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17 de julio de 2016

Una alternativa al euro

Una alternativa al euro

El brexit ha puesto de manifiesto que la Unión Europea no puede continuar haciendo más de lo mismo.

Es hora ya de emprender un cambio fundamental de rumbo. Si no se intenta, es probable que se produzcan confrontaciones descontroladas e incluso rupturas explosivas.

Si queremos evitarlas, es urgente e ineludible clarificar todo lo relativo a la cuestión de la moneda. Es un objetivo vital para el futuro de la UE, aunque no el único. Este es el principal mensaje del llamamiento que se expone a continuación, formulado antes de que se produjera la decisión del brexit.

Bloqueo de una Unión Europea social y democrática

El diseño institucional del euro ha jugado un papel fundamental en la crisis de la UE.

La reforma de la moneda común exigiría eliminar al menos una parte de la presión competitiva sobre los países del sur de Europa.

Sin embargo, sin acuerdos salariales altos en Alemania, no habrá programas de inversión estatal coordinados a nivel de la UE para proyectos sociales y ecológicos, así como tampoco una regulación efectiva y un control de los mercados financieros.

En cambio, las instituciones de la UE, con Alemania al frente, llevan ya años forzando programas de austeridad en los países del sur de Europa, socavando la democracia y el Estado del bienestar. Pero el fracaso de esta política ha sido más que evidente. En el sur de Europa, la gente está experimentando el rescate del euro como una sucesión de humillaciones que les degrada cada vez más al papel de subordinados.

Las contradicciones del sistema del euro alimentan el resentimiento entre los pueblos de los Estados miembros de la UE, provocando división.

Esta es una de las principales razones por las que la crisis ha sido un caldo de cultivo del nacionalismo y del populismo de derechas.

El euro, un problema clave Muchos expertos reconocen ya la defectuosa construcción de la Eurozona.

Para evitar que esta construcción se venga abajo, se ha diseñado todo un sistema de estructuras de apoyo, i.e.: Pacto Fiscal, Six-Pack [Paquete de las Seis Medidas], Two-Pack [Paquete de las Dos Medidas], ESM [siglas en inglés de Mecanismo Europeo de Estabilidad], etc.

El denominado Informe de los Cinco Presidentes prescribe la profundización de la integración siguiendo directrices neoliberales, lo que culmina en la irreversible y cuasiconstitucional imposición de la Austeridad.

Es necesario reflexionar sobre las alternativas al euro.

Como elemento central de la economía, la moneda es siempre un reflejo de las relaciones de poder y dominación dentro de una determinada sociedad.

El euro es algo más que monedas, billetes o el saldo contable en el banco: Es un sistema de regulaciones e instituciones que tiene al Banco Central Europeo (BCE) al frente. La forma en que un sistema monetario esté diseñado tiene un impacto enorme sobre la economía y la sociedad en su conjunto.

Un sistema monetario alternativo no resolvería todos los problemas que se interponen en el camino de una política orientada hacia el bien común.

Sin embargo, el régimen monetario es una cuestión clave. La opinión generalizada (también en círculos izquierdistas) de que la moneda es algo económicamente neutro es un error.

Lo que es necesario es emprender una discusión abierta para valorar la viabilidad de las diferentes propuestas que hay sobre la mesa. En el centro de esas discusiones debería estar la cuestión de la posibilidad y las condiciones para una disolución de común acuerdo de la moneda única en favor de un nuevo sistema monetario europeo. En nuestra opinión, es imprescindible que se permita que Estados individuales o grupos de Estados puedan llevar a cabo una salida ordenada, socialmente suavizada y voluntaria del sistema del euro.  Los estados deben abandonar la idea de la creación de un estado único Europeo.

Al mismo tiempo, debería ponerse fin a la posición de dominio del BCE y permitir que las economías nacionales dispongan de la flexibilidad y autonomía necesarias para su desarrollo económico y para superar la crisis. La sacralización del euro es completamente inaceptable. Justicia social, control de los mercados financieros, democratización

Queremos una política económica orientada hacia los intereses de la mayoría social y las necesidades ecológicas, así como políticas fiscales y sociales justas. El papel a asignar a cada uno de los niveles –local, nacional, europeo- es una cuestión abierta que deberá ser objeto de discusión.

Queremos una reforma profunda del sistema financiero.

Hay que cerrar ya el casino financiero. Urge poner los mercados financieros al servicio del desarrollo social y ecológico.

Por esta razón, rechazamos el proyecto de la unión del mercado de capitales, que sólo busca liberalizar aún más los mercados financieros.

Queremos una renovación democrática. Esto implica asimismo el reforzamiento de la democracia a nivel de los Estados miembros y su protección de las intervenciones autoritarias de la UE y del BCE.
Aprobado en junio de 2016

Para apoyar este llamamiento, véase: http://eurexit.de/appeal

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