Paraísos fiscales: el cinismo como blindaje
na faceta exasperante del escándalo es que permite constatar, una vez más, la creciente resistencia del cinismo político y empresarial a las revelaciones de los medios, un fenómeno que pudo ser constatado ya desde las revelaciones de Wikileaks –2010 y 2011– y con la información que Edward Snowden hizo pública en 2013. Tras el conjunto de revelaciones mundiales sobre el uso de empresas fantasmas y triangulaciones de dinero por políticos, funcionarios, empresarios, delincuentes y personalidades del deporte y los espectáculos, las autoridades gubernamentales y los propios señalados han reaccionado con una asombrosa combinación de puerilidad y cinismo.
Se investigará, es la respuesta generalizada en las dependencias fiscales de los países en los que residen los propietarios de los fondos trasegados y de las compañías de fachada.
Se trata de calumnias, afirman varios involucrados en esas operaciones que, si no son abiertamente ilícitas, resultan al menos opacas e inescrupulosas, en tanto que otros admiten ser o haber sido propietarios de las empresas fantasmas, pero aseguran que no las han utilizado con fines delictivos, aunque omiten toda explicación de los motivos que los llevaron a poner sumas astronómicas a la sombra de los
paraísos fiscalespor medio de empresas off shore.
Es pertinente considerar que las filtraciones del caso #panamapapers –millones de registros procedentes de la firma de consultoría Mossack-Fonseca, con sede en Panamá– no sólo exhiben las prácticas regulares de numerosos integrantes de las élites mundiales, de sus familiares y colaboradores, sino también la pasmosa permisividad de los sistemas financieros internacionales, los cuales parecen diseñados no para controlar los flujos dudosos de grandes capitales, sino para permitirlos o para detectarlos sólo por excepción.
La prueba de ello es que han debido conjuntarse una filtración sin precedentes y el trabajo de cientos de periodistas de decenas de países para que la opinión pública conociera las prácticas impresentables de individuos que por su posición política, económica o social debieran ser ejemplo de probidad y transparencia, así como la entusiasta participación de buena parte de la banca comercial en operaciones financieras cuando menos dudosas.
Una expresión acaso involuntaria de la inoperancia de los gobiernos para fiscalizar los movimientos sospechosos de capitales corrió a cargo del presidente francés, François Hollande, quien
agradeciólas filtraciones, pues la exhibición de distintos personajes
nos reportará ingresos fiscales por quienes defraudaron.
Salvo algunas renuncias y algunos roces diplomáticos aislados, las conductas inmorales y hasta delictivas que tales filtraciones dejaron a la vista no provocaron, como habría debido suceder, crisis políticas en los gobiernos más exhibidos.
El caso extremo es el del aparato de espionaje ilegal e intrusivo que opera el gobierno de Estados Unidos en todo el mundo:
si en 1973 Richard Nixon
fue orillado a renunciar por el escándalo Watergate –derivado de la revelación de que el entonces presidente había ordenado espiar las comunicaciones telefónicas de la dirigencia del Partido Demócrata en el edificio de ese nombre, en Washington–,
Barack Obama no experimentó un daño político significativo tras el descubrimiento de que su administración espía a millones de personas –figuras prominentes y ciudadanos comunes– tanto en territorio estadounidense como fuera de él.
Es clara, pues, la moraleja que puede extraerse de las reacciones ante el escándalo de los#panamapapers:
si las sociedades no recuperan su capacidad de indignación y no se movilizan para exigir la limpieza profunda del sistema financiero internacional e investigaciones judiciales rigurosas y a fondo de los clientes de Mossack-Fonseca, la opacidad habrá ganado la partida y al amparo de ella miles de millones de dólares de propiedad social seguirán siendo privatizados y desaparecidos en provecho de un pequeño puñado de individuos.
Comunicado de ATTAC España sobre “los papeles de Panamá”
7 abril 2016 |
Comunicado de ATTAC ESPAÑA
Los papeles de Panamá exigen tomar medidas eficaces contra el fraude y elusión fiscal
ATTAC celebra la filtración de documentos y datos del despacho jurídico panameño “Mossack Fonseca”.
El conocimiento de estas informaciones contribuirá a que la ciudadanía cobre mayor conciencia sobre el papel nocivo de los paraísos fiscales en la elusión y evasión de impuestos, así como en la peligrosa acumulación de capital en manos de unos pocos.
Los denominados “papeles de Panamá” demuestran la existencia de una evasión fiscal masiva y muy organizada.
Una constatación tan patente debería llevar a nuestros gobiernos a un cambio de rumbo fiscal encaminado a recuperar una fiscalidad justa, progresiva y suficiente. Es el momento de enmendar las injustas rebajas de impuestos a los más ricos y a las grandes empresas, que se iniciaron en la década de los 80 de la mano de Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
Demostrada la falsedad de que el dinero ahorrado por los ricos por pagar menos impuestos se invierte, activa la economía y crea empleo, la realidad innegable es que los ricos hoy pagan muchos menos impuestos, la economía no se activa, aumenta el paro y empleo precario y no se ve la salida de la crisis en la que el mundo está inmerso.
Los paraísos fiscales son el enemigo a abatir
si se aspira a que la mayoría ciudadana
tenga una vida digna.
Nuestros gobiernos y entidades internacionales no lo entienden así, como demuestra que haya paraísos fiscales en Europa como Suiza, las islas británicas del canal de la Mancha, Luxemburgo, Liechstentain, Gibraltar, Andorra, Austria, Holanda y la City de Londres,entre otros.
Paraísos que, además, ocultan capitales sucios del tráfico de armas, drogas, trata de personas y financiación de organizaciones terroristas.
Multinacionales y grandes fortunas ocultan billones evadiendo o eludiendo legítimos ingresos fiscales y debilitando financieramente a los Estados.
Sin embargo no se toman medidas para acabar de una vez con el secreto bancario que provoca que las haciendas públicas dejen de recaudar anualmente 130.000 millones de euros, según cálculos muy prudentes del economista Gabriel Zucman, aunque otras estimaciones triplican esa cifra.
La gran banca es uno de los grandes culpables,
si no el principal,
de este inaceptable atraco a las arcas públicas.
La filtración pone en evidencia el papel crucial que juegan los grandes bancos para organizar y facilitar la elusión y evasión de impuestos que ofrecen a sus principales clientes, tanto grandes fortunas como corporaciones transnacionales.
Las revelaciones de los papeles de Panamá han de mover al futuro gobierno a impulsar una fiscalidad realmente progresiva, recuperar un sistema de impuestos mucho más justo y suficiente y acabar con la trampa del recurso sistemático a la emisión de deuda pública para sustituir la escasa recaudación tributaria. Los partidos políticos que formen gobierno se han de comprometer públicamente a promulgar una ley tributaria efectiva que tenga para acabar con la evasión y elusión fiscales.
Además, las revelaciones de los papeles de Panamá o de otras que pudieran surgir han de impulsar la presión ciudadana contra los paraísos fiscales hasta poner a los gobiernos contra las cuerdas si permiten que grandes fortunas y corporaciones escondan sus capitales y beneficios para no pagar impuestos. ATTAC exige la creación en España de una comisión parlamentaria que investigue con la Agencia Tributaria los delitos fiscales cometidos según la información de los papeles de Panamá y los ponga en conocimiento de la Fiscalía. A su vez, ATTAC llama a la ciudadanía a hacer propia la reivindicación de la supresión de los paraísos fiscales por su nocividad para construir una sociedad democrática que garantice los derechos y recursos básicos para la vida digna de todos y todas.
ATTAC España, 7 de Abril de 2016
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