El Parlamento ruso aprueba la creación de un “superejército” para machacar a los terroristas de Estado Islámico, tanto en el extranjero como en su propio territorio.
La creación de la llamada Guardia Nacional, aprobada el jueves en primera lectura con 345 parlamentarios a favor y sólo 14 en contra, fue ordenada en abril por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien estará directamente al mando del cuerpo como supremo comandante en jefe y presidente del Consejo de Seguridad.
Esta unidad militar actuará en importantes operaciones antiterroristas en todo el mundo y tendrá un gran número de poderes y permisos, como el de disparar en situaciones como una toma de rehenes o un atentado, o el de retener a sospechosos terroristas e interrogarlos el tiempo que sea necesario antes de entregarlos a la policía o un juzgado.
Entre los cometidos de la Guardia Nacional, que pretende aumentar las posibilidades de asestar un duro golpe al terrorismo foráneo, aunque sobretodo el autóctono, está participar en misiones de combate en el extranjero, como las operaciones contra el grupo terrorista de Daesh en Oriente Medio, y también en misiones humanitarias.
La nueva unidad —integrada por tropas del Ministerio de Interior— estará encabezada por un antiguo guardaespaldas de Putin, Viktor Zolotov, y deberá dar parte directamente a Putin, quien tiene jurisdicción inmediata sobre el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB, en su acrónimo ruso).
Rusia mantiene un importante papel en la lucha contra el terrorismo. A finales de septiembre de 2015, y tras recibir una petición siria de ayuda militar para la lucha antiterrorista, inició una campaña militar contra la banda takfirí de Daesh.
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