MENSAJE DEL ARCÁNGEL GABRIEL EL REGALO

💛MENSAJE DE LA LUZ 💛
2 de NOV. 2019

          MENSAJE DEL ARCÁNGEL GABRIEL
                                 EL REGALO

Mis Seres Queridos:

Hablemos de la calidad del Amor, conocido como el regalo.

Hay un flujo constante, de dar y recibir energía en el universo, y está en la voluntad, de dar lo que desean recibir, que mantiene circulando en sus vidas, a la abundancia.

• El cuerpo, la mente, y los pensamientos de cada ser humano, están en constante y dinámico intercambio, con las fuerzas del universo.

Si queremos acelerar, y mantener este intercambio, debemos hacerlo, dando exactamente, lo que queremos recibir.
La energía que fluye, con respecto a la felicidad, el romance, las amistades, y la salud, son todos espejos, del flujo, que interactúa armoniosamente, dentro del campo que los rodea.

La circulación, permite la permanencia vital del flujo.

En términos simples, dar, es recibir, de acuerdo con las leyes universales, y los principios de la naturaleza.

Dar realmente, sin esperar nada a cambio, es tan fácil como respirar.
Cuando dan de corazón, los llenará de alegría.
Cuanto más dan, crean un vacío, que les permite recibir más de lo que han dado, en armonía con las leyes de la naturaleza, que exigen un buen equilibrio.

La intención, detrás de sus pensamientos, debe ser, crear felicidad o alegría, para quien da, y quien recibe.
Al igual que el reflujo, y la marea del océano, cuando hay intención sincera, lo que sale, siempre regresa.

Cada pensamiento, tiene un efecto de onda, afecta a todo y a todos, y tiene el poder de transformar, aquello en lo que se enfocan.
Pueden atraer material, personas y situaciones correctas, y buenas recompensas.

Si queremos alegría, debemos dar alegría a los demás.

Si alguien desea amor, deben dar amor y aprecio.

Si prefieren una vida más gratificante, deben ayudar a otros, compartiendo recompensas.

Si quieren bendiciones, deben aprender, a bendecir silenciosamente, a quienes lo rodean.

El regalo más poderoso, es totalmente inmaterial.

Al prestar atención al otro, dan amor, que proviene de la inspiración del corazón, en lugar del ego.

Lo que alguien da, otro lo recibe.
Ustedes son naturalmente abundantes, y la opulencia, son sus estados naturales.
Cada uno tiene de todo, por su naturaleza esencial.
Al dirigir sus pensamientos y acciones, al servicio de dar, inician un intercambio de energías receptivas.

Cuando se alinean con el espíritu del corazón, van a empezar a ver, sorprendentes sincronicidades, cuando enfocan sus pensamientos y acciones, en sus deseos más profundos.
Poco a poco, van a fluir, para recibir amablemente.

Sus confianzas en este proceso, van a crecer exponencialmente, al experimentar sincronicidades, que se ejecutan continuamente, una vez que se aplica esta ley.

Cuanto más dan, más son capaces de recibir.

Sus capacidades, de manifestar lo que quieren, se convierten en una segunda naturaleza.

A través de sus donaciones, entran en otro nivel de existencia, donde son uno con la energía de la Fuente.

El verdadero arte de la entrega, es dar, sin motivos egoístas.
Se convierte en bendición, tanto para el que da, como para el que recibe.

La generosidad, es una elección, que los hace felices.
Esta, proviene de creer, que tienen suficiente, para compartir con los demás.
Todos se elevan espiritualmente, y pueden hacer que la vida de alguien, sea mucho más brillante y feliz.

Dar el regalo de la risa, por ejemplo, trae consigo muchos beneficios físicos, mentales y espirituales, como la buena salud y la felicidad para los demás.

Otros regalos como un abrazo, una palmada en la espalda, o tocar un brazo, puede curar muchas heridas emocionales.

Al compartir ideas y sabiduría, entregan un regalo más.
Hacen del mundo, un lugar mejor, cuando motivan e inspiran, a cumplir sueños, a quienes no se animan.
Este tipo de regalo, puede cambiar la vida de la otra persona.

Otro regalo, fácil y abundante, es la amabilidad.
El amor incondicional, hace que el mundo, sea más amoroso, y todos, cosecharán los beneficios.

YO SOY, el Arcángel Gabriel, a través de Marlene Swetlishoff.