¡En este punto me abro a la energía universal que me rodea y me protege!
Sé que estoy seguro y apoyado.
Ninguna fuerza externa o interna puede sacudirme.
Estoy dispuesta a conectarme con mi ser y superar todos los bloqueos de mi vida.
¡Soy una chispa de luz divina y reconozco la fuerza de quien soy!
Comprendo desde ese momento que todo miedo es fruto de mi imaginación, que todo miedo refleja mis traumas, que todo miedo es solo mi inseguridad en mí mismo. Dejo atrás estas creencias que me limitaban y me abro a una nueva mirada sobre mí.
Desde hoy me veo fuerte, me veo tranquilo y me veo seguro.
Sé que mi espíritu trae consigo la fuerza de la eternidad y que no hay nada que pueda apagar mi luz.
Confío en mí y en el apoyo que me brinda el Universo. Estoy dispuesto a crecer y rescatar la mejor versión de mí mismo.
Nada es más grande que mi Ser. Con fe, cuidado, inteligencia y perseverancia, ¡puedo hacer todo!
Ningún miedo puede detenerme: ninguna persona, situación o pensamiento será más obstáculo para mí.
No veo obstáculos, solo posibilidades.
No veo derrotas, solo aprendizajes.
No me concentro en el dolor, solo en cuánto puedo fortalecerme.
¡El futuro no me asusta!
Cada día absorbo más la energía de la luz y el amor que me envía el universo y me siento más fuerte y segura. Cada paso sé que estoy más cerca de mis objetivos.
Soy guiado y protegido, iluminado y amado y nada que temer.
¡A partir de ahora, mi miedo a (habla tu miedo) ya no me sacude y no me impide ser feliz!
¡Mi luz es y será siempre más fuerte! Confío en mí y en mi fuerza.
¡Eso es!
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