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16 de diciembre de 2016

Todo un golpe de Estado financiero contra el bolsillo de los italianos y los europeos

Quebró la banca italiana



En medio de la nocturnidad de un domingo, con la apatía cómplice de un fin de semana y con el inmoral juego al despiste de la prensa, la UE y el estado italiano deciden, en esta madrugada del lunes, cargar a los ciudadanos las catastróficas pérdidas de la quiebra del 3° banco del país, el Monte dei Paschi de Siena. Y todo su sistema desnuda una fragilidad de arena al borde del colapso generalizado.
Todo un golpe de Estado financiero contra el bolsillo de los italianos y los europeos
El obligado rescate se realizará con fondos del presupuesto del estado (O sea con dinero de los contribuyentes) y con emisión monetaria indirecta del Banco Central Europeo (O sea, con más deuda pública para las futuras generaciones).
Y aún falta por conocer el brutal castigo social a que serán sometidos los ciudadanos que nada tuvieron que ver con este vaciamiento corrupto del sistema bancario, acompañado de una desastrosa gestión y del error de políticas perniciosas para la gente.
Es otra de las tantas y sonadas consecuencias de una atroz y lapidaria política económica de especulación, vaciamiento de la producción, expolio de los patrimonios públicos y castigo a la ciudadanía.
Una consecuencia más de 25 años de deriva y caos financiero provocadas por los centros de poder, en la concentración de riquezas, aplastando a la sociedad con el empobrecimiento generalizado y el chantaje crónico con mensajes de terror y caos.
En el mismo día de este atropello, y cuando se cumple justo una semana del furibundo rechazo electoral y popular a estas políticas, el propio sistema, con directrices expresas de Alemania, nombra por decreto a un nuevo gobierno tecnócrata en Italia, otro más sin pasar por las urnas. Un perfecto calco de continuidad del defenestrado hace casi nada de días. Mateo Renzi sigue al poder, a la sombra, pero con su gabinete mandando.
Una auténtica burla a las voluntades de las urnas
El Monte dei Paschi de Siena es el banco más antiguo del mundo. Fue fundado en 1472 con fondos públicos y con el formato de «Monte de Piedad», el embrión histórico de las que luego fueran las futuras cajas de ahorro, que durante siglos dieron un fundamental soporte al funcionamiento económico de los pueblos.
Durante más de 500 años, estas cajas de ahorro fueron la única alternativa a los usureros y a la prepotencia de banqueros inescrupulosos.  Soportaron guerras, revoluciones, dictaduras, tiranías, genocidios, cambios de modelos económicos y todos los rigores del paso del tiempo. Fueron administradas por todo tipo de personajes públicos y privados, políticos o religiosos, ignorantes o cultos, tramposos o decentes, y entre ellos, los eternos obsecuentes al poder y a la corrupción. Pero sin embargo, las cajas sobrevivieron a todo y a todos durante siglos. Fueron inmunes porque eran «los bancos del pueblo».
Pero llegó LA GLOBALIZACIÓN y acabó con ellas. Se impuso, en el ambiente bancario la repugnante cultura de la avaricia, la tiranía de la especulación, el crecimiento permanente y desesperado, la timba de las inversiones burbujeantes y el abandono de las tradicionales funciones y metas de los bancos.
Ha muerto definitivamente la caja de ahorros más vieja del mundo. O lo que quedaba de ella. Hace poco pasó lo mismo con Caja Madrid, de 300 años de historia. Y el mundo sigue andando. Y la prensa sigue mintiendo.
El sistema consigue así absorber a su más honesta competencia, en un sector donde la honestidad es la gran ausente y a la vez da otra cruel vuelta a la tuerca de la asfixia financiera mundial.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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