Muchas mujeres guapísimas, inteligentes e interesantes me escriben como psicoterapeuta, otras como amigas... porqué no entienden porqué son rechazadas por hombres que parecían mostrar mucho interés y atracción por ellas en una primera cita y luego el hombre, sin saber porqué, desaparece de la noche a la mañana sin dar muchas explicaciones ni dejar rastro.
Analizando los patrones psicológicos de estas mujeres y sus biografías familiares y, analizando mi propia biografía y los patrones disfuncionales que me acompañaron durante años en mi vida puedo diseccionar qué es lo qué estaba ocurriendo en mi vida que me llevaba como un impulso a la repetición una y otra vez al fracaso y a la frustración.
A pesar de tener una apariencia dulce y femenina mis patrones psicológicos eran bastante masculinos, también influyen nuestras hormonas, estrógenos y testosterona, pues hay mujeres con niveles más elevados de testosterona que de estrógenos y hombres con niveles de estrógenos más elevados que de testosterona.
El origen de estos patrones masculinos en mi caso vinieron marcados por un rechazo de la imagen de mi madre y de todo mi linaje femenino materno ( el cual considerada mi sombra y no quería aceptarla ) y la sobreidealización de lo masculino a través de
la imagen de mi padre y de todos sus ancestros.
Así, crecí con valores sobredimensionados de autosuficiencia económica y emocional, rechazo a mi vulnerabilidad y como consecuencia rechazo a mi intimidad verdadera y eso se traducía en mis citas con los hombres a una imagen falsa de "doña perfecta" que el guionista de mi mente había fabricado con todo lujo de detalles. Unido a un mecanismo de defensa de tener que mostrarme súper inteligente y "súper woman" para que me valorasen por algo más que mi sonrisa o mi cuerpo, tapando así la belleza de mi vulnerabilidad y la auténtica intimidad con el otro.
Con esta actitud sólo creaba una barrera artificial entre el Yin ( lo femenino) y el Yang ( lo masculino) y el rechazo que provocaba en los hombres era precisamente por mostrarme así: mostrándome así yo no dejaba espacio para que el hombre pudiera Ser, le estaba robando su espacio masculino y me estaba robando mi espacio femenino.
Así, en el terreno sexual me sentía atraída por hombres muy masculinos porqué era aquí donde me sentía femenina, pero al otro lado en el terreno emocional me sentía atraída por hombres muy femeninos en su psicología precisamente porqué era aquí dónde yo era complementaria con mi masculinidad y podía dar rienda suelta a esa masculinidad que el guiosta de mi mente había creado para mí.
Recuerdo una vez conocí un hombre con el cual hubo mucha conexión en todos los planos. Estuvimos juntos muy poco tiempo hasta el día que él me dijo: " Eres una Diosa para admirar, pero no una mujer para Amar " y, se fue de mi vida sin dejar rastro.
No me considero ninguna Diosa, evidentemente, pero esas palabras las tomé como una metáfora de mi comportamiento que debía de trabajar y limar.
Mi ex pareja con la que estuve 8 años, era muy femenino en su psicología y sexualidad porqué no había conocido a su padre biológico y se había criado en un ambiente de mujeres.
A su lado me sentía muy masculina porqué mi mente era muy simple ( cualidad que atribuímos por estereotipo a los hombres) al lado de la complejidad suya ( cualidad que otorgamos por estereotipo a las mujeres ).
Cuando conocí a Robert él sintió rechazo por esa parte "masculina" mía porqué la traducía en términos de dominancia. Robert es súper femenino en su psicología y sexualidad porqué fue abandonado por su padre biológico cuando tenía 4 años ( hace 1 año recuperó su relación ) y su vida estuvo marcada por la influencia de una madre dominante que asumió los roles masculino y femenino, así Robert proyectaba en mí esa imagen materna y por supervivencia tenía que huir de mí.
Después de empezar nuestra relación, al cabo de una semana me dijo que no lo tomará como un rechazo, que quería seguir conociéndome, pero sólo como amigos. Yo no entendía nada pues en aquel momento desconocía toda su historia familiar y le dije: "pero si podemos ser muy felices, hay mucho feeling entre nosotros".
Ahora, después de haber superado todos esos miedos y proyecciones y viendo lo felices que somos juntos le digo con humor: "ves como no era publicidad engañosa cuando te decía que podíamos ser muy felices".
Así, un buen día Robert tomó conciencia de los patrones inconscientes que estaban actuando en su relación conmigo y yo tomé consciencia de los patrones inconscientes que estaban actuando en mi relación con él y desde nuestro yo adulto pudimos trabajar todos esos condicionamientos de nuestra mente y educación.
Los roles de género, al establecer qué es propio de un hombre y qué de una mujer, legitiman la creación de estereotipos que asignan a todos los hombres ciertos valores y capacidades (fuerza, autonomía, decisión, objetividad, iniciativa, etc.) acordes con las funciones productivas, mientras que a todas las mujeres se les asigna otros diferentes asociados a las tareas reproductivas y de cuidados (debilidad, dependencia, sensibilidad, sumisión, obediencia, etc.).
En un intento por luchar contra el machismo de nuestra sociedad que ha imperado durante miles de años y sigue imperando, muchas mujeres hemos desarrollado un feminismo mal entendido que se traduce en un machismo a lo femenino donde no dejamos espacio al hombre para ser él mismo.
Eso no significa que tengamos que mostrarnos sumisas ante el hombre sino que es preciso desmontar los estereotipos sobre lo que significa la feminidad y la masculinidad, porqué ni los hombres entre sí son idénticos, ni las mujeres entre sí lo son.
Tanto las mujeres como los hombres saben que ni todos los hombres son fuertes, autónomos, asertivos... ni todas las mujeres son débiles, dependientes, sumisas... al igual que todas y todos sabemos que cada persona es diferente a las demás personas, que cada ser humano es singular y único.
En las parejas homosexuales estos problemas de roles de género también se hacen latentes y, también existen juegos de poder entre el Yin y el Yang, lo femenino y lo masculino.
El mensaje que os quiero transmitir es que el empoderamiento femenino debería traducirse en acompañar al hombre en su empoderamiento masculino y que seamos capaces de romper con los estereotipos sociales en los roles de género, que seamos capaces hombre y mujeres, mujeres y mujeres y hombres y hombres, de vernos y de sentirnos más allá de nuestra identidad de género y de sexo, que las mujeres y los hombres podamos aceptar todo lo femenino y lo masculino que vive en nosotros sin separar, todos somos Yin y Yang, pero el Sol y la Luna no pueden salir al mismo tiempo, así que hay que dar espacio para que el Sol brille durante el día y, también hay que dar espacio para que la Luna nos ilumine y acompañe en la noche.
No hay lucha entre sexos sino cooperación.
Con Amor, por si mi testimonio puede inspirar a hombres y mujeres para construir en igualdad y unidad.
Carmina ❤️🙏
Compartido por
Claudia Andrea Abarzua
Gracias Nelson Gustavo 🌸
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