Entra en el sonido de tu nombre y, por medio de este sonido, en todos los sonidos.
Tu propio nombre se puede usar como un mantra muy fácilmente, y es muy útil, porque tu nombre ha entrado muy profundamente en tu inconsciente. Ninguna otra cosa ha entrado tan pro¬fundamente. Si estamos todos sentados aquí, y todos nos dormimos y llega alguien y dice «Rama», nadie escuchará excepto la persona que se llame Rama. Él lo escuchará; su sueño se alterará. Nadie más escuchará el sonido “Rama”, pero ¿por qué escucha este hombre? Ha entrado muy profunda¬mente; ya no es algo consciente, se ha vuelto in-consciente.
Tu nombre ha entrado muy profundamente en ti, pero hay un fenómeno muy bello respecto a tu nombre: tú nunca te lo llamas; los demás te lo llaman. Los demás lo usan; tú nunca lo usas.
He oído que en la Primera Guerra Mundial se creó el racionamiento por primera vez en Estados Unidos. Thomas Edison era un gran científico, pero era muy pobre, así que tuvo que ponerse en la cola para obtener su cartilla de racionamiento. Y era un hombre tan eminente que nadie usaba nunca su nombre ante él. No necesitaba usar su nombre para sí mismo, y nadie más usaba su nombre porque era muy respetado. Todos lo llamaban «Profesor», así que había olvidado cómo se llamaba.
Estaba en la cola, y cuando dijeron su nombre, cuando preguntaron que quién era Thomas Edison, se quedó en blanco. Volvieron a decir el nombre, y entonces alguien, vecino de Edison, le dijo: «¿Por qué se queda parado? Están diciendo su nombre. Es su nombre, Profesor.»
Entonces se dio cuenta y dijo: «¿Pero cómo voy a reconocerlo? Nadie me llama nunca Edison. Hace tanto tiempo... Simplemente me llaman Profesor.»
Tú nunca usas tu propio nombre. Sólo los de¬más lo usan: lo has oído usado por los demás. Pero ha entrado muy profundamente. Ha penetrado como una flecha en tu inconsciente. Si lo usas tú mismo, se convierte en un mantra. Y ayuda por dos razones: una, cuando usas tu propio nombre, si te llamas «Rama» y usas «Rama, Rama, Rama...», de pronto te parece que estás usando el nombre de otra persona: como si no fuera el tuyo. O si te parece que es el tuyo, sientes que hay una entidad separada dentro de ti que lo está usando. Puede que pertenezca al cuerpo, puede que pertenezca a la mente, pero el que está diciendo «Rama, Rama...» se vuelve un testigo.
Siempre has dicho los nombres de otros. Cuando dices tu propio nombre parece como si le perteneciera a otra persona, no a ti, y es un fenómeno muy revelador. Puedes volverte un testigo de tu propio nombre, y toda tu vida está relacionada con tu nombre. Separado del nombre, estás separado de toda tu vida. Y este nombre ha entrado profundamente en ti porque todo el mundo te ha llamado esto desde que naciste; siempre has oído esto. Así que usa este sonido, y con este sonido puedes ir a las mismas profundidades a las que ha ido el nombre.
~Osho - El Libro de los Secretos Vol II
Gracias Puente de Luz
Y Veronica Heiland 🌷
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta