El Fondo de la Familia Rockefeller (RFF, por sus siglas en inglés) anunció en marzo de 2016 que retiraría sus inversiones en combustibles fósiles "tan rápido como fuese posible", ya que la petrolera ExxonMobil Corporation mintió acerca de los riesgos del cambio climático.
Pero... ¿que hay verdaderamente detrás de esta medida?
En aquella ocasión, el RFF publicó un comunicado en su sitio web que afirmaba que "no existe ninguna razón sensata que justifique que las compañías sigan explorando nuevas fuentes de hidrocarburos" teniendo en cuenta la amenaza que esta práctica supone para la supervivencia de los ecosistemas.
Según Politus, las declaraciones por parte de los Rockefeller demuestran que los intereses de la familia con el medio ambiente tienen únicamente el objetivo de generar beneficios para ellos mismos.
De acuerdo con el medio, muchos expertos renombrados ya han hablado acerca de la 'desvalorización' de la llamada "energía verde".
Los costes de producción de paneles solares, generadores eólicos y otros dispositivos para generar electricidad de forma no convencional, del mantenimiento técnico y del reciclaje de las máquinas después del fin de su vida útil excede en gran medida el ingreso obtenido por la electricidad producida por ellos.
Politus afirma que, en los últimos años, las compañías petroleras disminuyeron la inversión en nuevos yacimientos de petróleo y gas en medio de la crisis de 2014-2016.
Cuando las reservas existentes empiecen a agotarse, los precios del petróleo obviamente subirán.
En tales circunstancias, los ingresos de la industria petrolera crecerán de manera proporcional.
El medio afirma que es necesario "tener mucho cuidado y seguir cuidadosamente las manos del mago" para entender el engaño detrás de la decisión de los Rockefeller acerca de la venta de los activos de las empresas asociadas a los combustibles fósiles.
La publicación compara la medida del RFF con las acciones de Nathan Rothschild, quien hizo gran fortuna mediante la manipulación psicológica del mercado británico tras la Batalla de Waterloo.
En aquel momento, Nathan supo de manera privilegiada acerca de la victoria de Inglaterra en la batalla y utilizó esos conocimientos a su favor.
En los días siguientes, el hombre decidió vender sus Bonos del Estado británico, lo que hizo suponer a otros bolsistas que él tenía malas noticias de la guerra.
Todos empezaron a vender sus bonos también y las cotizaciones bajaron drásticamente.
Mientras tanto, los agentes secretos de Rothschild compraban los bonos y cuando, finalmente llegó la noticia de que Inglaterra había ganado la batalla, Nathan Rothschild ya se había embolsado decenas de millones.
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