Los cinco grandes partidos prometen meter mano a las sicavs
en sus programas electorales, y ellas ya están buscando alternativas fuera de
España por si el nuevo Gobierno pasa de la teoría a la práctica
Empezar a hacer las maletas no es mala idea. Por si acaso. Es lo que debieron pensar las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) cuando se pusieron las gafas para echar un ojo a los programas electorales de cada partido. “Se ciernen nubarrones sobre las sicavs”, reconocía el responsable de planificación patrimonial de Andbank en una charla organizada por el Consejo General de Economistas. Fernando Estévez Olleros lamenta los “ataques recurrentes” por parte de formaciones que saben utilizar muy bien un tema tan polémico como este en fechas electorales. “Es normal que este tipo de medidas se anuncien".
Empezar a hacer las maletas no es mala idea. Por si acaso. Es lo que debieron pensar las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) cuando se pusieron las gafas para echar un ojo a los programas electorales de cada partido. “Se ciernen nubarrones sobre las sicavs”, reconocía el responsable de planificación patrimonial de Andbank en una charla organizada por el Consejo General de Economistas. Fernando Estévez Olleros lamenta los “ataques recurrentes” por parte de formaciones que saben utilizar muy bien un tema tan polémico como este en fechas electorales. “Es normal que este tipo de medidas se anuncien".
Una de las más sonadas
es la del PP. En
su afán por garantizar que estas sociedades se usen como instrumentos de
inversión colectiva y nada más, exigirá que solo puedan computar como
accionistas los que tengan una participación superior al 0,55%. Quiere acabar así con los famosos 'mariachis' de los que se rodea un único accionista que
controla más del 90% del capital. Todas las sicavs necesitan contar al menos
con 100 accionistas, un capital mínimo de 2,4 millones de euros y la
autorización de la CNMV. No solo es Rajoy. Los demás partidos también amenazan
con meter mano a este vehículo, lo que "hace pensar en alternativas"
fuera de España. Como Luxemburgo.
Quedarse como están es lo mejor que les puede pasar a las sicav, algo que
parece poco probable si los grupos políticos cumplen sus programas electorales
“Si hubiese una
normativa que perjudicase a las sicavs en España, podríamos plantearnos
alternativas en Luxemburgo”, zanja el portavoz de la banca andorrana. Estas
sociedades están más inquietas que nunca desde que las principales formaciones pusieron el foco en ellas. Quedarse
como están es lo mejor que les puede pasar, algo que parece poco probable
a no ser que el nuevo Gobierno olvide sus promesas electorales en esta materia.
Andbank confía en que los 'retoques' no lleguen hasta el final de la
legislatura. Eso si llegan.
Navarra, un aviso a
navegantes
Otros sí han cumplido
sus amenazas, como Podemos en Navarra.
El partido de Pablo Iglesias dinamitó la fiscalidad de las sicavs como ensayo
de su programa electoral. Allí gobierna junto a Geroa Bai, Izquierda Ezquerra
(IE) y EH Bildu, una coalición que dio a estas sociedades donde más les duele
al dejarlassin tipo único de tributación del 1%. Fijó además más
impuestos para las grandes empresas (del 25% al 28%) como muestra de su
discurso hostil contra los ricos.
Las sicavs tributan al
1% hasta que los accionistas sacan el dinero o perciben dividendos, momento a
partir del cual pasan a tributar al 21% para plusvalías inferiores a 6.000
euros, al 25% entre 6.000 y 24.000 y al 27% las superiores a 24.000. Mientras
que el PP apuesta por regular la participación mínima, el PSOE, Podemos y
Unidad Popular-IU proponen limitar la participación máxima de cada inversor.
Los partidos de
izquierdas proponen limitar la participación máxima de cada inversor
Pedro Sánchez quiere
fijar un periodo máximo de permanencia de las plusvalías acumuladas sin
tributar, una medida que comparte Pablo Iglesias. Ambos también se ponen de
acuerdo en devolver las competencias de supervisión a la Agencia
Tributaria, al igual que Albert Rivera. El líder de Ciudadanos promete promover la
apertura de las sicavs a todos los ciudadanos y no solo a las grandes fortunas.
Está por ver si los
programas electorales se convierten en papel mojado. Hasta entonces, las sicavs
seguirán mordiéndose las uñas sin que llegue a cundir el pánico. Siempre
quedará Luxemburgo.
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