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9 de diciembre de 2021

Porque le llamamos amor si realmente es sexo?

 


Cuando un hombre y una mujer se aman pura y genuinamente el uno al otro, hay una completa armonía entre su cuerpo, su alma y su mente. 

Cuando su amor se expresa en su estado más elevado, tiene como resultado una perfecta unidad. Pero este amor también tiene su parte mala; puede ser contaminado por el abuso del sexo, que eclipsa el amor divino. 

La naturaleza ha dado una gran fuerza al impulso sexual, para que así la creación siga su curso; por consiguiente, el sexo tiene una parte en la relación entre hombre y mujer. Pero si convierte en el factor dominante, el amor desaparece por completo y en su lugar aparecen la posesividad y el abuso y la pérdida de la amistad y la comprensión. 

Aunque la atracción sexual es una de las condiciones bajo las cuales nace el amor, el sexo por sí solo no es amor. Sexo y amor están tan separados como el Sol y la Luna. Solo cuando el verdadero amor es lo más importante en la relación, el sexo se convierte en una forma de expresar ese amor. 

Aquellos que se preocupan demasiado del sexo fracasan en su intento de encontrar una relación conyugal satisfactoria. Es mediante el autocontrol que evitamos que el sexo sea la emoción dominante. En este mundo moderno, desafortunadamente, el amor es casi siempre destruido por poner demasiado énfasis en la experiencia sexual.

Aquellos que practican una moderación natural - no forzada - en su vida sexual desarrollan otras cualidades en la relación marido-mujer: amistad, comprensión, amor mutuo.


 "El romance Divino" 

Paramahansa Yogananda


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