La idea que empieza a cuajar en el razonamiento político y mediático de Madrid hace crecer la presión del CNI
ANÁLISIS - @JoanSole_ | En algunos momentos de la entrevista de ayer del presidente legítimo, Carles Puigdemont, en El Matí de Catalunya el candidato de Juntos por Cataluña repetía, una vez y otra, que no se debe comprar el marco mental del Estado .
Si Puigdemont es investido, telemáticamente o físicamente, Rajoy cae. Un efecto dominó que se puede extender en otros ámbitos de poder del Estado. Más presión policial, más silencio judicial, más cerca la derrota de quienes gastaron 87 millones en evitar un referéndum imparable.
¿Por qué es el ganador quien debe decir por qué quiere investir a un presidente telemáticamente en la anomalía de residir en el exilio lo que fuerza esta situación? ¿Por qué hay que dar explicaciones del voto delegado si el hecho excepcional es que hay presos políticos? Hasta qué punto hay prisa para formar un Gobierno con quien sea y como sea si te espera una institución con los presupuestos prorrogados y con las consejerías desguazadas?
Mañana se cumplirá un mes de la cita electoral, y la noticia es que los ganadores siguen actuando como los derrotados. Y lo que es más grave, quienes han perdido imponen su relato de cartón-piedra. A medida que se acerca la primera oportunidad para investir a un presidente, el 31 de enero, las voces que desde la capital del Estado suspiran para que no haya sorpresas crecen. "Investidura rápida y que no sea Puigdemont", sentenciaba Mariano Rajoy. Pues será a fuego lento y con Puigdemont.
Esta misma semana el directe!.Cat explicaba como el juez Llarena ha declarado secreta la investigación los mismos días que faltan para la primera investidura, una pista que hace pensar en que ha abierto la puerta a espiar el presidente Puigdemont. Ayer, la ex diputada cupaire del Parlamento, Mireia Boya, publicaba vía tuit como la frontera del Aran la Policía Nacional y la Guardia Civil revisan los maleteros: "paranoya máxima". Como decíamos antes, la victoria del cartón-piedra.
Si Puigdemont es investido, telemáticamente o físicamente, Rajoy cae. Un efecto dominó que se puede extender en otros ámbitos de poder del Estado. Más presión policial, más silencio judicial, más cerca la derrota de quienes gastaron 87 millones en evitar un referéndum imparable.