Muy lamentables asesinatos de periodistas en México.
Una entrañable nación infiltrada por la masonería que pretende la vuelta al feudalismo con sus discursos de igualdad (la de ellos claro)
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- marzo 5º, 2017
El asesinato de periodistas en México se ha convertido en una práctica habitual en un país carente de estado de derecho, dónde los sacrificios humanos, tráfico de órganos, rituales satánicos y tráfico de drogas llegan a la Presidencia, cualquiera que sea su color, dado que todas nacen de las Logias masónicas tan abundantes a las que hay que pertenecer para acceder al puesto de Servicial de la masonería.
Un puesto repugnante tintado de corrupción crímen organizado y gentuza.
El estado de corrupción en México es tan profundo y patente que para hacernos una idea, ni siquiera una Ley Marcial lograría acabar con ella. Por desgracia es un país sin solución.
Siglos de masonería y corrupción han despojado a México de cualquier soberanía posible.
El poder ejecutivo, legislativo y judicial, (primero, segundo y tercer poderes), han sido desbordados por el quinto poder, el de la intervención económica corporativa del gobierno por las corporaciones masonas-sionistas.
Solo el cuarto poder la prensa quitando los presstitutos traidores a su país, siguen escribiendo, mientras docenas de periodistas son asesinados, amenazados y perseguidos.
¿Quienes son los blindados y no perseguidos?.
Fácil, haga usted una lista de todos esos periodistas de medios paniaguados y masones, que salen cada día en los medios con su sonrrisa dentifríca de cortos mentales, y ahí tendrá a la peor gentuza del cuarto poder que sirve a los medios sionistas.
México, un país riquísimo y expoliado por las grandes corporaciones que defienden los países que lo ultrajan.
El analfabetismo o corta escolarización, la falta de cobertura social y carencia absoluta de estado de derecho y habeas corpus, el crímen organizado, tráfico de órganos y rituales como principal fuente de ingresos de la segunda escala de poder que sirve a los financieros.
México, un país cuya única alternativa de supervivencia es la migración a los EEUU 42,1 millones de mexicanos están en México hasta el final del 2015.
Sus gobiernos no se decían a sus ciudadanos solo a complacer contratos abusivamente ventajosos a las multinacionales que prospeccionan su petróleo y que por ende les hacen comprar armas con los limitados recursos que les entregan.
La clase política mexicana carece de honor. No es menos honorable que la de tantos países dedicados a trabajar para las corporaciones sionistas masonas con el dinero público de la ciudadanía a la que engañas y maltratan sin prejuicios y firmando entregas del estado.
México, sin trabajo, sin sanidad, sin educación suficiente, sin justicia, con mordidas -de poca monta y de enormes sumas, todas caben-, y lo único que queda decente que son un grupo de periodistas que se las ven y se las desean para sobrevivir, amenazados, perseguidos y asesinados.
E insisto, no tiene solución, el cáncer de corrupción y gentuza es tan profundo que aún con un estado militar y acabando como dicen sus películas con los malos, seguirían medrando los suficientes como para recrear en diez años la misma situación.
La solución al crímen está en la educación, en el blindaje del estado de derecho, en erradicar la corrupción en las cárceles tanto de los presos como de los funcionarios policía y ejército, en una sanidad y cobertura social dignos de cualquier país europeo, y por último un proteccionismo económico como el que también desea Trump, que evite la emigración.
En realidad el muro de Trump y las deportaciones pueden hacer más bien que mal. Porque los gobiernos mexicanos han dado por hecho que la emigración es la alternativa de estado a la responsabilidad de todos los problemas que no piensan ni desean, ni saben acometer, pues llegan allí para medrar y robar.
La masonería sabe muy bien que la gran careta es hablar de libertades y derechos, mientras por detrás se dedican a entregar su nación. Peña Nieto es un cocalero sin soluciones que no le ordene Carlos Slim y sus jefes Soros y Rockefeller.
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