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1 de junio de 2017

¿Sabía usted que España prohibe los vuelos de Barcelona a Tokio?


¿Nunca se ha preguntado usted por qué, con la cantidad de turistas que vienen a Barcelona, se ven tan pocos japoneses?

Actualmente, ninguna aerolínea puede volar directamente de Barcelona a Tokio. Así lo establece el convenio bilateral firmado entre España y Rusia en febrero de 2016, al que ha tenido acceso el ARA aunque el ministerio de Fomento no lo ha hecho público (consulta aquí el documento completo)

El consejero delegado de Norwegian, Bjørn Kjos, dijo hace una semana que "es cosa de los políticos" que su aerolínea pueda ofrecer esta ruta desde el Prat. Efectivamente, lo que necesitaría esta y cualquier otra compañía que quiera conectar Barcelona y Tokio es que España renegocie el acuerdo, que establece que solo una aerolínea puede conectar el Japón y España, y que el vuelo sale desde Madrid. Esto siempre que se quiera sobrevolar el espacio aéreo ruso, que es la opción más factible, ya que si se quiere evitar este país la duración del vuelo se alarga y, por tanto, se consume más combustible y se encarece considerablemente el precio del vuelo.

¿Pero qué dice exactamente el convenio? El acuerdo, que es un memorando de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), fija las condiciones que deberán cumplir dos rutas transiberianas, es decir, las que pasan por el espacio aéreo de Siberia a pesar de no tener como destino directo una ciudad rusa. Estas dos rutas son las que unen España con Tokio y Shanghai, y se establece que Madrid sea la única ciudad de origen o destino. Por lo tanto, queda descartada la opción de hacerlo desde un aeropuerto que no sea el de Barajas. Como se puede ver en el mismo documento, Barcelona sí tiene permitidos 54 vuelos directos a Moscú, y también el aeropuerto de Málaga.

¿Por qué hay un vuelo Barcelona-Shanghai?
Ahora bien, aunque sea imposible volar entre Barcelona y Tokio con el convenio vigente, ¿cómo puede ser que Air China ya esté ofreciendo para este verano vuelos entre la capital catalana y Shanghai? El motivo es que la aerolínea china utiliza el convenio de su propio país con Rusia, y no el español. Además, hay que recordar que el anuncio del vuelo Barcelona-Shanghai se aplazó varias veces, precisamente porque Air China tuvo que negociar con Rusia desde China por las limitaciones que había en España. Justamente Rusia y China son dos de los países con más restricciones y limitaciones en su espacio aéreo. Pero, a diferencia de lo que ha podido hacer Air China, las aerolíneas europeas tienen su actividad restringida a las limitaciones de los convenios bilaterales o multilaterales de los países donde quieren volar.

Ya ven, es más fácil que la dictadura de China de permiso para volar desde El Prat que España.

El acuerdo fija, además, que son "una aerolínea designada por la parte española y una designada por Rusia" las que "están autorizadas para operar las rutas transiberianas" en estas frecuencias. En este caso, quien se adjudicó los derechos fue Iberia, que también fue la única que lo pidió, tal como consta en la resolución del proceso abierto el 10 de junio por Aviación Civil publicado en la página web de Fomento. De hecho, en la mayoría de casos, cuando se renegocian estos memorandos entre las diferentes autoridades es porque las aerolíneas lo solicitan y, después, una vez se ha conseguido, se debe abrir el concurso público.

En este caso, en la firma del acuerdo con Rusia quedaba claro de entrada que las rutas solo se podían adjudicar a una única aerolínea por cada estado. Según el convenio, estas rutas se podían operar con tres frecuencias en 2016, cinco en 2017 y siete en 2018. De hecho, durante la formalización del convenio la representación del gobierno español fue acompañada de dos observadores externos, y ambos eran representantes de Iberia (eran, en concreto, Antonio Pimentel García-Valdecasas, director de alianzas de la compañía, y Marta García Miranda, responsable de los derechos de tráfico).

En cambio, por el lado ruso había siete observadores externos: uno de la aerolínea Aeroflot, un de la aerolínea de carga AirBridge Cargo, uno de S7 Group (otra aerolínea rusa, con sede en la oblast de Novosibirsk), otro de la compañía aérea Ural y uno de Yakutia, además de dos representantes de dos aeropuertos diferentes.

Ya ven, se ajustan más a la legalidad los rusos que los españoles...

Así pues, actualmente este es el marco vigente que imposibilita que esta ruta sea operada por cualquier aerolínea española, es decir, designada por el gobierno español. Con el convenio actual, la única opción sería que, como en el caso de China, una compañía japonesa consiga el permiso para sobrevolar Rusia gracias a un acuerdo bilateral entre el país nipón y el de Vladimir Putin.

De lo contrario, cualquier compañía que quiera empezar a jugar esta partida debe esperar primero que se renegocie el convenio actual, del cual Barajas ha sido el principal beneficiado.

LAS CLAVES
1. ¿Se puede volar entre Barcelona y Tokio?
No. El acuerdo que firmaron España y Rusia en febrero del año pasado no lo permite. Sólo se puede volar desde Barajas. Sobrevolar Siberia es obligatorio si se quiere llegar a Japón sin que el vuelo sea demasiado largo, y demasiado caro.

2. ¿Por qué el gobierno central no incluyó vuelos desde el aeropuerto de El Prat en el convenio con Rusia?
El ministerio de Fomento no explica la razón por la que sólo incluyó Barajas. Otros países sí tienen vuelos a Japón desde más de una ciudad, como Italia (desde Roma y desde Milán) o Alemania (desde Munich y desde Frankfurt). En todos los casos, por cierto, sobrevolando Siberia.

3. Para ir a Shanghai también se pasa por Siberia. ¿Por qué hay un vuelo directo desde Barcelona hasta allí?
Porque la ruta la opera Air China. Esta compañía, al ser china, disfruta de los acuerdos bilaterales que China tiene con Rusia, que sí que le permiten sobrevolar Siberia. De hecho, el vuelo Barcelona-Shanghai se aplazó varias veces porque China estaba renegociando el convenio con Rusia.

4. ¿Podría haber un vuelo directo a Japón sin tocar el convenio con Rusia?
Solo si la compañía procede de un país que, como China, tuviera un convenio con el país de Vladimir Putin. Pero la fuerza negociadora que tiene China, segunda potencia mundial, no es la misma que tienen el resto de países del mundo.



Es evidente que ese pacto que castiga al aeropuerto de El Prat, ergo la economía de Catalunya, es anticonstitucional y va en contra de la libre competencia...
Evidentemente no esperamos nada de la corrupta y vieja UE, aunque no por ello el eurodiputado Tremosa va a intentarlo:

El eurodiputado del PDeCAT, Ramon Tremosa, ha entregado en mano a la comisaria de la Competencia, Margrethe Vestager, el convenio que obliga a todos los aviones que sobrevuelan Rusia para conectar España con Japón a aterrizar o salir desde el aeropuerto de Madrid. Según el eurodiputado catalán, el memorando de entendimiento entre Madrid y Moscú "atenta contra la libre competencia, perjudica a los consumidores y incumple los Acuerdos de París por el Medio Ambiente". Además, Tremosa ha denunciado que el hecho de que se limite a una sola compañía la operación del vuelo "constituye un posible ayuda de Estado encubierto" e "imposibilita la competencia". El eurodiputado ha planteado la cuestión a Vestager durante una reunión del grupo de trabajo de competencia en el Parlamento Europeo.


Además de comentar la cuestión directamente con Vestager en la Eurocámara, Tremosa ha enviado a la Comisión Europea una pregunta parlamentaria en la que explica que el acuerdo entre España y Rusia "atenta gravemente contra varios principios de la UE" porque "limita al aeropuerto de Madrid y a una sola compañía, Iberia, antiguo monopolio estatal, todos los vuelos entre España y Japón, que tienen que cruzar forzosamente Rusia ".

"¿Cree la Comisión que este convenio perjudica la libre competencia entre aeropuertos y aerolíneas en España?", Pregunta Tremosa a la institución europea, alertando también de los posibles perjuicios para los consumidores, que "pierden tiempo" y deben gastar más dinero "para viajar a Madrid y no poder escoger otro aeropuerto de salida o llegada ".

Tremosa indica que "obligar a recorrer una distancia mucho más larga en avión" representa "gastar más combustible" y puede ser, también, una vulneración de los acuerdos de París sobre el cambio climático. Finalmente, el eurodiputado del PDeCAT pregunta si limitar a Iberia la operación del vuelo "puede considerarse una ayuda de estado encubierto".


En fin, siempre teniendo que luchar para conseguir cosas normales que otras ciudades del mundo tienen...

Y los españoles felices...

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