Marruecos utiliza la emigración ilegal como medida de presión tras un desencuentro con la Unión Europea en materia de políticas agrícolas.
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Desde el año 2003, mientras cada vez más marroquíes llegaban a España legalmente, la emigración irregular paralela registraba un lento aunque constante descenso. En 2016 solo entraron irregularmente, por mar o a través de Ceuta y Melilla, 9.634 inmigrantes, lo cual es una cifra relativamente muy baja. Sin embargo, eso podrá cambiar en virtud de un conflicto entre Rabat y la Unión Europea, acerca de un acuerdo agrícola firmado en 2012.
El Ministerio de Agricultura de Marruecos publicó el pasado lunes 6 de febrero un explícito comunicado en el que avisaba de las "graves consecuencias" que causarían las "trabas" al citado acuerdo agrícola, que fue parcialmente anulado por un tribunal en diciembre 2015. El clima de tensión y el carácter amenazante con que Marruecos parece estar insinuando que las consecuencias de no cumplir este acuerdo podrían traer problemas a España y a Europa en el área de la inmigración irregular se refleja en esta pregunta retórica lanzada por el propio ministro Aziz Ajanuch durante una entrevista concedida a Agencia EFE, que recoge en sus páginas el diario 'El Confidencial': "¿Cómo queréis [los europeos] que hagamos el trabajo de bloquear la emigración africana y hasta la marroquí si hoy Europa no quiere trabajar con nosotros?".
Motivos para sospechar
Hay precedentes en la historia reciente que sugieren que Marruecos podría suspender deliberadamente su colaboración en el control de la emigración ilegal. Tal como afirma el propio diario 'El Confidencial' en la misma nota, "Marruecos ha desplegado grandes medios para que desde sus costas o a través de las ciudades de Ceuta y Melilla -el Ejército marroquí las rodea desde 2005 para protegerlas- los emigrantes no lleguen a España, pero a veces se relaja para expresar su malhumor por algún motivo. En tan solo 36 horas, entre el 11 y 12 de agosto de 2014, desembarcaron en las costas andaluzas y se introdujeron en las dos ciudades autónomas 1.200 inmigrantes, una cifra record en tan poco tiempo".
Los investigación policial llevada a cabo desde España, basada en interrogatorios a varios de los inmigrantes que lograron penetrar en España, reveló que tuvo lugar una inesperada ausencia de vigilancia marroquí en el estrecho. Desde entonces, las autoridades españolas siempre han tenido la sospecha de que esa súbita brecha temporal en la vigilancia, esa extraña ausencia de gendarmes fronterizos, se explica por una especie de represalia diplomática por la interceptación, a manos de la Guardia Civil, 3 días antes, del yate en el que navegaba el propio Mohamed VI por aguas de Ceuta. Hay que recordar que el monarca magrebí se sintió ofendido y el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tuvo que desplazarse a Tetuán para disculparse
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