Un grave defecto es tener defectos y no esforzarse por corregirlos.
Hablar sin ser invitado es impertinencia; no hablar cuando se es invitado, lo cual es disimulo; hablar sin observar las reacciones de los otros, lo cual es ceguera
Al dictar las leyes hay que ser severo, al aplicarlas hay que ser indulgente.
Nuestras explicaciones:
Es preciso hacer leyes severas pero es mejor permanecer mesurado en su aplicación, manejar bien su discurso: una palabra puede cambiar una reputación Escucha mucho con el fin de disminuir tus dudas; debes estar atento a lo que dices con el fin de no decir nada superfluo; así rara vez cometerás fallas.
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