El anuncio del Presidente Trump, que reconoce a Juan Guaidó "presidente legítimo" de Venezuela, fue preparado en una cabina de dirección subterránea, dentro del Congreso y de la Casa Blanca. Detalla el'New York Times (26 de enero). El operador principal es el Senador republicano, Marco Rubio, de Florida, "Secretario Virtual de Estado para América Latina, que orienta y articula la estrategia de la Administración en la región", ligado al Vicepresidente, Mike Pence, y al Consejero de la Seguridad Nacional , John Bolton. El 22 de enero, en la Casa Blanca, los tres presentaron su plan al Presidente, que lo aceptó.
Poco después - informes del ' New York Times - "SNR. Pence llamó a Guaidó y le dijo que Estados Unidos le habría apoyado si hubiera reclamado la presidencia ". A continuación, el vicepresidente Pence, transmitida a Venezuela un video mensaje en el que aliciava los manifestantes a "hacer que su voz sea escuchada mañana" y asegurada "en nombre del presidente de Trump y el pueblo estadounidense: Somos ustedes , estamos con vosotros hasta que se restaure la democracia ", definiendo a Maduro como" un dictador que jamás logró la presidencia en elecciones libres ".
Al día siguiente, el indometizado Trump proclamó oficialmente a Guaidó, "Presidente de Venezuela", a pesar de que el mismo no participó en las elecciones presidenciales de mayo de 2018, que boicoteadas por la oposición que sabía que iba a perderlas, decretaron la victoria de Maduro, la supervisión de muchos observadores internacionales. Estos bastidores revelan que las decisiones políticas se toman en los Estados Unidos, principalmente, por el "Estado Profundo", centro subterráneo del poder real mantenido por las oligarquías económicas, financieras y militares. Son estos que decidieron convulsionar al Estado venezolano, que posee, además de grandes reservas de minerales preciosos, las mayores reservas de petróleo del mundo, estimadas en más de 300 billones de barriles, seis veces superiores a las de Estados Unidos.
Para evitar el endurecimiento de las sanciones, que impiden a Venezuela recaudar los dólares de la venta de petróleo a Estados Unidos, Caracas decidió cotizar el precio de las ventas de petróleo no en dólares, sino en yuanes chinos. Un movimiento que pone en peligro el poder excesivo de los petrodólares. De ahí la decisión de las oligarquías norteamericanas de acelerar el calendario para sublevar el Estado venezolano y aprovechar su riqueza petrolera, no inmediatamente necesaria a EEUU como fuente energética, sino como instrumento estratégico de control del mercado mundial de energía en función anti-Rusia y anti-china.
Para este fin, a través de sanciones y de sabotaje, se agravió en Venezuela la escasez de bienes de primera necesidad para alimentar el descontento popular. Al mismo tiempo, la intensificación de la penetración de la "no - gubernamentales EE.UU.: por ejemplo, la" Fundación Nacional para la Democracia que financió durante un año en Venezuela, más de 40 proyectos sobre" derechos humanos y la democracia" cada uno con decenas o cientos de miles de dólares.
Dado que el gobierno sigue manteniendo el apoyo de la mayoría, está ciertamente en preparación, una gran provocación para desencadenar en el interior del país una guerra civil y abrir el camino a la intervención externa. Cumplice, la Unión Europea, que tras haber bloqueado en Bélgica, 1.2 billones de dólares de fondos estatales venezolanos, lanza un ultimátum en Caracas (con el acuerdo del gobierno italiano) para nuevas elecciones. En el año pasado, la misma Federación Mogherini que rechazó la invitación de Maduro para supervisar las elecciones presidenciales.
Il Manifesto 29 de Janeiro de 2019
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