Seamos sinceros, cuando vas a Suiza o a Alemania (países a los que voy habitualmente) siempre encuentras a Freixenet y a Codorniu en supermercados de barrio, no en las grandes tiendas gourmet...
Tanto una marca como otra nunca han sabido vender bien su producto, una denominación, la del cava, que convive con botellas extremeñas a 50 céntimos. Desde un principio se hizo esa DO para reventar el cava catalán... Algo que no hacen con el vino sí lo hacen con el espumoso... Por eso, varias marcas catalanas dejaron el cava para llamarse DO Clàssic Penedès.
Lo de Freixenet es otro ejemplo que el españolismo fatuo solo consigue destruir a grandes marcas y multinacionales catalanas.
Abertis será troceada entre madrileños e italianos y Freixenet será alemana.
Es increíble como esas empresas no vean que mantenerse en una postura imparcial es lo mejor. España siempre boicoteará a todo lo catalán, pero los catalanes haremos lo mismo con los botiflers...
Aunque hay que ser muy rastrero para abrazar a unos españoles que de manera institucional fomentaron el boicot al cava hace unos 10 años...
Un españolismo que solo conlleva la destrucción de empresas con solera catalana. Traicionar los orígenes llevan a la ruina, aquí y en la República Popular...
Muy bueno lo que dijo el presidente de la Caixa d'Enginyers: "Ni nos vamos, ni nos quedamos, simplemente estamos".
En fin, muy orgullosos no estarán esos burgueses catalanes que ven como desaparece Abertis de Barcelona, ellos siempre tan orgullosos de cohabitar en La Caixa y en Abertis...
Esos despachos con cuadros de Casas, Fortuny, Roca-Sastre...
Esos travestis...
Mala sort...
Y tampoco lo estarán la familia Ferrer-Bonet que ven que, después de125 años, pierden Freixenet...
Vergüenza...
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| En el centro, Bonet, la vergüenza de la familia y de toda una saga. |
Pues eso, el grupo alemán Henkell ha alcanzado un acuerdo para comprar el 50,7% del capital de Freixenet por algo menos de 220 millones de euros (precio de saldo).
Hay que recordar que Henkell ya hace vino espumoso, por lo tanto, no subirá la categoría de Freixenet, pero sí que la hará rentable y con un CEO que no estará pendiente de que le cuelguen medallas en Madrid.
Tanto da dónde esté la sede (los viñedos no se pueden trasladar) pero la noticia es muy buen para la exportación catalana.
¡A POR ELLOS!
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