Nuestros primeros tiempos en la Tierra fueron dichosos y, de hecho, habríamos continuado compartiendo la belleza de una relación de amor cósmico con nuestra llama gemela durante muchas encarnaciones, si hubiéramos permanecido en armonía el uno con el otro y con Dios.
Pero el perder la armonía por miedo, desconfianza, o por un sentimiento de separación con respecto a nuestra Fuente nos convertimos en víctimas de nuestro karma negativo. nos vinculamos con otros entablando relaciones complicadas y actitudes recíprocas de negligencia
Nuestros primeros tiempos en la Tierra fueron dichosos y, de hecho, habríamos continuado compartiendo la belleza de una relación de amor cósmico con nuestra llama gemela durante muchas encarnaciones, si hubiéramos permanecido en armonía el uno con el otro y con Dios.
Sin embargo, caímos del estado de perfección al hacer mal uso de la Luz de Dios. Ése es el verdadero significado del relato del Jardín del Edén.
De haber retenido la armonía del Uno, el éxtasis de nuestro amor se habría prolongado a lo largo de nuestras vidas en la Tierra.
Pero el perder la armonía por miedo, desconfianza,o por un sentimiento de separación con respecto a nuestra Fuente nos convertimos en víctimas de nuestro karma negativo. nos vinculamos con otros entablando relaciones complicadas y actitudes recíprocas de negligencia

RANKENLT OSARAN
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