LA LEALTAD Y LA DECEPCIÓN
La lealtad y la decepción.
La lealtad no se pide. Se siente, se vive, se demuestra en los pequeños actos, en las ausencias que no pesan y en las presencias que no fallan.
Cuando alguien es leal, no necesita justificar ni explicar: su energía se sostiene sola.
Pero cuando llega la decepción… algo se rompe adentro. No es solo la confianza en el otro, sino en la parte de nosotros que creyó.
Y cuesta mucho reparar eso, porque la lealtad no se remienda: se reconstruye desde otro lugar, con otro tipo de mirada.
Hay quienes piensan que no vemos sus mentiras, sus medias verdades, sus juegos ocultos.
Pero el alma percibe lo que los ojos callan. Y aunque uno elija el silencio, no por cobardía, sino por sabiduría… sabe.
Todos mentimos alguna vez, de mil formas distintas, por miedo, por ego, por no perder algo o a alguien.
Por eso, lo más valiente es abrir el corazón y no jugar con el de los demás.
Porque la lealtad no se mide en palabras bonitas, sino en la coherencia invisible de lo que hacemos cuando nadie nos ve.
Y cuando todo se quiebra, cuando ya no hay nada que explicar, queda una sola certeza:
cada quien juega con lo que tiene en su conciencia.
Tisha Write * Visionaria
23/10/2025
15:00 hrs.
https://t.me/VisionariaVisionesInfinitas

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