Será, que preparan su salida?? jjjj Interesante'
Hablábamos hace unos días en Vanitatis de cómo el coronavirus había afectado al día a día del colegio en el que estudian el príncipe George y la princesa Charlotte, hijos mayores de los duques de Cambridge. Tal como confirmaba este medio, varios alumnos del centro se habían visto obligados a quedarse en casa, ya que presentaban síntomas similares a los de esta enfermedad hasta que los resultados pudieran determinar si había contagio o no. Pero los pequeños no han sido los únicos miembros de la familia real británica que han visto sus planes ligeramente alterados por la existencia del covid-19.
Hasta la mismísima reina Isabel, conocida por su carácter hiératico y por seguir sus rutinas a rajatabla, ha tenido que variar sus costumbres. Este martes, se celebraba en el palacio de Buckingham una ceremonia de investidura para imponer las insignias de la Orden del Imperio Británico a diferentes personalidades. Una ceremonia que se repite muy a menudo y que también pueden presidir otros miembros de la familia, como hacía la semana pasada días el príncipe Guillermo. Aunque es un acto que habitualmente sigue un mismo patrón, el de este martes ha tenido un detalle diferente que no ha pasado desapercibido.
Y es que Isabel II ha llevado guantes, un complemento que es muy habitual en sus looks y que suele lucir en la mayoría de sus citas en el exterior de palacio. Pero nunca en el interior. Pero la alarma generada por el coronavirus ha hecho que la monarca opte por imponer las insignias y estrechar las manos de los premiados con los guantes puestos por primera vez. Un gesto que ha llamado la atención, ya que no era la única de los Windsor que tenía un compromiso oficial en el que el contacto con varios ciudadanos iba a ser inevitable: ni el príncipe Guillermo y Kate Middleton en Irlanda ni el príncipe Carlos en su visita anual al Royal College of Music han tomado ningún tipo de precaución para escapar del contagio. Pero quizá la avanzada edad de la reina Isabel, que supone un mayor riesgo, ha hecho que prefiera evitar el contacto directo.
Y quien también ha visto sus planes ligeramente modificados ha sido la que consideran su nuera favorita, Sophie de Wessex. La esposa del príncipe Eduardo iniciaba también este martes un viaje oficial a Sudán del Sur, convirtiéndose en el primer miembro de la familia en visitar el país. La sorpresa llegaba nada más aterrizar, cuando en el aeropuerto era examinada para detectar síntomas del coronavirus, tomándole la temperatura y realizándole otras pruebas rutinarias. Una medida de precaución que se toma con todos los ciudadanos que pisan el país y de la que, como vemos, ni la realeza escapa.
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