¿Qué es una consulta de Registros Akáshicos?

(ampliación del artículo que el autor de éste blog publicó en la revista Verdemente)

Hace cien años, la apertura y lectura de Registros Akáshicos era algo extremadamente raro, era practicada por muy pocos iniciados como Edgar Cayce, Annie Besant, Max Heindel, Samael Aun Weor y algunos teósofos y antropósofos brillantes como Charles Leadbeater y el extraodinario Rudolph Steiner, entre otros.

Annie Besant

Rudolf Steiner

El Registro Akáshico existe en todas las culturas y ha sido consultado, a lo largo de la historia, tanto por chamanes como por filósofos y maestros de la espiritualidad. La palabra Akasha significa Éter o Espíritu y viene del sánscrito. Es el llamado Quinto Elemento, el que insufla la vida a eso que llamamos la materia.

En la actualidad, el cambio de vibración del planeta y la llegada de nuevas energías permite que la sociedad y la gente estén más abiertos a la conexión y recepción de éstas energías. Por lo tanto, proliferan los lectores de Registros y las consultas. Antes de acudir a una lectura, uno debe conocer bien el tema y éste es el objetivo de éste artículo.

El Registro Akáshico es el libro o archivo donde se contiene toda la información de la historia de cada alma y cada ser vivo, planta o incluso objeto inerte o mineral que ha sido creado.

Akasha escrito en sánscrito

Cada persona, objeto o ser, tiene su propio archivo dentro del libro… en él está contenida toda su historia como alma o creación, desde que encarnó la primera vez, en el caso de ser un ser vivo, o desde que apareció en el universo, en el caso de un objeto inerte.

Se estima que un alma encarna una media de 72 veces en éste mundo (conocido como El Reino en la Cábala judía) antes de pasar o ascender a un nivel superior. Hay esferas o mundos de manifestación en gran número y variedad, tanto por encima como por debajo nuestro. Las que están por debajo, podrían asociarse a eso que llamamos Infierno, aunque, si lo pensamos con objetividad, incluso nuestra esfera pudiera pertenecer a él.

El árbol de la Vida

El novelista Kurt Vonnegut, autor de obras tan ásperas como Matadero Cinco, Pájaro de Celda y Las Sirenas de Titán, entre otras… definía a éste mundo como El Mercado Sin Amor. Juzgad si tenía poca o mucha razón.

Algunas almas tienen añoranza o recuerdan vagamente haber encarnado en mundos donde todo era más fácil y había más luz. Lo recuerdan porque fue verdad.

Nuestra esfera es densa, de energías muy pesadas, lo cual se traduce en pruebas de vida muy duras y grandes aprendizajes con sufrimiento y dolor, encaminados a nuestra purificación y crecimiento como almas. La vida aquí no es fácil. A menudo la Nueva Era se empeña en esa especie de visión hippie bonancible e ingenua de que todo es luz… y concentrándose en la Luz, consiguen generar una gran oscuridad, pues por Ley de Polaridad, atraemos también lo opuesto de lo que buscamos.

Esa es la razón de que muchos Trabajadores de la Luz sufran tanto en la vida material, se concentran únicamente en ser buenos, en vez de en trabajar con sus defectos, oscuridades y sombras, terapeútica o emocionalmente, a fin de crecer.

Un documental excelente titulado “El mundo en cien personas” que puede verse por internet, ilustra ésta idea del mundo no tan maravilloso como nos cuentan con claridad. Véanlo y después me dicen.

En el mundo en que vivimos, el amor no es incondicional. No nos dejemos engañar por algunos gurús de la Nueva Era que niegan el dolor y el sufrimiento, que aseguran que no hace falta sufrir (cuando no es que haga falta, es que es inevitable) y que proclaman el amor universal sin sentirlo realmente… El amor Incondicional estallando dentro de uno, siendo cierto y verdadero, provocaría la inmediata iluminación del alma y eso no le sucede a prácticamente nadie en ésta esfera de manifestación, ni siquiera a los que aseguran haberla alcanzado. Si lo hubieran hecho, no seguirían aquí.

El amor en el Reino es siempre condicionado… el amor Incondicional solo existe en esferas superiores. Hemos de aceptarlo así mientras aprendemos a amar de verdad a nuestros hermanos, enemigos, jefes, parientes, parejas y ex-parejas, por dificil que se nos antoje, por complicado que sea.

Uno de los libros del pionero Edgar Cayce

Eso no significa que no debamos poner límites o distancia con las personas que nos hacen daño. Nadie nos obliga a perdonar, de hecho, según algunos, el perdón es de Dios… nosotros solo podemos aspirar a la paz, con el convencimiento de que el karma, a través de la Junta Kármica (el tribunal de maestros que se ocupa de mantener el equilibrio) se encargará de ajustar y reparar los desajustes causados por el dolor que nos infligieron y el que produjimos. Todo se equilibra, todo regresa, lo bueno y lo malo.

Si hicimos daño, nos harán daño, si fuimos infieles, nos serán infieles, si abandonamos, nos abandonarán… y sentiremos exactamente el mismo dolor que nosotros provocamos a los otros.

El objetivo es, de encarnación en encarnación, ir aprendiendo a abrir nuestro corazón a las vibraciones más sutiles del Amor. Aprender a Amar de verdad, alcanzando más y más niveles de Amor.

En una apertura de Registros Akáshicos suelen aparecer guías y seres de luz que aportan, desde el no juicio y el amor más elevado, mensajes y palabras de apoyo a las personas que buscan guía.

Aparecen almas compañeras, viejos amigos del camino, familiares de otras vidas, a veces ángeles y arcángeles, o maestros de luz y elementales que tienen algo valioso que transmitirnos. Cada lectura es distinta y siempre contiene información necesaria para nuestro presente y nuestro ahora.

En una lectura también aparecen imágenes de vidas pasadas que ayudan a entender el porqué de nuestro presente.

Los Registros Akáshicos ayudan a disolver bloqueos en la vida del consultante, responden a dudas, desatascan, sanan y, en general, proporcionan bastante paz.

Para elegir un buen lector de registros, asegúrese de que la persona tiene la formación necesaria, compruebe la calidad de los mensajes recibidos y de la persona que tiene delante. Hay buenos y malos lectores de registros y es usted quien ha de valorarlo. Haber aprendido en una escuela concreta no garantiza la calidad del canalizador. Los hay de muy diverso orden y calidad. Elija bien.

Las consultas oscilan en un amplio abanico de precios. Lo más caro no siempre es lo mejor. Compruebe la calidad de los mensajes, su utilidad y cómo se ha sentido durante la consulta.

Las consultas deben grabarse siempre para poder ser recordadas y escuchadas a posteriori. Una lectura jamás debe condicionar a la persona en sus decisiones de libre albedrío y siempre contiene mensajes de esperanza. Usted al terminar se marchará a casa mejor de lo que vino. Si ésto no ha sucedido, algo ha fallado.

Los mensajes jamás dañan al consultante, muy al contrario, le hacen sentir bien, esperanzado, menos confuso, con un objetivo claro o con cierta paz interna.

Huya de los lectores que no cierran bien las situaciones, que le dejen a usted con sensación de tristeza o resentimiento, que proyecten demasiado sus propias creencias sobre usted o que introducen en la lectura muchos juicios u opiniones propias. Esa no es la labor de un buen canal.

Eugenio Sánchez Arrate

Maestro de Registros Akáshicos y de Reiki

Psicoterapia Gestalt, Periodista y Escritor