RITUAL DEL DESPERTAR -2 (LA LEY DE LA GRACIA)

MADRE DIVINA - RITUAL DEL DESPERTAR -2 (LA LEY DE LA GRACIA)

 Las aguas de la Gracia se derraman sobre la tierra, tierra fértil. El poder creador encuentra el suelo receptivo y produce frutos, frutos bellos, frutos sabrosos que extirpan el hambre, que disuelven la escasez, ratifican la abundancia y manifiestan la riqueza.

Bendiciones y paz, hijas e hijos de mi útero sagrado. Mi voz se eleva desde la malla cristalina de la Tierra, desde el núcleo original, mi llama central arde, pero hoy en este Ritual del Despertar que celebra la Ley de la Gracia, mi voz se dirige a ustedes partiendo de mis templos sagrados en el interior de la Tierra.

Cada templo intraterreno que venera el misterio del espíritu oculto de la vida planetaria, cada llama encendida en cada altar es la representación tangible de mi presencia omnipresente, omnisciente, omnipotente. Cada fuente que brota y que canta en el correr de sus aguas es el canto tangible de mi voz que nunca calla, que nunca cesa.

Las voces que se elevan en estos templos interiores, aquellos en los que sus hermanos y  hermanas mayores guardan los tesoros de su sabiduría, su herencia, mi presente para ustedes; sus voces resuenan en las bóvedas de estos templos. Este es el Aire, el soplo de mi alma, el viento que lleva mis bendiciones y las esparce por el mundo. Bajo sus pies, firme, fuerte y fértil está la Tierra. Las paredes de estos templos son mis huesos, son mi carne. Cada bendición, cada acto de expresión del amor divino es absorbido por mi carne y es reverberado por todo mi cuerpo.

Es desde dentro de estas joyas, es desde mis aposentos más íntimos que hoy mi voz se extiende a sus corazones y a sus oídos, porque estos templos son la expresión de mi Gracia. La Gracia que se manifiesta como resultado natural, espontáneo e interdependiente con la Ley del Potencial. Planetariamente, así como el núcleo cristalino de la Tierra, el corazón ardiente y líquido de mi forma representa el punto Laya, aquel punto cero, el potencial primordial, puro, inagotable de vida, amor y luz.

Así también esa malla cristalina representada por los templos intraterrenos bajo sus pies, dentro de sus corazones, la morada de la Fraternidad Planetaria, mis más fieles siervos en este planeta; ahí está la manifestación de la Gracia. Es esta malla la corporización de la Gracia divina que fluye de mi corazón, donde reside el inagotable potencial del ser.

Hoy los invito a contemplar durante los próximos días, hasta nuestro próximo encuentro, hasta el siguiente retumbar de los tambores, que marcan las celebraciones estacionales de impulsos cósmicos, solares y planetarios, para el despertar de la vida de este planeta hacia un nuevo nivel de conciencia y expresión. Yo los invito a contemplar la Ley de la Gracia.

La Gracia es mi canto, la Gracia es mi risa. La Gracia es la alegría y la levedad de aquel que sabe que no hay nada que temer. Al reconocer vuestro potencial ilimitado, lo que fluye de este reconocimiento es Gracia, que abre las compuertas de mis bendiciones, de mi poder, de mi amor, de mi compasión.

Son ustedes mis manifestaciones, manifestadas tangiblemente sobre este mundo, son la manifestación de mis brazos, mis piernas, son mi voz. Son también el Fuego que arde y que calienta el mundo oscuro de la materia que se cree separada.

Vengan, hijos e hijas, beban del agua que fluye en el corazón de la Tierra. Vengan, abran sus corazones también, regados por donde esta agua pueda correr. Sean ustedes canales de la malla cristalina interior del planeta. Sean también siervos de la Fraternidad universal, embajadores de la paz cósmica, trovadores del amor divino. Dejándose quemar y arder en esta hoguera.

Ah, esta hoguera que arde y que quema, arde y quema, arde y quema. Arde y quema. Déjense  arder y quemar en la hoguera de esta Gracia, que es también fluir del Agua. He ahí el misterio: el Agua y el Fuego completamente unidos en su baile ancestral y atemporal. Reconozcan este baile que se produce continuamente en este planeta en su favor.

Ahora, también los invito al reconociendo del potencial interior, a que reconozcan la Gracia que brota de su propio corazón. La vida es un espejo, un espejo de sí misma. Fases que se reflejan mutuamente de forma infinita y cíclica de los planos más elevados, de los reinos puros hasta las manifestaciones más densas, diferenciadas de las entidades más groseras, todo eso es un proceso del reflejo del amor y de la verdad, de la luz y de la compasión.

Ustedes son el espejo de la verdad atemporal; son también el espejo de la realidad relativa universal. ¿Cómo no habría de estar ahí en su centro ígneo el Punto Laya? ¿Cómo no habría de estar ahí la fuente de todo el potencial inagotable de la vida, del amor y de la luz? ¿Cómo no podría estar ahí también la malla cristalina de la Fraternidad Planetaria impresa en vuestro cuerpo y que es el manar, el fluir de la Gracia?

Yo me manifiesto hoy como la Madre de la Gracia, cuando el brillo de mis ojos, que es la luz del sol iluminando el planeta; cuando el sonido de mi voz que es el soplar del viento en las hojas de los árboles, el canto de los pájaros, vuestra respiración también; entonces el Fuego de mi corazón es el intelecto ágil y también la devoción intrépida que arde  interiormente; cuando la tierra de mi tierra es la carne. Entonces, ¿cómo no ser las flores de mi jardín? ¿Cómo no ser también ustedes la Madre de la Gracia?

Yo me manifiesto como la Madre de la Gracia para recordarles la Gracia de la que son partícipes, de la Gracia de que pueden ser el canal, de la Gracia de la cual pueden ser la manifestación y el testimonio. Esta Gracia libera los poderes de curación, esta Gracia libera los poderes de sabiduría, esta Gracia libera los poderes de servicio.

Hijos e hijas, reconociendo ese potencial, abran espacio para que la Gracia se manifieste. Dejando de lado la pequeña voluntad, los pequeños deseos, la visión particular y restringida de cómo la vida debe ser, de cómo su experiencia debe manifestarse, pasen a reconocer lo que es  manifestación de la Gracia. Ahí está el poder transformador que pueden  ejercer sobre la realidad del mundo.

A menudo, mis niños confunden su poder transformador con la idea de que la acción individual, limitada de su propio ego, ésta noción pasajera y onírica de ser algo, como si esto pudiera transformar el mundo, para que entonces el mundo atendiera las necesidades y cuestiones particulares de este yo onírico. No es de este poder de Gracia de lo que hablo.

Yo me manifiesto como la Madre de la Gracia para recordarles la gracia de que sois partícipes, de la gracia de que podéis ser el canal, de la gracia de la cual podéis ser la manifestación y el testimonio. Esta Gracia libera los poderes de curación, esta Gracia libera los poderes de sabiduría, esta Gracia libera los poderes de servicio.

La gracia de que hablo les permite transformar y transfigurar el mundo que se presenta ante ustedes tal cual es, al percibir la esencia y al acoger el carácter relativo, temporal, efímero de su apariencia.

La apariencia del mundo es mi cara kármica - la instructora del dolor, la instructora del placer. La apariencia del mundo es perfecta tal cual es, pues hace dormir a los que duermen y ayuda a despertar a aquellos que despiertan. No hay ningún error en la apariencia del mundo, a no ser vuestra resistencia en aprender la lección que esta madre les enseña.

De hecho es su posición que determina si la apariencia del mundo llega hasta ustedes como elemento anestesiante y entorpecedor, o como elemento que los despierta, les impulsa a ir hacia adelante y les hace seguir adelante, más profundo, más adentro. Es vuestra posición que determina esto y esta posición forma parte de su potencial. Es al reconocer su potencial que hace posible transformar su posición delante de la vida. Y esto, al transformar la forma en que perciben y se relacionan con el mundo, es la propia Gracia.

Entonces, sus potenciales insospechados se manifiestan en este mundo como él se presenta. Ustedes pasan a percibir la apariencia relativa del mundo tal cual es (efímera, relativa, pasajera) sin ninguna aspiración de que esta apariencia sea perfecta como la perfección que el ego quiere. Reconociendo que esta apariencia es perfecta, porque sí, es la expresión de la armonía -la ley de armonía que se manifiesta como la ley kármica para los seres ignorantes.

Esta ley es la justificación por la cual el mundo aparece como aparece, pero es su visión que puede determinar si esta apariencia viene a dormirlos o si viene a ayudarlos a despertar. Es en esta apariencia, que la aparición efímera de sus potenciales ilimitados también encuentra expresión y lugar de aplicación. Aquí es donde su compasión debe ser activa y salvadora. Es aquí donde su inteligencia debe ser sagaz y penetrante. Es aquí también donde su sabiduría debe brillar e iluminar a todos los seres, siendo como un faro que desde las márgenes del otro lado ilumina el camino de los navegantes, atrayéndolos hacia el puerto seguro de la completa y definitiva liberación de la ignorancia.

Gracia. Gracia es el Agua que les hace fluir con la vida en el mundo como quiera que le parezca ser. Gracia también limpia vuestros ojos para ver el mundo como de hecho él es: la exhibición luminosa y mágica de la mente pura e iluminada; o si quieren, la exhibición luminosa y mágica de la Madre Ancestral Primordial, pues esta Madre es la sabiduría, ella es también el Padre, compasión ilimitada e incesante.

Testifiquen mi gracia en vuestro interior, aquí en este mundo como lo perciban. No importa, no importa cómo vean la apariencia del mundo. Mi invitación es simplemente para que ustedes abran allí un espacio de transformación de su posición y reconocimiento de la Gracia. Dejen fluir las aguas que yo derramo sobre ustedes, de esta lluvia de bendiciones refrescante, nutritiva. Sean solos fértiles que absorber el agua de mi Gracia producirá frutos que alimentarán a los seres, matando su hambre, matando su sed, hambre y sed de sabiduría.

Los  invito durante este período a que se conecten con los templos interiores de la Tierra, estos puntos que están construidos de cierta manera sobre mis chakras. Pero no como una realidad condicionada fuera de ustedes, ni como un lugar tangible hacia el cual huir, porque ni este lugar sería el refugio definitivamente seguro - no se engañen en cuanto a esto! Mi cuerpo es impermanente, mi cuerpo también es efímero.

Los templos interiores de la tierra cumplen un papel y una función temporal, no pueden ser tomados como los refugios últimos. Sólo la presencia primordialmente iluminada, jamás condicionada que es la verdadera cara aquí y ahora, que no es reconocida, esta presencia es refugio definitivamente seguro. Sin embargo, esta red de templos que son como perlas incrustadas en mi manto, en mis vestiduras, esos templos son sí repositorios y depositarios de los tesoros de mi sabiduría y también de las Aguas de mi Gracia.

Conectad con estos templos, sin la necesidad de conocimiento intelectual específico, separador y discriminatorio. Mucho más que los templos que se encuentran en su propio cuerpo, que es la representación fractal de este planeta; cada templo intraterreno encuentra resonancia en uno de sus innumerables chakras. No sólo los centrales, aquellos que están esparcidos por casi cada  de las célula en su cuerpo. Reconozcan allí las moradas interiores, los templos sagrados donde las deidades supramundanas y mis siervos mundanos celebran y cantan, sirven y protegen la sabiduría, y sostienen el reverberar de la voz de la sabiduría. Celebran dentro de su cuerpo, dentro de su cuerpo celebren su respiración, dejen fluir la Gracia, sean canales de mi Gracia.

Si inspirados por el servicio que sus hermanas y hermanos mayores desempeñan en el interior de la Tierra tangible, ustedes también aspirarán a ser canales de esta Gracia para sus hermanos y hermanas, aquellos que están cerca y lejos, a todos aquellos con los que ustedes mantienen algún nivel de conexión. Eventualmente el fluir de la Gracia de su corazón se expandirá y abarcará todo el universo visible e invisible y entonces su potencial estará actualizado.

Yo los envuelvo con esas Aguas, los envolví en el canto de esta celebración y busco encender en vuestro pecho esta llama.

Yo los amo. En Gracia, en la Gracia y por Gracia