Según sostiene la web DEBKAfile, vladimir Putin podría estar realizando una maniobra para conseguir crear en un futuro no muy lejano, una nueva base militar similar a la que tiene en Hmeimim en Siria, pero situada en territorio norteafricano y más concretamente, en Libia.
Según sostiene DEBKAfile, el general libio Khalifa Hafter llegó a Moscú el domingo 26 de noviembre con un pedido de armas rusas y una petición de apoyo militar a su ejército. Fue recibido en Moscú, que vio en la visita la posibilidad de que Rusia consiga su primera base militar en el norte de África.
General Khalifa Hafter
Según fuentes militares y de inteligencia de DEBKAfile, el presidente Vladimir Putin comenzó a prever una segunda base mediterránea en la costa de Benghazi, gemela de la base Hmeimim en Latakia, Siria. Ésta acomodaría unidades navales rusas así como aéreas y estaría situada a 700 kms de Europa.
El Hafter, nacido en Estados Unidos, ejerció de general en el ejército del difunto Muammar Gadafi y actualmente ostenta el título de comandante supremo del ejército libio.
Sin embargo, Libia está hoy plagada de centenares de milicias que compiten por el control. Haftar dirige un poderoso grupo que fue respaldado por Estados Unidos.
Pero desde que se negó a reconocer el gobierno establecido por la ONU en Trípoli, se apoya principalmente en las ayudas de Egipto y algunos de los emiratos del Golfo para mantener su bastión de Benghazi en el este de Libia.
Egipto y los Emiratos Árabes Unidos proporcionan al ejército de Hafter apoyo aéreo desde las bases egipcias en el desierto occidental. Sus dirigentes le instaron a aceptar la invitación rusa a Moscú y pedir ayuda militar.
Este fue el segundo viaje de Hafter a Moscú.
Estuvo allí en junio y se reunió con el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu y con el asesor de Seguridad Nacional Nikolai Patrushev.
Entonces, el Kremlin se cuidó de extender la ayuda militar al general libio inconformista. Las fuerzas especiales estadounidenses, italianas y británicas estaban realizando una gran ofensiva para expulsar a ISIS del principal puerto de Libia de Sirte. Sin embargo, esta ofensiva aún no ha logrado su objetivo.
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ya está causando movimientos sísmicos en la región. Putin ahora está ofreciendo helicópteros de ataque al ejército de Hafter, vehículos blindados y diversos tipos de misiles, así como apoyo aéreo para luchar contra el Estado Islámico.
Es demasiado pronto para decir si la iniciativa del líder ruso en Libia indica una invitación al nuevo presidente de los Estados Unidos para que trabaje en conjunto en Oriente Medio, o se está cobrando una ventaja ante el incierto período de transición entre las presidencias para construir sus propias fuerzas, preparándose incluso para encararse a Trump como una potencia rival si fuera el caso.
En todo caso, los aviones rusos en Hmeimim son capaces de cubrir la distancia de 1.500 kilómetros hasta Libia, mientras que el portaaviones ruso Almirante Kusnetzev está anclado no muy lejos, frente a la costa mediterránea de Siria.
Ambos están por lo tanto disponibles para las operaciones en apoyo del general libio.
Esta sería la primera vez que un portaaviones ruso entrara en acción en esta parte del Mediterráneo.
Las batallas en curso a lo largo de la costa mediterránea entre las varias milicias, incluyendo el ejército de Hafter, son de hecho una guerra para obtener el control de los campos petrolíferos de Libia.
Las riquezas petroleras de Libia no están ciertamente ausentes de los cálculos de Putin. La ayuda de Moscú podría permitir a Hafter a tomar ventaja en esta lucha y podría augurar la primera participación rusa en la industria petrolera libia.
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