“Proponemos que estas pruebas sean realizadas a todos los candidatos a puestos en la administración pública antes de que sean empleados oficialmente y también a cualquier figura pública”, declaró el jefe adjunto de la comisión de la Cámara Pública, Dmitry Galochkin, al diario Nezavisimaya Gazeta.
Indicó que esto también se aplicaría a todos los parlamentarios de la Cámara Baja.
Sin embargo, en la actualidad las pruebas del polígrafo son estrictamente voluntarias, en parte porque la ley rusa no contiene normas relativas a este procedimiento.
Para corregir esto, la Cámara Pública tiene la intención de preparar una base legal para que se apliquen dichas pruebas del polígrafo.
Después de que estas leyes sean redactadas, los activistas tienen la intención de promover controles universales y sistemáticos.
Galochkin dijo que las propuestas serían remitidas a la Administración Presidencial en septiembre.
El documento incluirá una lista aproximada de preguntas que podrían ser utilizadas en las pruebas. Los patrocinadores hicieron hincapié en que estas preguntas sólo se referirían a las actividades profesionales y que no tendrían nada que ver con la vida personal ni con los puntos de vista religiosos.
Otra parte importante del plan es que los especialistas que dirigirían dichas pruebas no sabrían de antemano quién estarían poniendo a prueba, con el fin de prevenir la corrupción en el sistema de polígrafo.
La jefa del “Colegio Nacional de Poligrafía”, Yulia Drobyazka, dijo a la prensa que la eficacia de las pruebas de polígrafo o detector de mentiras, se ha demostrado en numerosos experimentos y que estos dispositivos son ampliamente utilizados por las organizaciones de seguridad privada.
Las pruebas de polígrafo ya se utilizaron ampliamente en Rusia durante la reforma de la policía, que tuvo lugar en el período 2011-2012. En aquel entonces, el Ministerio del Interior emitió una orden que estipulaba que cualquiera que quisiera unirse a la policía debería someterse a un detector de mentiras para detectar anteriores usos ilegales de drogas y abuso de alcohol.
Las pruebas se realizaron con el consentimiento por escrito de los candidatos, y se presentaban junto con su solicitud de unirse a la fuerza policial.
¿Alguien se imagina que estas pruebas del polígrafo para detectar a corruptos se realizaran, por ejemplo, en España,antes de que los políticos pudieran acceder a cualquier cargo?
¿Alguien se puede imaginar lo que sucedería si regularmente se sometiera a los políticos y funcionarios con cargos públicos, a la prueba del polígrafo para saber si han cometido actos de corrupción u otras irregularidades?
No hace falta decir que al menos en España, los polígrafos explotarían o se incendiarían en plena prueba, incapaces de plasmar tanta mentira y corrupción…
De todas formas, también podríamos argumentar que la aplicación de una política de control exhaustivo sobre los empleados públicos de esta índole, podría resultar un mal precedente para las libertades.
Lo que al principio sería una aparente y maravillosa herramienta de control para los políticos y los altos funcionarios, pronto podría convertirse en una excusa para extender el control exhaustivo a toda la sociedad, convirtiendo potencialmente la actividad social en un infierno de control inquisitorial.
¿Valdría la pena arriesgarse a ello? ¿O es una iniciativa que debería aplicarse severamente, para acabar de una vez con todas con la lacra de la corrupción y la mentira institucionalizada?
¿Contribuiría a crear una sociedad mejor y más sana?
Estas son preguntas que deberían generar un gran debate por sí mismas…
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