Translate

19 de septiembre de 2016

Hecha la ley, hecha la trampa


Hecha la ley, hecha la trampa

Con este torrente monetario es como se lleva funcionando siete años y es en gran medida como se ha estado inyectando liquidez en la Zona Euro. 
Sin embargo, los problemas de financiación en los dominios del BCE no han terminado por respaldar a los bancos con miles de millones. 
Sí es cierto que en términos generales, la batería de rescates bancarios, quiebras y problemas de liquidez de las entidades se ha resuelto de esta manera, pero ni mucho menos se ha dado solución a la cuestión de la financiación de los estados, especialmente los del sur de Europa, que han ido observando a lo largo de los sucesivos años cómo su deuda no paraba de crecer e incluso con algún riesgo de impago.
Y es que los estatutos del BCE 
prohíben que el propio organismo preste a los estados. 
Esta decisión política provoca, como veremos, que los estados necesiten financiarse a precios de mercado, encareciendo en gran medida su obtención de liquidez. 
El BCE por tanto sólo puede prestar a entidades bancarias que reciban la aprobación de Frankfurt y cuya solvencia no esté en entredicho. Sin embargo, el Banco Central Europeo sí que ha financiado indirectamente con miles de millones a los estados. 
En una estrategia encaminada a limpiar de activos tóxicos las entidades y a dotar de liquidez y estabilidad a los estados con problemas, la autoridad bancaria europea ha utilizado insistentemente dos políticas. 
La primera, financiar a bajo interés a los bancos privados para que estos comprasen deuda pública de los estados, produciéndose un supuesto win-win bancario y estatal. 
Los mayores beneficiados de esto eran claramente las entidades, ya que con la compra de deuda pública conseguían activos de gran calidad a un interés bastante superior que el que les imponía el BCE, obteniendo así unos beneficios aceptables. 
De hecho, así es como se han ejecutado los rescates en Grecia, Irlanda o España, utilizando de intermediarios a los bancos. 
La segunda práctica ha sido la del “banco malo” – en España llamado SAREB –, esto es crear una entidad pública – para el caso español es una entidad público-privada – que comprase todos los activos peligrosos del sistema bancario con dinero procedente de Frankfurt. 
Esto ha saneado las cuentas de los bancos pero a costa de pasarle la deuda al estado, que dado que no puede vender los activos – comprados con sobrecoste – por su nula calidad, ha de responder ante el interés del BCE. Para ambas soluciones ha habido un claro ganador y perdedor, personificados en la banca y las cuentas públicas respectivamente. 
España - Economía - Finanzas - Ayudas a la banca

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta

Entrada destacada

PROYECTO EVACUACIÓN MUNDIAL POR EL COMANDO ASHTAR

SOY IBA OLODUMARE, CONOCIDO POR VOSOTROS COMO VUESTRO DIOS  Os digo hijos míos que el final de estos tiempos se aproximan.  Ningú...