir, en moratoria de pagos de su deuda externa como única posibilidad de impedir un colapso abrupto y total de la economía estadounidense. También baraja la posibilidad de que la FED colapse intencionadamente el dólar de manera inesperada para así evitar el colapso de los bonos del tesoro estadounidense; esto es, imprimir dólares de manera masiva para comprar esos bonos y así evitar el impago de la deuda pública. Pero esta última posibilidad es muy improbable pues la intensión declarada de la FED es la acción contraria, es decir, la reducción de la hoja de balance de la institución, o en otras palabras, vender los bonos del tesoro estadounidense en su poder.

Premio de consolación para la UE

Un premio de consolación que le otorgó la elite a la Unión Europea fue admitir su moneda comunitaria, es decir, el Euro, como moneda alternativa de reserva internacional, pero con cotas de mercado muy inferiores a las del Dólar; y eso quedó bastante claro pues cuando el ex presidente iraquí, Sadam Hussein, quiso vender el petróleo del país en euros, fue invadida su patria y asesinado él bajo el pretexto inventado de la posesión de armas de destrucción masiva. Con eso quedaba demostrado que los EEUU no admitirían la competencia del Euro al Dólar.

Si los EEUU permitieron la creación de la Unión Europea, es más, la impulsaron, y la creación de su moneda común, el Euro, fue para impedir que se sublevaran las naciones europeas al orden internacional establecido por Washington. Pero lo que no les dicen es que la misma Unión europea es una creación de las mismas elites que controlan Washington y Wall Street, así como la City de Londres; no por nada el presidente del banco central europeo es un ex Goldman Sachs, es decir, un empleado de los Rothschild