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2 de octubre de 2019

El hombre en búsqueda de un sentido absoluto

1. Introducción
La primera fuerza o necesidad que el hombre experimenta ya desde su adolescencia, es la de encontrar un sentido a su propia vida. La voluntad de placer, de gozar de la vida, no es la fuerza fundamental del hombre, no es la que puede explicar toda la historia de la humanidad y de cada hombre en particular. Tampoco la voluntad de afirmarse y de ser alguien en la sociedad es la ultima y mas importante tendencia del hombre.
Lo que en realidad el hombre mas necesita es encontrar un sentido a su existencia, ubicarse en el mundo del porque y saber si todo tiene un sentido, o en cambio es solo una promesa que nunca se realizara.
El hombre es capaz de vivir e incluso morir por sus ideales y principios, pero no puede inventar el mismo estos ideales. No podemos como nos propones Sartre, inventar nosotros el sentido de nuestra vida. Podemos descubrirlo, no inventarlo.
La vida del hombre no es, pues, un estado de satisfacción, sino una tensión, un conflicto, una lucha para descubrir una solución al problema fundamental.
El hombre es esencialmente esta tensión entre el tedio y el deseo. Experimentar el vacío la perdida del sentido de la vida el lo que constituye la angustia existencial del hombre..
A veces, el hombre quiere huir de esta realidad y compensarla con el dinero, con el sexo, la droga, el poder, la actividad frenética.
Pero la pregunta existencial: "Vale la pena todo esto .. ? ", vuelve a inquietar siempre al hombre. Vale la pena encarar este tema y buscar las pistas de solución
2. El Hombre es un ser inacabado y en búsqueda de la plenitud
El hombre es un ser contingente.
Contingente significa que es pero podría no haber sido, que su existencia es un don, algo recibido gratis, como un valor del que no se puede disponer como dueños. El hombre es un ser contingente porque recibe la existencia, tiene el ser peor no es el ser. La categoría del tener, recibir, exige una razón, un mas allá del ente finito; el hombre no es su existencia sino que la recibe de alguien.
La existencia del hombre, en el cual únicamente el ser se revela, se manifiesta como recibido, consiste en la apertura al principio absoluto. El hombre así no es solamente: ser con los otros existentes, ni solamente ser con las cosas, sino que constitutivamente es también ser abierto a Dios.
Los hombres antes que ir a Dios, Viene de El, o mejor, están viniendo, porque la existencia es un continuo e ininterrumpido recibir del ser.
El Hombre no es feliz
El hombre quiere realizarse según su proyecto, pero muchas veces esto no es posible. Cuantos seres humanos no alcanzaron siquiera un minuto de realización. Cuales son las condiciones que se precisan para llevar a cabo nuestros proyectos.
Siempre, hasta el hombre mas afortunado, queda insatisfecho de lo que es y de lo que hace. Dos soluciones parecen abrirse al hombre insatisfecho: o apagar sus deseos y quedarse tranquilo con lo que tiene, cortar su deseo de plenitud y de infinito y vegetar, vivir o morir, o buscar mas allá del tiempo la realización de su ser.
La primera tentativa no tiene posibilidad de éxito. El hombre siempre espera algo mas de lo que tiene, tiende hacia le felicidad que nunca puede encontrar mientras viva. La muerte inexorable acabaría con toda felicidad.
La segunda tentativa es la que abre al hombre al hombre al ser absoluto, a un sentido ultimo de la existencia
Que podemos esperar
La esperanza podría ser una ilusión, un engaño, una incapacidad para aceptar la realidad de la vida, así como es, un inconsciente cobardía a aceptar la muerte.
El hombre es un ser finito, contingente, limitado y si se crea ilusiones de plenitud y de felicidad imposibles, él y solo él es el responsable de la inevitables desilusiones.
Queremos en cambio, demostrar, partiendo de la estructura del hombre mismo, que la esperanza que la inquieta nos es un residuo de la infancia, ni de ninguna manera de signo de madurez o cobardía, sino que se revela la misma naturaleza del hombre. Las cosas materiales y las personas que el hombre experimenta a lo largo de toda su vida no cubre la inmensidad del ser. Siempre podemos pensar en nuevos mundos, en realidades mas grandes de las que conocemos.
Detrás del intelecto que tiene un horizonte infinito esta la voluntad como tendencia hacia el bien conocido, hacia el ser manifestado por el intelecto. Si el intelecto tiene una apertura infinita, también la voluntad tiene un deseo infinito.
Querer que el hombre se conforme con lo temporal y presente, limitado, es como matar al hombre, cortarle la tensión natural hacia el bien infinito.
3. La respuesta del humanismo ateo
La vida no tiene sentido porque el hombre tiene la responsabilidad de darle el sentido que el libremente quiere darle.
Sartre afirma que el hombre, sin ninguna norma o modelo preestablecido, con una libertad sin limites, tiene el deber ineludible de elegir libremente que tipo de hombre quiere llegar a ser y que valor o sentido quiere dar a su vida.
Cambus, en cambio, aun compartiendo el ateísmo de Sartre, afirma que algo tiene sentido. La vida del hombre tiene este sentido: el no sentido.
El materialismo ateo no responde a la pregunta sobre el futuro del hombre después de la muerte. Son problemas, afirma Carlos Marx, de origen burgués. Cuando el hombre haya dominado perfectamente la naturaleza y creado una sociedad de hombres iguales y felices el problema del mas allá y de Dios perderá todo interés.
La insuficiencia de un personalidad impersonal
Hay algunos que dicen que hay que conformarse con una inmortalidad en el recuerdo de los que vivirán después de nosotros. La única forma de sobrevivencia seria de seguir viviendo en la memoria de las generaciones futuras.
Si la muerte es la ultima palabra en la vida del hombre, nada tiene sentido. Somos como un fósforo que se prende y se apaga en pocos segundos. Vale la pena?.
Hasta los ateos se revelan ante esta conclusión, no acepta que la existencia no tenga sentido. De que sirve la libertad si todo termina en la nada?. Cambus afirma: Que libertad puede haber en sentido pleno, sin garantías de eternidad?. Aunque no se pueda demostrar filosóficamente la inmortalidad del hombre, sin embargo, hasta el mismo Jaspers, en el ultimo periodo de su vida subraya la posibilidad de una pista hacia el mas allá: es el amor.
Gauudium et spes N°18
El máximo enigma de la vida humana es la muerte, el hombre sufre con el dolor y la disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instintos certeros cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo.
Un trampolín para lanzarse al vacío de la esperanza



Que son las situaciones limites. Llamo situaciones limites, a saber que siempre me encuentro en situación, que no me es posible vivir sin sufrimiento y de lucha que inevitablemente me cargo de culpas, que tengo que morir. Muerte, sufrimiento. lucha, culpa. 
La única salida, tiene que consistir en un salto realizado gracias a la fe religiosa, porque las situaciones limites, son enigmas que esconde la trascendencia. Trascendente es el ser superior distinto y personal que desde la otra orilla atrae y llama sin que se le pueda ver.
En una hipótesis pesimista, en que la muerte es el fin de todo y de toda esperanza habría que concluir con la triste constatación: Muy pocos son los seres humanos que llegan a una personalidad madura y nadie llega a sentirse plenamente realizado. La conclusión entonces es esta: o el absurdo de una vida inútil destinado al fracaso o el misterio que nos viene al encuentro como una esperanza.
El hombre se encuentra con la trascendencia y esta siempre abierto a ella con una perspectiva ultima. Es inevitable, es natural y espontaneo que el hombre se pregunte por una realidad que esta mas allá de lo percibido, de lo temporal o contingente.
El problema de Dios, hoy, se enfoca como problema del sentido de Dios para el hombre, Puede el hombre ser persona libre?. La respuesta depende del concepto de cada hombre se formula de Dios a lo largo de toda su vida.
Lo que importa no es tanto si crees en la existencia de Dios, o no crees: lo que importa es que valor tiene esta creencia en Dios para tu vida. Si uno vive creyendo en Dios pero actuando como si no existiera, el suyo es un ateísmo practico, este hombre no cree en Dios porque no se fía de El.
Que se entiende por trascendente
En sentido amplio trascendente es todo lo que sobrepasa toda realidad natural y también al hombre. Esta realidad superior o absoluta es distinta del mundo aunque se relaciona con el.
En sentido estricto trascendente es un Ser personal infinitamente superior a toda realidad, el ser absoluto y perfecto del cual todo depende: trascendente en este sentido es Dios.
No hay un ateísmo sino muchos ateísmos
Ser Ateo o creyente, no depende muchas veces del hombre mismo, sino de la cultura en que nace, de las circunstancias y experiencias que le vivir.
No se puede hablar de ateísmo sino de ateísmos. Muchas son la formas y raíces del ateísmo: la que se fundamenta la ciencia, la psicología, en la historia y en la filosofía.
Si Dios nos quiere, nos quiere para siempre
En la hipótesis de que Dios existe y sea de veras el creador de todo y de todos, el problema de la inmortalidad del hombre.
Buher y Levinas, de creencia judía, y muchos otros filósofos contemporáneos sin excluir a Heidegger y Jaspers, no cierra la posibilidad de una vida futura. Si Dios nos crea como personas significa que nos quiere como personas no nos puede tratar como cosas que se usan y se tiran. Si el hombre no viviera para siempre, seria como una cosa que una vez usada, se tira.
El amor de Dios creador que hace existir a la persona garantiza la eternidad del don personal de la existencia, si Dios me quiere, me quiere para siempre.
Un esquema interesante
El hombre, según el plan de Dios se ubica en el universo según esta relación:
  • Como "yo" personal: se relaciona con lo demás, con el mundo y con Dios.
  • Como "comunidad": que no es la suma de los individuos sino algo nuevo, se relaciona con las personas individuales, con las cosas y con Dios.
  • Las cosas no están en relación directa con Dios porque El las creo para el hombre y las confió a su responsabilidad.
Las cosas, pues esta en relación con:
  1. Cada persona individualmente: la cual tiene derecho de apropiarse y utilizar de manera exclusiva algunos bienes materiales para su necesidad y seguridad.
  2. La sociedad y la humanidad entera, en cuanto al uso de lo bienes.
La sociedad tiene que buscar el bien común que es el conjunto de las condiciones económicas, sociales y políticas que permiten y favorecen la realización integral de la persona humana. La persona y la sociedad tiene una relación directa con Dios. No es posible reducir la relación con Dios a nivel privado, individual. También la religión tiene que ser vivida comunitariamente.
El hombre va a Dios con responsabilidad personal y también comprometido con los demás, como miembro de una comunidad religiosa. Nadie puede relacionarse con Dios dejando de lado la relación con los demás.
El pecado es la ruptura de todas y cada una de estas relaciones:
  • con las cosas: cuando la persona se deja esclavizar por los bienes materiales y pierde su dominio y libertad
  • con las personas: cuando por el odio y la incomprensión rompe los lazos de amor para con los demás.
  • Con Dios: esta es la ruptura fundamental. Cuando el hombre no busca los valores absolutos o rehusa culpablemente la relación con Dios, por no aceptar su amor.
Para completar el problema antropológico sobre la unidad indisoluble de alma y cuerpo tenemos que enfrentarnos con el problema de la muerte. La solución platónica parecería ofrecer una explicación fácilmente armonizable con el mensaje cristiana que anuncia la inmortalidad del hombre, bastaba añadir a la tesis platónica de la espiritualidad e inmortalidad del alma, la fe en la resurrección del cuerpo al final de los tiempos.
La antropología contemporánea, en cambio, con la afirmación de la inseparabilidad de los dos elementos del hombre, cuerpo y alma, parecen total oposición con la fe cristiana. Queda afirmar que todo el hombre muere o que el hombre muere del todo.
Todo el hombre muere
La antropología contemporánea acepta el desafío y no teme afirmar que, en realidad, todo el hombre muere. Si la persona humana es un nudo de relaciones, la ruptura con los demás y con el mundo dignifica la muerte total del hombre. La muerte es un existencial, una característica esencial de la condición humana.
La filosofía nos conduce hasta el umbral de la fe
La razón no tiene argumentos para afirmar con toda seguridad que la muerte es la ultima palabra, ofrece, en cambio, una sospecha, algunos indicios que no tiene que ser así.
La vida humana tiene sentido, la persona es un fin, no es medio subordinado como instrumento para algo superior. La curva de la vida biológica, no coincide con el crecimiento y desarrollo de la persona. La curva de la vida se constituye en parábola, porque nace, crece, se desarrolla, madura, envejece y muere. La muerte coincide con la vida porque el hombre va muriendo cada segundo, su vida es mortal.
Pero existe en el hombre otra línea de vida, la personal, la espiritual o interior.
La muerte: un despertarse en un mundo nuevo
Muriendo, afirma el teólogo Franklin, acabamos de nacer. De manera análoga al niño que pasa al nacer, del seno de la madre, al mundo de la luz, así el hombre que muere pasa, todo entero, alma y cuerpo de este mundo espacio-temporal, al mundo eterno, totalmente diverso e inimaginable.
La fe cristiana ofrece un perspectiva y promesa de resurrección. Dios no nos ha creado para morir, sino para llegar a la plenitud de vida y felicidad.
Nos despojaremos de este cuerpo y no revestiremos de uno nuevo
La mayor dificultad de superar es una evidencia irrefutable: con la muerte nuestro cuerpo queda sin vida y de a poco se descompone y corrompe después totalmente y entonces, si el hombre sobrevive a la muerte, como el alma no se va a separar del cuerpo?. Es evidente que el cuerpo que muere y se reduce a un cadáver, no se trasforma, no se transfigura ni resucita de ninguna manera.
Pero el hecho de salir de este cuerpo no significa desencarnarse, el hombre no se reduce a puro espíritu, como enseñaba Platon, por el hecho de que pierde este cuerpo.
Este cuerpo que sembramos en la tierra como una semilla, no se levantara jamas, no lo recuperaremos materialmente.
La ultima verdad de fe que profesamos es el credo: esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. A la luz de la antropología dualista, la formula resurrección de los muertos nos hacia pensar en los cadáveres que se levantarían al final del mundo para reunirse con sus respectivas almas.
La nueva antropología nos sugiere otra interpretación resucitaran los hombres destinados a la muerte, nosotros que moriremos vamos a resucitar esperamos la resurrección de los que mueren.
Nadie volvió del mas allá
El cristiano responde: nadie volvió, excepto Jesús, el que crucificado bajo Poncio Pilato en el año 0 de nuestra era, resucito al tercer día y se apareció a Pedro y después a los doce.
Jesús y María también, nos dice M. Schmaus, uno de los teólogos mas seguros en su reciente manual de dogmática. La única diferencia esta en que sus cuerpos no fueron abandonos a la corrupción, sino que en ellos hizo su aparición el hombre nuevo y la muerte fue un pasaje trasfigurador hacia lo definitivo del mismo cuerpo material que tenían en el momento de la muerte.
7. Bibliografia
-"El problema del hombre", Joseph Gevaert
-"Que es el hombre", Emerich Coreth
Resumen:
El Hombre es un ser inacabado - El hombre no es feliz - Que podemos esperar -
La respuesta del humanismo ateo - Gauudium et spes N°18 - Un esquema interesante
Trabajo enviado y realizado:
Fernando Moreno
fmoreno[arroba]rieder.net.py5to. Curso "B"
Salesianito ? 2000
Asuncion - Paraguay

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