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29 de enero de 2018

Cataluña y Venezuela entre las mandíbulas de la OTAN





Hay dos noticias enormemente importantes e interrelacionadas que explican muchos de los giros y contragiros que ha tenido la relación de nuestro país con Venezuela y, fíjense ustedes, los lectores, ¿qué sorpresa para algunos?, la relación del estado español con Cataluña.
Las noticias están mediatizadas e interrelacionadas por otras noticias “independientes”, que se cuelgan en los medios sin mayores comentarios:
-La declaración del Secretario General de la OTAN sobre Cataluña que se producía ayer -El rápido encuentro (preparado con anterioridad), de “intercambio de cromos”, entre el Jefe Donald Trump y el Presidente Kisling, Mariano Rajoy, que tenía lugar justo al inicio de la crisis catalana
-La doble noticia de la expulsión del embajador español de Venezuela por injerencia continuada en los asuntos del país, con “la equilibrada” y prevista medida de represalia del reino de España (supuestamente la expulsión del embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Madrid). Todo ello supone, al menos, la congelación de las relaciones salvo nueva orden de Trump.
-Además, los medios informan, en letra pequeña, del feroz incremento de los gastos de Defensa en España bajo control y presión de la OTAN y en plena crisis económica.
-Por supuesto, los sucesivos discursos del Rey sirven también de eslabón de enlace. El último el de Davosi, oscila entre los lugares comunes y la concreta referencia a Cataluña y su ruptura del estado de derecho.
Del estado de excepción al estado de guerra
Simultáneamente, las dos noticias explican muchas cosas, por ejemplo, el nombramiento por Mariano Rajoy de Cospedal como ministra de Defensa, la amenaza de ésta de intervención militar en Cataluña -con el apoyo operativo, de inteligencia y armada de la OTAN-, si no “dan abasto” las fuerzas policiales ; la advertencia de que Cataluña y el resto del estado que se coloque en estado de rebelión o reclame una Asamblea Constituyente continuará sufriendo, o sufrirá en el futuro, la aplicación del artículo 155.
Todos pues bajo el estado de sitio o de guerra, es decir: un estado “excepción-estado de guerra” abierto (artículo 155+Cospedal+Soraya Sanz de Santamaría), con la eliminación del Parlamento catalán y de todas sus instituciones, el encarcelamiento de quienes se han opuesto a estas medidas, incluidos el Vicepresidente del Parlamento catalán, y varios consejeros y altos cargos; la coacción –ahora sabemos que feroz y casi irresistible sobre la Presidenta del Parlamento, varios parlamentarios, los Presidentes de dos organizaciones civiles Ómnium Cultural y Asamblea de Cataluña: Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, respectivamente; y el exilio forzoso del Presidente de la Generalitat y de alguno de los Consellers. Por supuesto, varios cientos de personas están siendo vigiladas directa o informáticamente.
Todos serán sustituidos por el propio Rajoy (Presidente Supremo en dos ámbitos geográficos), bajo la dirección, en el caso de Cataluña, de su virreina la vicepresidenta, y, dado el caso de desborde popular, por la Jefa Política del aparato armado, la Ministra de Defensa.
Efectivamente, en el momento oportuno, ni un día más ni un día menos, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho en rueda de prensa lo siguiente:
“La cuestión catalana es una cuestión interna, que debe resolverse dentro del marco constitucional de España”, ha explicado una fuente oficial de la OTAN, que ha puesto en valor además que “España es un aliado comprometido, que realiza contribuciones importantes para nuestra seguridad compartida”ii.
De manera simultánea aparece en los medios de comunicación la noticia complementaria. Nicolás Maduro, presidente constitucional y elegido de Venezuela ordena la expulsión del embajador español por la continuada injerencia de su Gobierno en los asuntos internos de Venezuelaiii.
A los ingenuos –por falta de información, error, o miedo- les advierto: estamos en estado de guerra, dentro de la “guerra global”, en una fase de la misma, y en el campo de las intervenciones y subordinaciones del imperio. El horizonte, con el incremento del fascismo en los EE.UU, Europa y España, es muy negro para los pueblos.
Notas:
Antonio Maira es analista político y Capitán de Fragata de la Armada

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