El banquero de inversiones estadounidense James Rickards advierte de que una recesión es inminente y de hay que prepararse antes de que sea demasiado tarde.
Según Rickards, el CAPE tiene tres particularidades que lo diferencian de otras ratios manejadas por Wall Street:
Se construye tomando los 10 últimos años de beneficios y cotizaciones bursátiles, lo que permite suavizar los efectos de las fluctuaciones basadas en factores psicológicos, geopolíticos y otros factores que no reflejan los precios reales.
Se basa en acontecimientos pasados, y por eso descarta los guiones demasiado positivos que tanto le gustan a Wall Street.
Los datos son disponibles desde los años 1870, lo que permite realizar comparaciones históricas bien fundadas.
El experto indica que actualmente el CAPE se encuentra en el mismo nivel que en 1929, poco antes del inicio de la Gran Depresión, y más alto que en vísperas de la crisis económica de 2008. "La ratio nos está enviando advertencias de tormentas, aunque no podemos estar seguros de dónde y cuándo llegará el huracán", apunta Rickards.
En su artículo el financista destaca dos tipos de burbujas: las motivadas por narraciones y las provocadas por los préstamos baratos. Las primeras se basan en una historia o un paradigma nuevo que permite abandonar los métodos tradicionales de la evaluación. Uno de los ejemplos más famosos de ese tipo es la burbuja 'puntocom', que estalló en 2000 después de que los inversores aumentaran las cotizaciones bursátiles sin tener en cuenta tales indicadores como ganancias, beneficios y flujo de caja, entre otros. La burbuja crediticia tiene otra dinámica, argumenta el banquero: las burbujas de este tipo no necesitan ninguna narración, sino solo dinero fácil.
¿Dónde estamos ahora?
Según opina Rickards, actualmente "nos encontramos en una burbuja de préstamos, y no en una narrativa", ya que los inversionistas siguen más los métodos tradicionales que sus "sustitutos inventados que contienen los comunicados e investigaciones de Wall Street". Sin embargo, todo puede cambiar en un instante después de que disminuya el flujo de créditos.
"Pronto llegará una recesión", advierte el analista. El mercado bursátil va a ajustarse frente a las crecientes pérdidas crediticias y a unas condiciones crediticias más estrictas. "Nadie sabe cuándo exactamente sucederá, pero es hora de prepararse. Cuando el mercado se haya ajustado será demasiado tarde para actuar", concluye Rickards.
Desplome financiero mundial
La clave de los análisis de las burbujas es identificar la causa de esas burbujas. "Cuando se entienden correctamente las dinámicas ocultas aumenta la capacidad de obtener enormes beneficios", asegura James Rickards, economista y financista estadounidense, en su artículo publicado por el portal Daily Reckoning. Para pronosticar una posible burbuja, el autor propone usar el indicador CAPE (ratio precio-beneficios cíclicamente ajustada), también conocido como 'PER de Shiller' en honor a su inventor, Robert Shiller, economista y ganador del premio Nobel.
Tres peculiaridades
Según Rickards, el CAPE tiene tres particularidades que lo diferencian de otras ratios manejadas por Wall Street:
Se construye tomando los 10 últimos años de beneficios y cotizaciones bursátiles, lo que permite suavizar los efectos de las fluctuaciones basadas en factores psicológicos, geopolíticos y otros factores que no reflejan los precios reales.
Se basa en acontecimientos pasados, y por eso descarta los guiones demasiado positivos que tanto le gustan a Wall Street.
Los datos son disponibles desde los años 1870, lo que permite realizar comparaciones históricas bien fundadas.
El experto indica que actualmente el CAPE se encuentra en el mismo nivel que en 1929, poco antes del inicio de la Gran Depresión, y más alto que en vísperas de la crisis económica de 2008. "La ratio nos está enviando advertencias de tormentas, aunque no podemos estar seguros de dónde y cuándo llegará el huracán", apunta Rickards.
Dos tipos de burbujas
En su artículo el financista destaca dos tipos de burbujas: las motivadas por narraciones y las provocadas por los préstamos baratos. Las primeras se basan en una historia o un paradigma nuevo que permite abandonar los métodos tradicionales de la evaluación. Uno de los ejemplos más famosos de ese tipo es la burbuja 'puntocom', que estalló en 2000 después de que los inversores aumentaran las cotizaciones bursátiles sin tener en cuenta tales indicadores como ganancias, beneficios y flujo de caja, entre otros. La burbuja crediticia tiene otra dinámica, argumenta el banquero: las burbujas de este tipo no necesitan ninguna narración, sino solo dinero fácil.
¿Dónde estamos ahora?
Según opina Rickards, actualmente "nos encontramos en una burbuja de préstamos, y no en una narrativa", ya que los inversionistas siguen más los métodos tradicionales que sus "sustitutos inventados que contienen los comunicados e investigaciones de Wall Street". Sin embargo, todo puede cambiar en un instante después de que disminuya el flujo de créditos.
"Pronto llegará una recesión", advierte el analista. El mercado bursátil va a ajustarse frente a las crecientes pérdidas crediticias y a unas condiciones crediticias más estrictas. "Nadie sabe cuándo exactamente sucederá, pero es hora de prepararse. Cuando el mercado se haya ajustado será demasiado tarde para actuar", concluye Rickards.
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