NOS CONVERTIREMOS EN SOLES
Todos los soles poseen jerarquía, y poseen una determinada filosofía; a todos los soles les costó llegar a ser grandes en el Reino de los Cielos, ellos fueron microbios en planetas que ya no están en el espacio, fueron también criaturas de carne, fueron monitos humanos.
Somos producto de las Fuerzas Cósmicas del Universo, porque materia y espíritu son una misma cosa, salidas de un mismo punto del espacio y manifestadas en diferentes libres albedríos.
Lo que no vemos pero sentimos es también materia. Al nacer nuestro cuerpo a la vida posee energías suficientes como para seguir viviendo más allá de la vida misma. No alcanzamos a consumirnos totalmente, siempre queda vitalidad, una vitalidad que es mayor que la que tuvimos en la vida, pues de esta vitalidad saldrá nuestra futura existencia, esta vitalidad fue creada y moldeada por nosotros mismos.
Son nuestras intenciones las que forman esta vitalidad conocida en las Sagradas Escrituras como la sal de la vida.
El divino sol Alfa tiene el número 318 en la Galaxia Trino, pero no es el único, la Santísima Trinidad los sigue produciendo en cantidad tal que jamás podrá calcularse.
El número 318 es el número de la justicia final. El Sol Alfa es el 318avo sol en la jerarquía de los Primogénitos Solares, este número también lo llevamos nosotros, pues todo salió del Sol Alfa de la Galaxia Trino.
Puntos de Luz
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