Visto en maestroviejo
En el penúltimo post vimos una
cronología de los Annunakis. Lo bueno de esta cronología es que toda ella se
basa en tablillas, descubrimientos arqueológicos y una base material
constatable.
Una teoría alternativa, que
engloba la cronología de los Annunakis y que da respuestas a la cronología de
Exopolítica del SXX , pero que comienza mucho antes y da un sentido
totalmente diferente a todo, es la de los Pleyadianos.
Sin embargo las fuentes de esta
historia no son materiales. Las siguientes piezas de información sobre la
Historia Cósmica y Terrestre, han sido transmitidas en diversos textos por
Misioneros Rahma como Tell-Elam (Sixto Paz de Perú), Nordac (Ricardo González
de Perú), Hell-Aham (Cristian Sánchez de Argentina), Talmir (Mauricio García de
Chile) y Camilo Valdivieso (Chile), entre 1997 y 2007.
Todo comenzó en Perú en 1974 un
proceso colectivo de Comunicación y Contacto con «Inteligencias Superiores»,
conocido hoy como «Misión Rahma».
Tengo que decir que esta teoría
me afecta a nivel personal. Por aquella época, los 70, contacté con estos
seres, sin pretenderlo. (Se que eran ellos, por los datos de la cronología).
La experiencia se fue complicando
y poco a poco, notamos como el mundo real era sustituido por otro. En cada
sesión de comunicación sucedían cosas y se daban instrucciones que debías
cumplir.
Estas instrucciones te apartaban
definitivamente de tu vida ordinaria. Pero no podías salir. Veías cosas,
y actuabas en una trama.
Para cualquiera de fuera,
estábamos locos, poseídos de la sin razón, como pertenecientes a una secta.
Es difícil establecer una teoría
cuando tus informadores se sitúan en otro espacio, en otro campo, en otra
realidad.
Sin embargo, aquella experiencia
me dejó marcado para siempre. Desde entonces tuve otra percepción de la
realidad. Incluso llegué a experimentar una sensibilidad especial, para hacer
determinadas cosas, tal y como dicen; es como si recordara lo que nunca había
aprendido.
El paso del tiempo y la vida
volvieron las cosas a “la normalidad”.
Hoy en día, desde unos cuantos
años de experiencia, puedo decir que la influencia persiste y la atracción
continúa.
Hay múltiples Universos, pero
esencialmente podemos sintetizarlos en tres Universos, uno contenido dentro del
otro: el Universo Inicial o Primordial, que es el Interno, es el llamado
Universo Espiritual, Esencial u Original. Éste ha generado al Universo Mental,
también llamado Eterno o Intermedio. Y éste a su vez ha creado el Universo
Material, Físico o Externo. Cada uno actúa a través del otro.
El Universo Material abarca las
primeras 7 Dimensiones, habitadas por los Seres Ascendentes en Evolución. El
Universo Mental abarca las Dimensiones 8 a 10, habitadas por Seres
Ultraterrestres conocidos como los Helel o Resplandecientes. Y el Universo
Espiritual abarca las Dimensiones 11 y 12, donde descansa el Todopoderoso Dios
Uno.
Los Helel se agrupan en 9
Órdenes, conocidas en la Angelología como los Ángeles, Arcángeles, Principados,
Potestades, Virtudes, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Éstos
últimos, los de mayor Jerarquía, son Hijos del Dios Uno.
Los Helel son los verdaderos
Creadores del Universo Material, no siendo éste el primero, y probablemente,
tampoco el último. Ha habido muchos y muy distintos Principios, pues el Creador
Principal se experimenta a sí mismo a través de sus criaturas.
El Universo Material fue creado
por el Universo Mental, porque el Mental se experimenta a sí mismo a través del
Material, buscando con ello la Fuente de Todo. Porque es a través de la acción
material dirigida con Conciencia, que lo mental puede llegar a vivenciar la
Esencia Espiritual.
En esta última Creación, las primeras
Civilizaciones que fueron surgiendo, lo hicieron dirigidas por los Helel,
quienes marcaron una pauta del desarrollo, procurando la consecución de un
ideal mental que ellos mismos se habían propuesto.
LOS CRISTALES DE LA CREACIÓN
Con el desarrollo de Naves
Espaciales, la exploración del Universo y sus misterios fue una constante. De
esta forma llegó el descubrimiento que cambió vertiginosamente el desarrollo
tecnológico de las primeras Civilizaciones: sus Exploradores hallaron una forma
extraña de cristales, verdes y brillantes, muy cerca del centro de las grandes
formaciones nebulosas y próximas al peligroso núcleo de algunas Galaxias —en
donde muchas veces perecieron al ser absorbidos por Agujeros Negros
supermasivos—.
Entonces sus científicos
tomaron muestras y las estudiaron intensamente, concluyendo de que se trataba
de un desconocido fenómeno de «transmigración» y condensación de la Luz Mental
al haberse creado el Universo Material.
Estos cristales eran diferentes a
los conocidos en sus mundos de origen. El reciente hallazgo de aquellos
impresionantes objetos verdes brillantes ponía todo en jaque: tenían un origen
sobrenatural que les permitía acumular mayor cantidad de energía que los
cristales convencionales.
Ello, como es de imaginarse,
supuso un gran salto tecnológico para aquellas Civilizaciones que, con el
transcurso del tiempo, fueron aplicando el empleo de esos objetos para la
industria, la Navegación Espacial, y más tarde para la guerra. Les llamaron
«Ergomenón». Y de acuerdo a su geometría y programación podían ser aplicados a
distintas tareas. Pero aún no habían visto todo.
EL CRISTAL MAESTRO
Un grupo de científicos decidió
estudiar el centro de la Gran Nebulosa de Orión. No era la primera vez que lo
hacían, pero un accidente afortunado les llevó a dar con el mayor de los
descubrimientos.
La importante Nave, en la cual se
desplazaban a través del torrente de Radiación Ultravioleta de la Gran Nebulosa
—y resistiendo las duras condiciones allí reinantes— golpeó de pronto un objeto
que inicialmente pensaron se trataba de masa en formación. A través de sus
pantallas vieron el cuerpo de roca, ya fragmentado, y distinguieron en su
interior descubierto un brillo esmeralda que ya conocían.
Inmediatamente introdujeron el
objeto en la Nave y, al limpiarlo de su efectivo «camuflaje», se encontraron
con un bellísimo cristal octaédrico, que de inmediato se encendió y les mostró
cual Oráculo el futuro de su Civilización, una Gran Guerra que vendría, y la
aparición de una Nueva Raza que daría esperanza a todo el Universo.
Esto llegó a ser conocido como la
Profecía de Anrrom, palabra que significa «Día de la Gran Luz».
Los científicos que hallaron el
Gran Cristal, sorprendidos, comprendieron que aquel cuerpo había sido uno de
los primeros en «pasar» al Universo Material cuando el Plano entero fue creado.
Representaba el camino por el cual la Luz Mental se hizo sólida: una suerte de
Alquimia Cósmica, y por ende el secreto de cómo se habían «construido» los
Planetas y Estrellas, los Portales y las Galaxias. Aquel cristal maravilloso
encerraba la Fórmula de la Creación.
¿Era un ser vivo aquel cristal?
¿Qué fuente mantenía el orden de su perfecta estructura geométrica? ¿Cómo podía
«ver» el futuro?
Sea cual fuese la respuesta, los
Exploradores Extraterrestres no podían abandonarlo a su suerte en el Espacio.
Sabían que no tenían más remedio que llevarlo con ellos. Finalmente lo tomaron
como una misión, y se transformaron en sus primeros Custodios.
Esta fue una razón de peso por la
cual distintas Civilizaciones se empezaron a interesar en la Nebulosa de Orión…
LA GUERRA ANTIGUA
Entonces un grupo de grandes
Seres Insectoides, fue a Orión para tomar muestras de la Nebulosa (incluyendo
Ergomenones), como parte de un estudio tanto científico —para mejorar su raza—
como espiritual, pues deseaban comprender el misterio de la Creación de las
Esencias.
La Nebulosa de Orión tiene una
contraparte espiritual, conocida como RAH, «El Dador de Vida». Precisamente,
RAH es el «Estanque Cósmico», el Espíritu o «Alma Mater», de donde «destilan»
las Esencias o Almas de los Seres Inteligentes de la Constelación de Orión.
(Aunque Nordac se refiere a RAH
como «El Dador de Vida», tal vez sea más correcto decir «La Dadora de Vida», ya
que es concebida como una Madre Cósmica).
El grupo Insectoide procedía del
Planeta Acudrux, del Sistema Antares de Escorpio.
Esta visita no fue bien recibida,
por cuanto el celo de los Orionitas frente a la «Santidad» de RAH o «El Dador
de Vida» era extremo. Y la tensión no pudo ser manejada, teniendo en cuenta que
los visitantes de Antares, estaban haciendo sus estudios, sin haber comunicado
de ello al Consejo de Orión.
A consecuencia de este
episodio, estalló una verdadera Guerra que comprometió a otras Civilizaciones
Extraterrestres. Una Guerra en la que mundos enteros fueron exterminados.
Fueron empleadas armas terribles
y mortíferas, y los líderes de ambas partes —Orión y Escorpio— concentraron su
avance tecnológico en la creación de nuevas armas y hasta Ejércitos de Clones.
En Orión se creó genéticamente
una raza, al servicio de esta Guerra. Aunque de cuerpo frágil y pequeña
estatura, aquellos hombrecillos grises serían dotados de una gran capacidad de
aprendizaje, constituyéndose en poderosos científicos y operadores de
tecnología. Eran los principales aliados de los Orionitas.
Pero no fue suficiente.
Los Antarianos habían desarrollado
armas letales que estaban inclinando la balanza a su favor. Sin embargo, para
los Orionitas la Guerra continuaría, aún a costa de su propia desaparición, que
no parecía tener tanta importancia como los mundos inocentes que se vieron
afectados directa o indirectamente por esta espantosa Guerra Cósmica, conocida
en los Grupos Rahma como «La Guerra Antigua».
Conmovido por el peligroso
desarrollo de esta Guerra, el Comandante Supremo de las Fuerzas de Orión,
Satanel o Satanael —un Hombre-Serpiente del Sistema Rigel de Orión—, llevó a
cabo una intensa campaña por conseguir una tregua en medio del enfrentamiento
cósmico, lo cual logró, entrevistándose inclusive con el mismísimo Consejo de
Antares. Fue el inicio de la Paz.
LOS 33 EMISARIOS DE LA PAZ
En la Gran Guerra habían estado
involucradas las 14 Civilizaciones de Orión por un lado, y la de Antares y sus
Aliados por el otro. Y fruto de la paz y el intercambio mutuo en armonía, se
creó el «Consejo de los 33», con un representante por cada Civilización. Satanel,
por sus denodados esfuerzos en pos de la paz, fue elegido por unanimidad para
ser el representante de la Liga de Orión…
El lugar elegido para cobijar
esta iniciativa cósmica sería Ahelón, el Tercer Planeta del Sistema Mintaka de
Orión, que se convirtió en la sede de tres importantes Consejos: el de los 14
de Orión, el de los 24 Mayores de la Galaxia, y el recién establecido Consejo
de los 33, la base de operaciones de los «Emisarios de la Paz Galáctica».
(Nordac afirma haber sido
proyectado en Esencia o Espíritu hasta Ahelón desde la Gran Pirámide de Gizeh,
ya que esta Pirámide representaría al Sistema Mintaka donde se encontraría el
Planeta Ahelón. Sin embargo, el investigador Robert Bauval, descubridor de la
extraña relación entre las Pirámides de Gizeh y las Estrellas del llamado
Cinturón de Orión, afirma que la Gran Pirámide representaría a la Estrella
Alnitak y no a Mintaka. ¿Se ha equivocado Nordac en este punto? ¿Fue entonces
proyectado al Sistema Alnitak, y es allí donde se encuentra el Planeta Ahelón?).
Por su parte, los pequeños
hombres grises controlados por Satanel, fueron desplazados al Sistema Zeta
Retículi de la Osa Mayor. Y el Ejército de Orión fue reconvertido en una Orden
de «Guardianes y Vigilantes de la Paz Galáctica».
Entonces, los primeros
Exploradores, los que habían encontrado el Gran Cristal, se exiliaron y dejaron
éste a custodia de un grupo de 9 Guardianes y Vigilantes, comprometido en
secreto con la Profecía de Anrrom. Su función era cuidar, venerar y respetar el
Ergomenón Maestro.
También se construyó una Gran
Nave, blanca como la nieve, y con forma de Pirámide o campana. Sería conocida
como la «Nave Campana» —en lo que podríamos comprender en nuestro idioma— con
su significado de llamado al Despertar, a la paz que ahora volvía al Espacio y
que sentaba las bases de un Nuevo Orden.
Esta Gran Nave llevaría a los 33
a visitar diferentes mundos para sembrar aquel llamado a formar parte de
Confederación Galáctica. Llegaron a hacer esto en 9 ocasiones, antes de la
Rebelión de Satanel…
EL CONCILIO HELEL
La Humanidad de la Tierra tiene
un Nivel de Evolución Colectiva 3.3 (Cuerpo 3D y Conciencia 3D), aunque hay
individuos aislados de Nivel 3.4, 3.5 y hasta 3.6. Los Orionitas y otras
Civilizaciones, en cambio, habían alcanzado rápidamente estos Niveles de un
modo colectivo. Pero luego no se pudo avanzar más, produciéndose un
estancamiento general.
Esto era algo terrible, por
cuanto el Universo Material es dinámico, y un estancamiento significa una grave
crisis, una verdadera contradicción. Esto llevó a que se produjera una especie
de Concilio Cósmico entre los Helel Serafines, para deliberar sobre las causas
y consecuencias de dicho estancamiento.
En el Proceso Evolutivo, se había
logrado conectar el Universo Material con el Mental a través de la Mente. Pero
no se había llegado a conectar el Material con el Espiritual a través de la
Esencia. Por ello, las Civilizaciones Avanzadas, habían llegado a ser
mentalmente espirituales, pero no espiritualmente espirituales.
Durante el Concilio, uno de los Helel
Serafines aportó que, según su apreciación, el error cometido se debía al hecho
de haber permitido que se accediese demasiado fácilmente al Conocimiento,
restando méritos al esfuerzo de hallarlo. Por lo mismo recomendaba que se
invirtiera la figura, y se hiciese lo necesario para dificultar las cosas,
introduciendo en el Universo Material, Seres Mentales que colaboraran en el
ocultamiento de información y dificultaran al máximo el acceso a ésta.
Éstas Entidades actuarían como
disociadoras, separando lo que estaba unido, y creando la ilusión de la
imposibilidad e inaccesibilidad hacia lo Superior y Trascendente. Éstas
Entidades se convertirían en los llamados Demonios, a los que con el tiempo, se
les irían sumando en la Tierra diversos tipos de Espíritus, incluyendo los de
los muertos terrestres atrapados en el Bajo Astral.
El problema que se planteaba era
que la Entidad que sugería la modificación de las Reglas del Juego, consideraba
que debía seguirse trabajando con las Civilizaciones más avanzadas, que
dependían directamente de ellos. Estos Discípulos de aquellos Apoderados
Cósmicos, merecían según su parecer, la prioridad en el Proyecto de Avance
Evolutivo, porque además, según él, les restaba muy poco para alcanzar el Nivel
3.7.
Pero si bien es cierto que los
demás Helel Serafines valoraron su aporte, no estaban de acuerdo con que se
variasen las condiciones y la relación con las Civilizaciones más adelantadas,
lo cual podría ser percibido o interpretado como una traición por parte de los
Helel. Y que más bien, de buscarse y experimentar alternativas nuevas, debía
trabajarse con Civilizaciones que recién se hubiesen iniciado o que todavía no
habían surgido, y fueran a tener un destino incierto. Por ejemplo, Planetas
adecuados para un desarrollo superior, pero que fueran a tener una desaparición
súbita.
EL PROYECTO UR
Por ello, otro Helel Serafín
planteó la posibilidad de crear una alternativa mediante un experimento
especial en Planetas Clase «UR», es decir, Planetas Azules cuya vibración los
convierte en Planetas predestinados para un desarrollo espiritual superior, siempre
y cuando logren superar sus agudas crisis de inestabilidad.
Estos mundos están sujetos a una
vida efímera, debido a que fácilmente entran en convulsión o atraen otros
cuerpos del Espacio que colisionan con ellos, destruyéndolos. Pero a la vez,
esta inestabilidad permite una gran biodiversidad. Por ello, suelen ser
seleccionados como laboratorios de experimentación natural de nuevas formas y
alternativas de Vida y Evolución.
Se escogieron dos Planetas por
Galaxia de un total de 4 Galaxias de nuestro Grupo Local. Eran 8 mundos, todos
con las mismas oportunidades, y siempre, a partir de pertenecer a la Clase
«UR». Pero Planetas donde el proceso de vida hubiese cesado violentamente, y
pudiesen hacerse las modificaciones del caso.
(Según información recogida por
la canalizadora norteamericana Bárbara Marciniak, serían 12 Planetas).
El Proyecto consistía en tratar
de crear las condiciones como para que más adelante surgieran en ellos,
Civilizaciones con un potencial psíquico y espiritual capaces de ubicar y abrir
por sí mismos Portales Dimensionales, para reconectar en su momento los
Universos entre sí a través de las Dimensiones y Planos de Conciencia. Para
lograr lo que otros no habían conseguido, pero en un Tiempo Sin Tiempo.
De este modo, tenemos a una Evolución
como expectante de otra Evolución paralela, creada al lado.
Al ser un hecho la
Navegación Espacio-Temporal, se pueden crear Tiempos Alternativos, donde se
puedan barajar posibilidades nuevas y convenientes. Es posible saltar dentro de
un Tiempo que tiene forma espiral, y viajar así al pasado de mundos que se
destruyeron en su proceso de formación, y que si se llegase a evitar dicha
destrucción, dependiendo del momento en que se hiciese la modificación, no se
estaría alterando inconvenientemente, sino que, en gran medida, se estarían
creando nuevas oportunidades con consecuencias muy positivas, que podrían
beneficiar a muchos.
Si se llegase a cumplir con el
programa previsto para cada uno de esos mundos, no se estaría afectando
negativamente el Orden Universal, por cuanto originalmente no hubiese sido. Y
si por cualquier motivo se interrumpía el proceso en el camino, tampoco
afectaría, porque de todas formas no iba a ser. Se tomarían todas las
precauciones para que las intervenciones crearan posibles alternativas
positivas y ninguna negativa.
Una de las 4 Galaxias
seleccionadas sería la Vía Láctea, y uno de los 2 Planetas escogidos dentro de
esta, llegaría a ser la Tierra…
Pero esta modificación no
le agradó a aquel autor de la propuesta original y del diagnóstico sobre el
Estancamiento Evolutivo, aquel que conocemos legendariamente como Luzbel…
A Luzbel le disgustó la
posibilidad de que Civilizaciones nuevas y «advenedizas», que no habían
recibido la instrucción directa de ellos como fuente, pudiesen alcanzar
rápidamente Niveles Evolutivos muy altos y hasta lograran encumbrarse por
encima de las otras Civilizaciones más antiguas. Y así manifestó entonces su
descontento, saboteando de diversas formas el Plan Cósmico que surgió de aquel
Concilio.
Además, el otro Helel Serafín
señaló un «error» en una de las Civilizaciones más poderosas del Espacio, y que
sintetizaba la crisis que se estaba viviendo: Orión. Su tendencia guerrera y
colonizadora se estaba convirtiendo en un grave problema en el Universo
Material.
Para encontrar la llave que
permita comprender desde otra perspectiva esta situación y solucionarla, se
decidió que la siembra de Patrones de Vida en los Planetas UR provenga de la
Fuente Madre que originó la vida de esas Civilizaciones. En el caso de la
Tierra, se sembraría una Molécula de Vida procedente de la Nebulosa de Orión.
Se haría así bajo un propósito:
si los habitantes de estos Planetas lograban volver al Real Tiempo del
Universo, a través de una actitud más armónica y responsable, sobre la base del
Amor como herramienta de Ascenso Evolutivo, demostrarían a estas Civilizaciones
que sí es posible corregir estas tendencias, siguiendo una perspectiva
espiritual, más amplia y completa.
El otro Helel Serafín es aquel
que conocemos legendariamente como Micael, Enmanuel o el Cristo Cósmico…
LOS OPERADORES DEL TIEMPO
En el caso de la Tierra, no sólo
se sabía que el Planeta iba a alcanzar un cierto desarrollo que luego quedaría
trunco, sino que en el Real Tiempo del Universo, el fatal desenlace ya había
ocurrido.
El proceso había quedado
interrumpido cuando el Planeta sufrió los efectos de un Gran Cataclismo
Cósmico, dejándolo como un náufrago en los estertores de la muerte.
Por ello, al intervenir los
Enviados, se procuró modificar las cosas como para que el Planeta sobreviviera
en una primera etapa a su inestabilidad y a la Dinámica Universal bastante
agresiva.
Así, una vez que surgiera vida
consciente con capacidad de transformación, ésta debía luchar por su propia
supervivencia tanto material como espiritual, pero siempre bajo una supervisión
exterior, pendiente de los avances que se fueran alcanzando.
Quienes observaban y dirigían el
Proyecto de Vida en la Tierra, decidieron enviar a un grupo de «Operadores del
Tiempo», que viajarían a través de Pliegues Cósmicos o Puertas Estelares al
pasado, en un espacio contenido dentro del Gran Espacio, siguiendo una ruta
basada en la figura de la Espiral o «Rueda del Tiempo».
De esta forma, crearon una suerte
de «desfase temporal» en nuestro Planeta, dándole así una vida paralela en un
Tiempo Alternativo, que nos acompañará hasta que volvamos a reconectarnos con
el Real Tiempo del Universo.
Como el Proyecto Tierra requería
de ciertas condiciones para el Plan Cósmico entre ellas, la aparición del ser
humano, los «Operadores del Tiempo» establecieron esta «paradoja» para poder
crear aquellas Civilizaciones con condiciones específicas que permitan una
evolución acelerada, como es el caso de la raza humana.
Esta Paradoja Espacio-Temporal
habría dado como consecuencia una aceleración del tiempo en algunos sectores
del Universo donde sería posible que estas razas evolucionen a una velocidad
mayor que la normal.
LOS PADRES ANTIGUOS
De este modo, fueron comisionados
por el Consejo de la Confederación de Mundos, para viajar a través de los
Pliegues Cósmicos o Pasos Interdimensionales, un grupo de los llamados Elohim —Ingenieros
Genéticos, también conocidos como «Jardineros Cósmicos» o «Sembradores de
Vida»—.
Eran seres procedentes de la
Constelación del Cisne, que llegaron a nuestro mundo cuando estaban en pleno
proceso de formación sus Océanos, hace 3.000 millones de años de los nuestros.
Las Naves de estos
Sembradores de Vida, aterrizaron por primera vez en lo que ahora corresponde al
Lago Vostok del actual Continente Antártico, el cual se encontraba entonces en
el Ecuador Terrestre.
Ellos aceleraron el proceso,
sembrando esporas con la intención de cambiar la acidez de los mares y
convertirlos en alcalinos, y así modificar las condiciones químicas del Planeta
para depositar una Molécula de Vida Auto-Replicante, que derivaría más tarde en
el desarrollo de formas de vida complejas. La Molécula «Madre», venía de la
Nebulosa de Orión.
Posteriormente, los también
llamados «Padres Antiguos» constituyeron Bases Submarinas en los fondos oceánicos,
para supervisar el proceso planetario. Las tripulaciones, claro está, iban y
venían por el Espacio-Tiempo, estando así sujetas a un tiempo diferente del que
se vivía en la Tierra.
LA MÁQUINA DE KAYONA
Pero la Dinámica Cósmica no pudo
ser completamente revertida, a pesar de las variaciones que supusieron la
intervención. Y hace unos 1.200 millones de años, la Tierra atrajo sobre sí el
impacto de una Lluvia Meteórica, que acabó con la mayor parte de la vida.
Faltaba algún mecanismo que
ajustara la Tierra en su propia dinámica de tiempo y supervivencia. Así que,
una segunda y definitiva fase de ajuste del Tiempo Alternativo fue llevada a
cabo por seres provenientes del Sistema Maya de las Pléyades: Ingenieros
Genéticos y Arquitectos de Planetas, quienes instalaron una especie de
«máquina», que se encuentra hoy en el Lago Vostok.
La llamada «Máquina de Kayona»,
es como el «Estabilizador de Voltaje» por describirla de alguna manera, del
Planeta y su Tiempo Artificial. En ella está todo el conocimiento de cómo estos
seres dominan el concepto de Tiempo. Aquella tecnología, ante nuestros ojos
mágica, habría sido instalada en nuestro mundo en un nuevo viaje al pasado, por
cuanto tenía que hallarse en funcionamiento antes de la Lluvia Meteórica.
Gracias a esto, los Elohim de la
Constelación del Cisne pudieron continuar con su trabajo de «Jardineros
Cósmicos» y «Sembradores de Vida», hasta el momento de su relevo.
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