El Parlamento Europeo ha aprobado el Informe Frías, impulsado por el eurodiputado de VOX y director de la Fundación Disenso, Jorge Martín Frías, en una votación que marca un punto de inflexión histórico: por primera vez, la Eurocámara reconoce oficialmente que el Pacto Verde ha estrangulado a las pymes europeas y ha frenado el crecimiento del continente.

Es una gran victoria política de VOX y un golpe directo al modelo Von der Leyen, sostenido durante años por populares, socialistas, liberales y verdes, que confundieron «ecología» con castigo y sostenibilidad con «empobrecimiento«.


Las pymes son el 99,8% de las empresas europeas, sostienen el 65,2% del empleo, generan más de la mitad del valor añadido no financiero y destinan más de 150.000 millones de euros al año sólo para cumplir trámites burocráticos.

Más de la mitad del tejido empresarial afirma que el mayor obstáculo no es innovar ni competir, sino sobrevivir a la regulación. Un 60% señala directamente las obligaciones del Pacto Verde como freno a la inversión.

El Informe Frías plantea un cambio de paradigma: Europa no puede crecer con más prohibiciones, más tasas y más intervencionismo. La propuesta aprobada exige: eliminar cargas innecesarias y trámites redundantes. Establecer exenciones reales para pequeñas y microempresas.; reducir normativa de forma medible y verificable, no con promesas vacías; movilizar el ahorro europeo para financiar a las empresas europeas —no a fondos extranjeros—; facilitar la inversión directa de los ciudadanos en pymes con incentivos fiscales y seguridad jurídica; y garantizar la competencia entre Estados frente al modelo centralista de Bruselas.

La aprobación del Informe Frías revela algo aún más profundo: el discurso económico dominante en Bruselas ha cambiado de manos. VOX y Patriotas por Europa han logrado derribar el «cordón sanitario» ideológico, reuniendo una mayoría transversal que admite el fracaso del modelo Von der Leyen.

El Informe Frías no es simbólico. Obliga a transformar el marco económico europeo: comienza la reducción real de cargas regulatorias. Los Estados recuperan autonomía para atraer inversión. Las empresas dejan de ser tratadas como «riesgo» y pasan a considerarse activos esenciales. El ahorro europeo se orienta a la economía productiva. El intervencionismo que expulsaba empresas hacia Estados Unidos y Asia entra en fase de retroceso