QUÉ ES UN EGREGOR Y COMO
TRANSMUTARLO
QUÉ ES UN
EGREGOR?
Un
egregor es una acumulación de energía, una masa de vibraciones que se concentra
en planos no físicos, desde el etérico al mental, y que está asociado a un
determinado concepto, arquetipo, emoción, forma de pensamiento, etc.
Hay egregores positivos, o podríamos decir que compuestos
por energías de carga positiva, y hay egregores que son todo lo contrario,
asociados a miedos, temores, y todo el abanico de emociones y energías
derivados de ellos. Hay egregores que se crean, por ejemplo, cuando miles de personas
piensan y proyectan un cierto tipo de energía sobre un concepto, persona, idea,
evento u objeto, apareciendo un campo energético asociado a ese evento, persona
u objeto al que, entonces, una vez creado, todo el mundo que se “une” y “sigue”
a ese evento, objeto o persona, puede sentir la conexión energética, su “peso”
sobre tu psique, sus efectos, sus beneficios o sus historias miles asociadas,
consciente o inconscientemente.
Como se forma un egregor
Para
que se cree un egregor con cierta potencia y poder, tiene que haber una
cantidad de energía mínima sostenida en el tiempo que cree, forme y mantenga
esa bolsa de vibración. Una sola idea o pensamiento de una sola persona no crea
un egregor sobre esa idea o pensamiento, pero miles de personas conectando con
esa idea, o concepto, durante un cierto tiempo, y de forma regular, si que lo
hace.
Así,
hay egregores sobre personas, por ejemplo políticos, cantantes, escritores, y
todo aquel que tiene una faceta pública donde hay otros que lo siguen,
“piensan” en él, hablan de él, proyectan sus propias ideas o conclusiones sobre
esa persona, evento o situación.
Hay
egregores sobre objetos muy potentes, por ejemplo, el miedo asociado a una
tabla ouija es un egregor formado por las millones de personas que han jugado con
ella y han tenido experiencias bastante negativas, y por la contribución de las
series y películas de terror al respecto que han reforzado ese egregor.
Hay
egregores sobre libros que han leído millones de personas, y que tienen un
campo energético propio formado por las ideas, opiniones, críticas y
comentarios energéticos, mentales, y reacciones emocionales de todas esas
personas.
Hay egregores sobre libros que son muy positivos, y hay
egregores sobre libros que por su contenido, vibración y tema, son muy
negativos o te hacen sentir mal sin saber porqué.
Cuando el egregor toma vida
Cuando el egregor formado a partir de la proyección
energética de muchas personas sobre algo, consciente o inconscientemente, tiene
la suficiente fuerza, se puede convertir en una energía autoconsciente,
podríamos decir que el propio egregor, como si fuera una balsa de gelatina
flotando en uno de los planos no físicos que nos rodean, toma vida. Porciones
de esa balsa de energía se desprenden, y de ahí que empezamos a hablar de
energías negativas “autoconscientes”, “entidades” nacidas de concentraciones de
ira, rabia, odio, violencia, etc., que funcionan luego por resonancia, siendo
atraídas hacia aquellos eventos, personas o situaciones donde la ira, el odio o
el miedo son la energía predominante. Igual pasa con egregores de polaridad
contraria, evidentemente.
Puesto que un egregor es energía creada por la proyección
de los seres humanos a través de nuestros cuerpos emocionales y mentales, los
seres humanos también podemos limpiarlos y desmontarlos de la misma forma,
simplemente con la intención de hacerlo, aunque, depende del egregor que sea,
esto requiere una cantidad de energía por parte de las personas que lo desean
limpiar equivalente o casi igual a la energía del egregor en cuestión a
limpiar. Cuando uno, a veces, trata de conectar con ciertos personajes mitológicos,
con dioses, con “maestros”, etc., no conecta con el supuesto ser que fue tal o
cual personaje, sino que conecta con su egregor correspondiente, con la
proyección generada por millones de personas respecto a ese ser, maestro, o
“dios” de cualquiera de las culturas existentes y precedentes de nuestra
historia. Esos egregores, no son “el ser” al que creemos pedir ayuda, sino el
arquetipo energético formado por la imagen que tenemos de ese ser o persona, y
que es lo que, vibracionalmente, está más cerca nuestro, cuando hacemos esa
oración, petición, o conexión con esa fuerza superior, deidad o maestro
ancestral. En casi todos los casos, la oración a “San Fulanito” no es más que
una conexión con el egregor de San Fulanito creado durante siglos y “su respuesta”
no es más que la resonancia de “vuelta” que notamos cuando nos conectamos a ese
egregor, que, como energía consciente que puede ser, tiene cierta “capacidad”
de maniobra para interactuar con nosotros.
Eliminando y transmutando egregores
Para
eliminar todos los egregores del planeta, a nivel etérico, emocional o mental,
tendríamos que estar años revirtiendo todos los sistemas de creencias
existentes en el mundo, buenos, malos o regulares, pues para lo que uno es
bueno para otro no lo es, y para lo que uno es sagrado para otro es mundano y
trivial, por lo tanto, existen egregores para cosas tan simples como un simple
símbolo de algunas técnicas energéticas, al que se conectan miles de personas
cuando lo usan, como para cosas tan complejas como el dios de una religión
profesada por millones de seres humanos.
Las
personas que tienen una faceta pública, como os comentaba antes, también crean
un egregor a su alrededor con su exposición al público, al mundo exterior, a
los demás. Aquí me voy a usar yo como ejemplo, para no hablar de nadie que no
conozco, que además tampoco es lo que viene a cuento. A pesar de ser un egregor
más o menos pequeñito, que yo mismo puedo controlar, el concepto “David Topí”
tiene un egregor asociado creado por la proyección de todos aquellos que
lleváis leyendo el blog desde sus inicios allá por el 2006, y los que os habéis
ido incorporando al mismo en los últimos años. Cada vez que leéis, pensáis,
habláis o comentáis algo sobre el concepto-imagen-personaje “David Topí”, se
añade vuestra energía, emoción, pensamiento y proyección al egregor que se
asocia a lo que escribo, hago o soy. El miniegregor que existe en torno a mi
página y a mi “imagen”, ha ido creciendo con los años, así que, regularmente,
cuando siento que se me desmadra un poco, lo borro y desintegro por completo
para que no haya ninguna energía asociada a mi de ninguna clase proyectada
desde el exterior de forma inconsciente.
Esto,
que nadie nota más que yo, tiene connotaciones muy curiosas, pues, de
improviso, cuando deshago por completo todo el egregor asociado a mi blog, mis
libros, mis cursos o mi persona, de repente, durante unos días, parece que no
existo. No es que se dejen de leer los artículos del blog, sino que,
directamente, se ha borrado y eliminado toda conexión existente entre el mundo
exterior, y el arquetipo formado por las ideas que tenéis todos sobre ese tal “David
Topí”. Así, baja la cantidad de emails que llegan, hay muchas menos visitas a
la página, se cancela de vez en cuando algún evento porque no viene suficiente
gente, etc., etc. Simplemente, no hay una energía vibrando que emita nada,
durante una temporada, que haga “atraer” por resonancia, a otros, hacia mi
página, blog, eventos, etc. Eso, puesto que puedo visualizar el estado del
egregor que se refiere a mi persona y transmutarlo y eliminarlo, tiene un
efecto muy liberador en mi, pues te desconecta de una “presión social”
inconsciente que no te das cuenta que tienes.
Egregores con gran potencia
Si
os ponéis a pensar en la gente que tiene millones de seguidores, o millones de
detractores, que es lo mismo a efectos energéticos, simplemente el campo creado
tendrá una polaridad energética u otra, podréis imaginar los egregores tan
potentes que existen asociados al nombres, ideas, marcas o conceptos que
represente para sus seguidores esa persona. Muchos de ellos, se sienten
liberados cuando dejan de estar en el foco de atención de la opinión pública,
porque, literalmente, “se han quitado un peso de encima”, que no es otra cosa
que el peso de la proyección energética que la gente hace de ti, consciente o
inconscientemente.
Ahora
bien, ¿como se borra un egregor? Con la intención de hacerlo. Con un trabajo
energético que pasa por conectar con ese campo de energía, por “recogerlo”
mentalmente o con la fuerza de tu voluntad en algo que puedas manejar, en mi
caso, lo convierto en una sola “bola”, por muy grande y expandido que esté
hasta ese momento, por muy negro o brillante que esté en unas partes o en otra,
según las críticas, pensamientos en contra o comentarios a favor de lo que voy
haciendo, y una vez tengo la “bola” energética bajo el control de mi voluntad,
la transmuto, la disuelvo y la mando de vuelta al estado primordial del que
nació, digámosle, de vuelta al “éter”. Cada vez que lo hago, algo hace un
“reset”, me libero de la energía proyectada sobre el concepto que se asocia a
mi, y vuelta a empezar, porque, de nuevo, poco a poco, se vuelve a formar una
masa energética nacida de las nuevas opiniones, emociones, sentimientos o
pensamientos asociados a ti y la imagen creada sobre ti por los demás.
Si sois personajes semi-públicos o directamente gente
“famosa”, no dudéis en ir eliminando vuestro egregor personal de forma regular,
os asegurará una buena salud energética, estabilidad sin presión externa, y, de
vez en cuando, desapareceréis energéticamente de la realidad de las personas
que ya no tienen la conexión con vosotros, hasta que os vuelvan a buscar o
engancharse, pero mantendréis bajo control este campo de “ondas” y
concentraciones emocionales y mentales, y no os llegará a agobiar demasiado
vuestra faceta pública y lo que hagáis de cara a los demás. DAVID TOPI
http://nodejardeleer.blogspot.com.ar/
Fuente: Ashamel lemagsa
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