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19 de diciembre de 2016

Cascos Blancos, terroristas de "sombrero blanco" para cubrir "negras obras"

Siria: 

Cascos Blancos, terroristas de "sombrero blanco" para cubrir "negras obras"

Una nueva “fauna humanitaria” ha aparecido como por generación espontánea… por supuesto, contraria al Ejército Sirio, a Assad, a Rusia y a todo aquello que vaya contra los grupos terroristas mercenarios apoyados por los aliados de Occidente: Los “cascos blancos”.
Pero estos humanitaristas (www.whitehelmets.org) quieren dinero. Lo utilizarán para construir armas de gas de cloro como los que mataron a civiles la pasada mañana. 
Ellos no se preocupan por quién matan, esto es sólo un negocio para ellos. Están cometiendo atrocidades, culpando a Rusia y Siria, en un último intento de mantener Alepo y asegurar sus emplazamientos de morteros pesados con los que han estado aterrorizando a la ciudad más grande de Siria y manteniendo rehén al gobierno de Assad debido a los 400.000 civiles que no pueden salir de la ciudad.
Los terroristas que, desde hace años, han arrasado al azar barrios de Alepo matando a cientos de personas ahora tienen un mantra: Lo que llaman las odiosas bombas de barril. 
De lo que se quejan es de un helicóptero que es el bombardeo aéreo más preciso imaginables, que ha acabado con docenas de posiciones de mortero terroristas y salvado cientos de vidas. 
El siguiente video muestra la acción de carga de un mortero de 300 mm masiva utilizado contra civiles en Alepo:
Ahora los terroristas se han vestido con cascos blancos, tienen una cuenta de Facebook y PayPal y están ayudando a recaudar dinero para ISIS para detener Rusia y Siria en Alepo. 
No ha habido ningún límite para estos grupos terroristas, amos de los medios de comunicación y edición de vídeos por la inexplicable ayuda de la CIA y el MI6.
Primero fue el Observatorio de Derechos Humanos de Siria, trabajando desde Londres con el The Guardian del Reino Unido, sobre inventadas historias de bombas de cañón y gas venenoso. 
A recordar cuando Arabia Saudita, con la ayuda de Google Groups y la inteligencia israelí,  asesinaron a una periodista de Detroit, Serena Shimm, cuando iba a hacer público la implicación  de los enemigos de Assad en el asesinato terrorista de más de 1000 personas usando gas sarín en Ghouta, Siria.
Ahora tenemos a los "cascos blancos," inicialmente "Defensa Civil de Siria" que dice ser una fuerza de 3000 individuos que trabajan para Al Qaeda y en áreas ocupadas por el ISIS “salvando vidas amenazadas por el terrorismo de Rusia y Siria” contra el dominio benevolente de ISIS y Al Nusra.
Detrás de ellos parecen estar, según algunas fuentes, los servicios de inteligencia israelíes, el Instituto Potomac y Jared Cohen, un neoconservador del gobierno de Bush estratega responsable de la puesta en escena de los ataques con gas en Siria con el fin de provocar una respuesta militar de Estados Unidos. 
Cohen fue con sus huesos a Irán, destinado allí después de dejar la Casa Blanca. En Irán fue capaz de moverse libremente, reunirse con agentes no vinculados con el asesinato de científicos iraníes e incluso obtener datos para Israel y Arabia Saudita.
VeteransToday - Gordon Duff - El Espía Digital
FUENTE Siria: Cascos Blancos, terroristas de "sombrero blanco" para cubrir "negras obras"

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ORGANIGRAMA DE LOS CASCOS BLANCOS “HUMANITARIOS” DE SIRIA. DESDE LA CIA PASANDO POR CONTRATISTAS MERCENARIOS, EL MOSSAD ISRAELÍ Y LAS DONACIONES DE LA USAID (PANTALLA DE LA CIA) HASTA EL GOBIERNO DE LONDRES…CONFORMAN LA RED “HUMANITARIA” O TERRORISMO “B” CONTRA SIRIA, RUSIA Y EL MUNDO

UNA APROXIMACIÓN AL FRAUDE DE LAS ONG’S, EL SICARIATO DEL NUEVO ORDEN GLOBALISTA

La periodista Vanessa Beeley analizó exhaustivamente hace aproximadamente un año en el site canadiense Globalresearch, el mal llamado frente humanitario de la mal llamada guerra de Siria que hasta entonces había pasado desapercibido en el conflicto del país árabe. Galvanizada la guerra del terrorismo globalista contra la Humanidad en Siria había que implementar otro tipo de industria de la muerte, esta vez con amigable cara humanitaria. El título del artículo de Beeley es bien expresivo Cascos Blancos de Siria: Cómo hacer una “guerra blanda” mediante el engaño. La industria de propaganda sin “ánimo de lucro”. Y viene como anillo al dedo, después de la opereta mundial montada en torno al niño Omran en el interior de una novísima ambulancia, estrenada para la ocasión, bajo la dirección coreográfica del Alepo Media Center, organización mediática de fachada pro-sionista creada ex profeso para contear, al unísono con el Observatorio Sirio de Desechos Humanos, el número de muertos bajo las bombas-barril de Asad y el malévolo ex espía de la KGB, Vladimir Putin.
Dice Beeley, citando a Cory Morningstar, escritora y periodista independiente, que En el siglo 21 las ONG se están convirtiendo, cada vez más, en una herramienta clave al servicio de la dominación imperialista y la explotación global. La sociedad global ha sido, y continúa siendo, manipulada para creer que las ONG son representativas de la “sociedad civil” (un concepto que fue promovido por las corporaciones). Esta confianza injustificada en las ONG ha permitido que el “complejo industrial humanitario” haya ascendido a lo más alto: son los nuevos misioneros de dios -el dios del imperio-.
El papel de las ONG en el desarrollo de conflictos “sensibles” es, pues, crucial para garantizar la “legitimidad” de una intervención del complejo militar-industrial de Occidente. Nuevamente Beeley anota oportunamente otra acertada reseña, esta vez a cargo de la profesora Sarah Blodgett Bormeo, quien describe el proceso de “democratización” que se lleva a cabo en las naciones que son objetivo de los imperialistas. A saber: Sin querer o adrede, Bormeo describe perfectamente el papel que desempeñan las ONG en este contexto. Bormeo incluso va tan lejos como para señalar la falta de imparcialidad como moneda de curso común entre las ONG grandes y pequeñas, la mayoría de ellas recibiendo sus fondos directamente de los gobiernos y de las principales corporaciones occidentales, todos los cuales tienen un interés personal en el resultado de las actividades de esas ONG y su “intervención” en un país determinado. Bormeo hace hincapié en la importancia, dentro de este escenario de las ONG, de “escoger los vencedores”, en contraposición al respeto y voluntad de los pueblos que deberían decidir su destino como naciones soberanas.
De este modo, las ONG’s, consuman su papel de portavocías de los gobiernos occidentales intervencionistas a pesar de que, en apariencia, puedan gozar de un estatus derespetabilidad (como, por ejemplo, Cruz Roja, Reporteros sin Fronteras o Médicos Sin Fronteras) pero que, en realidad, son unos arietes más de la política exterior de EEUU y la OTAN. Como afirma con solvencia Beeley, las ONG’s dependen del apoyo de sus donantes, por tanto, dejan de ser las organizaciones “humanitarias” neutrales e imparciales como, públicamente, pretenden ser y en su lugar se convierten en herramientas reales encubiertas para la intervención extranjera que promueva un cambio de régimen. De forma predeterminada esas ONG’s se incorporan en el modus vivendi occidental de “hacer la guerra mediante el engaño” y su propósito no es otro que alterar la percepción de la opinión pública sobre un conflicto a través de una multitud de medios y otros canales de “marketing”.

CASCOS BLANCOS: SIGUIENDO LA PISTA DEL DINERO

Entonces…¿los Cascos Blancos de Siria o la llamada “defensa civil siria” es una ONG farsa que sigue el mismo guión embusteril que el resto de ONG’s? No me cabe la menor duda y a Beeley tampoco: Los Cascos Blancos se fundaron en marzo de 2013, en Estambul, Turquía, y están dirigidos por James Le Mesurier, un británico especialista en temas de “seguridad” y ex oficial de la inteligencia militar de su país con una notable trayectoria participando en algunos de los escenarios en los que ha intervenido la OTAN, incluyendo Bosnia y Kosovo, así como Irak, Líbano y Palestina. Le Mesurier es un “producto” de la Real Academia Militar británica de élite de Sandhurst, y también ha participado en puestos de alto nivel en las Naciones Unidas, la Unión Europea, y en el Ministerio de Exteriores del Reino Unido.
Así, pues, tenemos nada menos que un personaje vinculado al aparato de inteligencia occidental dirigiendo los destinos de los terroristas vestidos con Cascos Blancos. Y ahora hay que ir a por la pasta gansa. Porque estos abnegados voluntaristas sirios que hacen propaganda contra Asad y Rusia no aparecieron espontáneamente, ni por amor al arte de ayudar al prójimo. Los orígenes del capital inicial de 300.000 dólares atribuibles a los Cascos Blancos están en una nebulosa; dice Beeley, para, a continuación, señalar queLos informes son contradictorios pero, no obstante, la información posterior nos lleva a la conclusión de que Reino Unido, los Estados Unidos y la “oposición siria ‘[o Consejo Nacional Sirio, gobierno paralelo financiado por Estados Unidos, Reino Unido y sus aliados] están conectados. El apoyo logístico a los Cascos Blancos ha sido proporcionado por el equipo de respuesta de élite turco de desastres naturales, AKUT.
El dictador turco Erdogan no podía dejar de estar en el ajo humanitarista sirio, al margen de su campaña terrorista en Siria invadiendo (como EEUU) ilegalmente ese territorio árabe. La acción criminal de Turquía está, lamentablemente, siendo tolerada por Rusia y sólo busca perseguir con saña a los kurdos, que no al ISIS como burdamente desinforman los medios controlados. La financiación del terrorismo de corte “humanitario” en Siria es, cómo no, otra maniobra de Ankara. Pero ahora viene lo interesante, según Beeley.Siguiendo el rastro anterior, un monto de 13 millones de dólares fue depositado en las arcas de los Cascos Blancos durante 2013. Los primeros informes sugieren que estas “donaciones” vinieron de los EE.UU, Reino Unido y el Consejo Nacional SIrio con conexiones, también, con la Organización de George Soros en los EE.UU. Otro donante, un clásico del involucionismo, sería, según investigaciones realizadas con posterioridad, la USAID (es decir la pantalla “humanitaria” de la CIA para el “desarrollo internacional”) una importante accionista de la organización Cascos Blancos. Precisamente, un informe de la USAID, de julio de 2015, especifica claramente que han suministrado más de 16 millones de dólares en asistencia a los Cascos Blancos.
Vanessa Beeley es clara y diáfana en este punto a la hora de hablar de la agencia paralela de la CIA, la USAID: El historial de la USAID como organismo dependiente del gobierno de EEUU, es decir de la CIA, utilizada como agente facilitador para un “cambio de régimen” en otros países, está ampliamente documentado. De América del Sur a Ucrania y Oriente Medio, la USAID juega un papel malévolo y destructivo en el desmantelamiento de las naciones soberanas y su reducción a estados vasallos al servicio de la hegemonía occidental, como siempre, todo en nombre de la libertad y la democracia.
Beeley señala que Le Mesurier, el artífice mercenario-espía de la creación de los Cascos Blancos sirios, ha sido retratado como un héroe inconformista en favor del humanitarismo, que milagrosamente estuvo en el lugar correcto (Estambul) y en el momento adecuado, justo cuando surgió la necesidad de crear un equipo de Defensa Civil en Siria, tal vez por casualidad, sólo unos meses antes de que ocurriera el ya famoso y universalmente (a excepción de algunos propagandistas acérrimos) desacreditado ataque con armas químicas en la ciudad de Ghouta, en agosto de 2013, un evento que se ha demostrado, sin lugar a dudas, que fue un ataque de falsa bandera.
Pero Le Mesurier ni estuvo en Estambul anecdóticamente, ni de turista accidental. Más al contrario, todo estaba preparado para ser el gestor de una supuesta organización “humanitaria” que recoge víctimas de la crueldad de las tropas sirio-rusas. El periplo internacional de Le Mesurier como agente imperialista lo relata detalladamente Beeley:Se nos dice que Le Mesurier dejó el ejército británico en 2000 y fue a la ONU como jefe adjunto de la Unidad de Asesoría sobre “Seguridad y Justicia”. Asímismo desempeñó el cargo de Representante Especial de Seguridad de la Secretaría General de la ONU en Kosovo. Su carrera le llevó a Jerusalén, donde trabajó en la aplicación del Acuerdo de Ramallah para, a continuación, ir a Bagdad como asesor especial del ministro iraquí del Interior. Además, en 2005, fue nombrado vicepresidente de Proyectos Especiales de la firma privada de mercenarios Olive Group y en enero de 2008 fue nombrado director de Good Harbour International (empresa de seguridad y servicios estratégicos), ambas con sede en Dubai.

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