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23 de abril de 2018

El libro de Urantia Documento 67 - 3. Los Siete Años Cruciales

El libro de Urantia Documento 67



El consejo de los Melquisedek trasmitió el estallido de la rebelión en Jerusem, la capital de Satania. Inmediatamente se enviaron los Melquisedek de emergencia a Jerusem, y Gabriel se ofreció para actuar de representante del Hijo Creador, cuya autoridad se había impugnado. Al dar a conocer por transmisiones el incidente de la rebelión en Satania, el sistema se aisló, se puso en cuarentena ante sus sistemas hermanos. Había «guerra en el cielo», en la sede central de Satania, y ésta se propagó a todos los planetas del sistema local.
En Urantia cuarenta miembros del séquito corpóreo de cien (Van inclusive) rehusaron sumarse a la insurrección. Muchos de los asistentes humanos (modificados o no modificados) del séquito también eran valientes y nobles defensores de Micael y su gobierno del universo. Se sufrieron fuertes pérdidas de personalidades entre los serafines y querubines. Casi la mitad de los serafines administradores y los de transición que se habían asignado al planeta se unió a su jefe y a Daligastia apoyando la causa de Lucifer. Cuarenta mil ciento diecinueve de los seres intermedios primarios hicieron causa común con Caligastia, pero el resto de estos seres quedó fiel a su encargo.
El traicionero Príncipe movilizó a los seres intermedios desleales y a los otros grupos de personalidades rebeldes y los organizó para ejecutar sus órdenes, en tanto que Van juntó a los seres intermedios leales y los otros grupos fieles e inició la gran batalla por la salvación del séquito planetario y de otras personalidades celestiales aisladas.
Durante la época de esta lucha los leales moraron en un asentamiento mal protegido y sin muralla a unos kilómetros al este de Dalamatia; sin embargo, los alertas y siempre vigilantes seres intermedios leales montaban guardia de sus moradas día y noche, además de que en su posesión estaba el valiosísimo árbol de la vida.
Al estallar la rebelión, los querubines y serafines leales, con ayuda de los seres intermedios fieles, asumieron la custodia del árbol de la vida y sólo a los cuarenta leales del séquito y a sus mortales modificados asociados les permitieron tomar del fruto y de las hojas de esta planta de la energía. Había cincuenta y seis de estos asociados andonitas modificados en el séquito, y dieciséis de los asistentes andonitas que servían a los miembros desleales del equipo se negaron a rebelarse a la vera de sus amos.
A través de los siete años cruciales de la rebelión de Caligastia, Van se dedicó plenamente a la labor de servir a su leal ejército de hombres, seres intermedios y ángeles. La compenetración espiritual e inmutabilidad moral que hicieron posible que Van mantuviera tan inconmovible actitud de lealtad al gobierno del universo fueron el resultado del pensar lúcido, el raciocinio prudente, el juicio lógico, la motivación sincera, la intención altruista, la lealtad inteligente, la memoria experiencial, el carácter disciplinado y la dedicación incondicional de su personalidad para hacer la voluntad del Padre en el Paraíso.
Esta espera de siete años fue un tiempo de examen de conciencia y disciplina del alma. Tales crisis en los asuntos de un universo demuestran la formidable influencia que ejerce la mente en cuanto factor de elección espiritual. La educación, la capacitación y la experiencia son factores que intervienen en la mayoría de las decisiones vitales de todas las criaturas morales evolutivas. No obstante, es indudablemente posible que el espíritu residente haga contacto directo con los poderes de la toma de decisión de la personalidad humana de tal forma que, a la voluntad plenamente consagrada de la criatura, le da fuerza para ejecutar extraordinarios actos de devoción leal a la voluntad del Padre en el Paraíso. Y esto fue precisamente lo que ocurrió en la experiencia de Amadón, el asociado humano modificado de Van.
Amadón es el destacado héroe humano de la rebelión de Lucifer. Este descendiente varón de Andón y Fonta fue de los cien que contribuyeron el plasma vital al séquito del Príncipe, y desde aquel suceso, se había unido a Van en calidad de asociado y asistente humano. Amadón optó por apoyar a su jefe durante toda la prolongada y difícil lucha. Y fue una experiencia inspiradora, observar a este hijo de las razas evolutivas mantenerse impertérrito frente a las sofisterías de Daligastia, en lo que él y sus asociados leales resistían a todas las enseñanzas falaces del brillante Caligastia con inquebrantable entereza durante todo el septenio de lucha.
Caligastia, con máxima inteligencia y vastas experiencias en los asuntos del universo, se descarrió —abrazó el pecado. Amadón, con mínima inteligencia y sin experiencia alguna del universo, permaneció firme, al servicio del universo y leal a su asociado. Van se valió tanto de la mente como del espíritu en una magnífica y efectiva combinación de determinación intelectual y compenetración espiritual, con lo cual logró un nivel experiencial de la realización de la personalidad de la clase más elevada que se puede conseguir. Cuando se unen plenamente la mente y el espíritu, existe la posibilidad de crear valores superhumanos, incluso realidades morontiales.
La narración de los sucesos conmovedores de estos trágicos días es interminable. Pero, por fin, cuando tomó la decisión final la última personalidad, entonces en ese momento llegó un Altísimo de Edentia con los Melquisedek de emergencia para asumir la autoridad en Urantia. Se borraron los registros panorámicos del reinado de Caligastia en Jerusem, y se inauguró la era probacionaria de la rehabilitación planetaria.
Presentado por un Melquisedek de Nebador

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