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- enero 22º, 2018
Por Carla Stea, periodista norteamericana, corresponsal de Global Research en la Sede de las Naciones Unidas, Nueva York, NY
Global Research, 22 de enero de 2018
Este artículo publicado por primera vez en junio de 2017 refuta la interpretación de los principales medios de que Corea del Norte, destruida por completo durante la guerra de Corea (1950-53) es un país atrasado y sus ciudadanos viven en un estado de pobreza abismal.
“Mi conciencia no me deja más remedio que romper la traición de mis propios silencios … Sé que el mayor proveedor de violencia en el mundo de hoy es mi propio gobierno”.
Reverendo Martin Luther King , premio Nobel de la paz.
“Las Naciones Unidas, que se crearon para prevenir el flagelo de la guerra, se han convertido en un instrumento de guerra”.
Ramsey Clark, Ex Fiscal General de los Estados Unidos
Introducción
Grabaciones obtenidas por cinta en la Casa Blanca, Washington DC, 25 de abril de 1971:
Presidente Nixon : “¿A cuántos hemos matado en Laos?” El consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger respondió: “En lo de Laos, hemos matado a unos 10 a 15 mil”
Nixon dijo: “Para el ataque en Vietnam del Norte tenemos en mente bombardear plantas de energía y las zonas portuarias. Creo que deberíamos volar los diques. ¿Eso ahogaría a mucha gente? Kissinger : “Unas 200 mil personas”.Nixon : “Prefiero usar la bomba nuclear. ¿Cómo lo ves Henry?. Kissinger : “Creo que sería demasiado”. Nixon : “Una bomba nuclear…..¿eso te disgusta? Sólo quiero que pienses a lo grande, por el amor de Cristo”.
2 de mayo de 1972
A mi regreso, el 25 de mayo de 2017, de la RPDC (República Popular Democrática de Corea), quedé consternada por la mentalidad totalitaria revelada por los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que apoyaron la nueva Resolución 2356, aumentando el estrangulamiento contra la RPDC, una heroica nación con personas progresistas y admirables que tratan desesperadamente de defenderse para que no se vuelva a repetir la bárbara matanza infligida a su nación, con la connivencia criminal del Consejo de Seguridad de la ONU, durante la primera Guerra de Corea, en 1950-1953.
El apoyo unánime a las nuevas sanciones por parte de los 15 miembros del Consejo de Seguridad es vergonzoso. Los quince miembros del Consejo de Seguridad, incluido Estados Unidos, saben categóricamente que la RPDC no atacará a otro país a menos que sea atacada primero o provocada deliberadamente.
Las Naciones Unidas están, una vez más, demostrando que son un apéndice del Pentágono. Al parecer, con el veto Ruso-Chino de las Resoluciones contra Siria, en los últimos años, la ONU tenía cierta dignidad como organización independiente. El 2 de junio, el Consejo de Seguridad de la ONU reveló que todos y cada uno de los miembros están bajo el control de los EEUU.
Y ahora están dispuestos a desatar un ataque bárbaro y criminal contra un pequeño país asiático, que es un ejemplo exitoso y duradero de sistema socialista, a pesar de las sanciones penales que hasta ahora han sido infligidas a esa noble gente por una sociedad racista que todavía trata de imponer su voluntad en todo el continente euroasiático. Como dijo el general MacArthur, “el Océano Pacífico es un lago anglosajón”.
Cuando se le preguntó al gran estadista Lakhdar Brahimi por qué instalaciones y personal de las Naciones Unidas han sido atacados repetidas veces en los últimos años, Brahimi respondió que la ONU ya no es percibida como una organización imparcial, sino que ahora se la considera como parte interesada en los conflictos.
No hay ejemplo más flagrante de servilismo cobarde de las Naciones Unidas que estar al dictado de los Estados Unidos apoyando unánimemente las sanciones cruelmente punitivas contra la RPDC, un país que describiría como un paraíso para los niños el cual ha proporcionado excelentes resultados en el cuidado de la salud y la educación, gratuitas; un logro del que pocos países capitalistas occidentales pueden presumir.
Uno de los mayores éxitos de los medios occidentales ha sido conseguir un lavado de cerebro totalitario entre la gente y dentro del sistema de la ONU, quienes son ignorantes de las realidades de la vida dentro de la RPDC. Sin embargo me desafiaron con arrogancia cuando describí lo que había descubierto durante mi visita personal real a la RPDC.
Ninguna, y repito, ninguna de estas personas había visitado la RPDC, sin embargo, opusieron una agresividad verbal sólo excedida por su ignorancia, insistiendo, como imbéciles, que ellos, a pesar de su absoluta falta de conocimiento, no creían lo que yo había visto.
Después de regresar de una visita en profundidad a la RPDC, es difícil, si no imposible, expresar con palabras, o incluso en fotografías, los logros absolutamente impresionantes conseguidos por la gente y el gobierno de Corea del Norte, que a pesar del bárbaro e indescriptible ataque militar de los EEUU y Corea del Sur que destruyeron completamente su país (con la vergonzosa colaboración de las Naciones Unidas), heroicamente ha reconstruido su nación.
Hoy, los norcoreanos perseveran valientemente en su desarrollo socialista, a pesar de las sanciones penales infligidas a la RPDC por el Consejo de Seguridad de la ONU, que intenta, en cobarde servilismo junto a los “intereses” estadounidenses, demoler este noble ejemplo de una realidad económica socialmente equitativa y de una sociedad democrática.
La RPDC sigue siendo un ejemplo admirable de búsqueda de justicia social y económica, a pesar de la amenaza para su supervivencia en forma de implacables chantajes y advertencias letales del militarismo de EEUU y Corea del Sur cerca de su frontera, (donde realiza ejercicios intimidatorios con el nombre de “decapitación del jefe de gobierno”), además de la extorsión económica y nuclear de los EEUU y su fiel lacayo del Consejo de Seguridad.
Cuando bajé del avión en el aeropuerto de Pyongyang no tenía ni idea de qué me podía esperar, más allá del bombardeo propagandístico y las terribles predicciones de peligro e ideas preconcebidas que han corrompido de forma abrumadora las mentes de casi toda la gente en Occidente.
Sabía, instintivamente, basándome en la experiencia pasada con esa propaganda, que la verdad inevitablemente debería ser completamente diferente de las historias de terror que me habían contado incluso los más correctos y sofisticados de mis colegas.
Pero nada de lo que había escuchado me había predispuesto sino para descubrir por mí misma a una nación de personas valientes, afectuosas, de gran intelecto, cuyos esfuerzos por crear una sociedad de justicia económica y social e igualdad estaban teniendo éxito, más allá de mis más imprudentes esperanzas y expectativas, y a pesar de las sanciones bárbaras inflingidas por la Gestapo de EEUU y su títere, el Consejo de Seguridad de la ONU, al pueblo de la RPDC.
Mi descubrimiento comenzó en el avión de Air Korya que me transportaba de Beijing a Pyongyang, y la conversación que entablé con un hombre de Corea del Norte que estaba sentado a mi lado.
No era la típica persona adusta y temerosa que la propaganda occidental me había hecho creer, sino un interlocutor amistoso y locuaz, que describió a Corea del Norte como uno de los últimos países socialistas que quedaban en el mundo.
Mientras hablábamos con la encantadora azafata sentada frente a nosotros, él me susurró que ella era una espía.
Respondí: “¿De qué lado está espiando, de la CIA o de Corea del Norte?” Luego, agregó que el hombre sentado detrás de nosotros era un espía. Miré a través de los asientos, y dije que el hombre detrás de nosotros estaba durmiendo.
Mi nuevo conocido norcoreano dijo que el hombre sólo pretendía estar dormido. Finalmente, me di cuenta de que mi nuevo conocido me estaba tomando el pelo, y sabiendo que soy estadounidense, estaba haciendo una broma con las ideas preconcebidas con las que Occidente ha adoctrinado a la gente.
Hablamos del mundo caótico actual, y cuando terminó el corto vuelo, y él me agradeció por haber tenido una conversación interesante, me di cuenta de que los norcoreanos podrían ser más interesantes y encantadores de lo que esperaba.
Me esperaba en el aeropuerto de Pyongyang el Sr. Jang Su Ung , el intérprete y guía que había solicitado cuando presenté mi larga lista de peticiones, al presentar mi solicitud de visa desde Nueva York.
Los norcoreanos no podrían haber elegido un guía más perfecto para mi viaje por la capital, un hombre cuya infinita paciencia, sensibilidad y juicio se adaptaban tan bien a mi curiosidad y temperamento insaciables de modo que toda mi visita se convirtió en el descubrimiento feliz de una nación de gente de inteligencia superlativa y dedicada a aquellos valores humanitarios en los que había perdido toda esperanza de encontrar alguna vez.
La campaña totalitaria que demonizaba a Corea del Norte me había preparado para exactamente lo contrario.
Me llevaron a la encantadora casa de huéspedes Kobangsan, e inmediatamente después de llegar me recibió el elegante y amable Sr. Ri Yong Pil , Director General Adjunto de la División Norteamericana del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Me agradeció mis artículos sobre su país y me invitó a cenar esa noche.
Después de cambiar mis zapatillas rosadas y vestirme de forma más bien formal, disfrutamos de una larga cena de deliciosa cocina coreana y una discusión sincera e integral sobre las realidades extraordinariamente complejas actuales del mundo de hoy y la situación única de Corea del Norte dentro de ellas.
Hice preguntas comprometedoras y poco diplomáticas, evitando ser evasiva y confrontando los temas más controvertidos.
Formulé una pregunta sobre el infame Kirby Report, que ya había estudiado en profundidad, del que descubrí que era una fabricación de propaganda basada en informes de desertores a los que se les pagaba por sus terribles falsificaciones. Y cuanto más grotescas eran sus historias, mejor eran pagadas.
El principal desertor, en cuyo testimonio se basó principalmente el Informe de Michael Kirby, Shin Dong-hyuk, admitió posteriormente que había mentido y falsificado sus declaraciones, que fueron, de hecho, repudiadas por la propia comunidad de desertores.
Hacer determinadas preguntas podría ser embarazoso para mi anfitrión, pero sabiendo, también, que mi investigación era esencial para la autenticidad de mi propia investigación, le pregunté al Sr. Ri sobre la identidad de estos desertores.
Respondió que algunos de los desertores habían sido encarcelados por violación de las leyes y otros delitos, y que no eran “presos políticos”, como falsamente alegaba el informe de Michael Kirby.
Es importante mencionar que Michael Kirby nunca ha visitado Corea del Norte, y su “comisión de investigación” se basa por completo en rumores, que posteriormente se revelaron como fraudulentos.
El secretario general adjunto de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, admitió que el informe Kirby de la Comisión de Investigación (basado en declaraciones de desertores muy bien pagados para proporcionar las invenciones que entendieron fueron buscadas “a posta” por la “investigación”) no cumplen con el estándar de la prueba requerida para la admisión como evidencia en un tribunal de justicia.
El Sr. Ri me informó que, aunque China había rechazado recientemente dos barcos norcoreanos que entregaban carbón a China, en sumisión a las abominables sanciones de la ONU, de hecho, muchas naciones y empresarios estaban ansiosos por hacer negocios en Corea del Norte e invertir en el desarrollo de los abundantes recursos de la RPDC
Las ultrajantes sanciones de la ONU son comparables al embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba durante décadas y que muchos empresarios astutos, en los EEUU y en otros lugares, consideran contraproducente y estúpido.
El Sr. Ri hizo hincapié en que el gobierno y la economía norcoreana, en particular, se basaban en el principio de la autosuficiencia y que habían evitado, siempre que fuera posible, depender excesivamente de cualquier otro país.
Esto explicaba la capacidad de Corea del Norte para sostener su progreso y los programas sociales humanitarios, a pesar de las sanciones punitivas y criminales de la ONU que intentaban estrangular a la nación.
Mencionó, con gran respeto, que cuando, recientemente, graves inundaciones devastaron la parte norte de la RPDC, causando muchas muertes y destrucción de viviendas, el presidente Kim Jung Un inmediatamente suspendió el trabajo en las infraestructuras menos esenciales de Pyongyang, y dirigió a los trabajadores hacia el área inundada del norte para construir nuevas viviendas para las víctimas de las inundaciones.
Su asistencia inmediata a las víctimas fue admirada por todos en el país.
La cena, como introducción previa a un encuentro con el gobierno de la RPDC, duró varias horas siempre en un tono cordial y de satisfacción mutua.
La postura del Sr. Ri reveló cero rigidez ideológica o fanatismo alguno, así como ninguna beligerancia o agresión hacia ningún otro país, incluido el pueblo estadounidense.
Su atención se centró en mantener y proteger los programas económicos y sociales que ofrecen vidas dignas y satisfactorias para los ciudadanos de la RPDC.
Le comenté a él, y al Sr. Jang, en confianza, que estando presente en una recepción en Nueva York un famoso y respetado reportero de un mass media estadounidense, acreditado ante la ONU, dijo al embajador chino Liu:
“¡Si yo fuera Kim Jong-un y hubiera sido testigo del ataque a Libia y de la tortura y asesinato de Gaddafi, y hubiera abandonado el programa nuclear, me aferraría de nuevo a mis armas nucleares!”
La mañana del 19 de mayo visitamos el Okryu Children’s Hospital, que solo puede describirse como un tributo milagroso a los niños de Corea del Norte, un diseño tan reconfortante y respetuoso de las necesidades de los niños que el edificio en sí ayuda a aliviar el trauma, para ambos niños y sus padres, de las enfermedades y lesiones de los niños, que son tratados por médicos y enfermeras capacitados con el equipo más actualizado.
Hay hospitales similares en todo el país y los médicos de otras instalaciones consultan por Skype con el personal médico en el hospital principal de Pyongyang.
Aquí es donde se tratan los casos más complejos o los que no se pueden atender en hospitales regionales ya que los niños necesitan cirugía más especializada o procedimientos de emergencia mediante transporte en helicóptero al hospital principal de Pyongyang, cuando el tratamiento extensivo se hace necesario.
Todo el tratamiento médico es gratuito y todos los niños de Corea del Norte tienen acceso a estas instalaciones médicas. Nunca, en ningún lugar, he visto niños hospitalizados con tan alta calidad asistencial y preocupación por las necesidades físicas y emocionales de ellos y de sus padres.
La sección de fisioterapia para niños que nacieron inválidos o con deformidades en las piernas que les impiden caminar era absolutamente extraordinaria, desde donde se les enseñaba a realizar ejercicios que rehabilitaban sus músculos de pies y piernas, transformándolos de inválidos en niños que podían caminar, correr y jugar normalmente.
La presteza con la que los niños practican estos ejercicios de rehabilitación para su curación es profundamente inspiradora y conmovedora.
Justo antes de llegar a este hospital, noté un detalle que reveló un mundo inédito acerca de las mujeres norcoreanas. Para mi asombro, una mujer que ingresaba en el hospital con su hijo llevaba tacones de aguja e iba vestida de forma realmente glamourosa y elegante, contradiciendo mis expectativas.
Esto hizo saltar por los aires el mito estereotipado de que los coreanos están ataviados con ropa gris, desaliñada, exponiendo su condición empobrecida y degradada que el mundo exterior les atribuye erróneamente.
Entonces me di cuenta, fascinada, de que otras mujeres también usaban tacones “glamourosos”, a menudo combinados con ropa elegante y coloridas sombrillas que les protegían del sol.
Le mencioné al Sr. Jang este detalle, enfatizándolo, porque los zapatos de una mujer, especialmente los tacones altos, a menudo son una expresión de su autoestima.
Y estas mujeres, en todo Pyongyang, evidentemente disfrutan de una alta autoestima.
Y, a medida que avanzaba mi visita, reconocí que la RPDC había logrado un progreso notable en igualdad de género, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030.
A continuación, esa misma mañana, visitamos el Hospital General Oftalmológico Ryugyong, que ofrece el tratamiento más moderno y actualizado para todo tipo de problemas visuales, desde el glaucoma hasta la degeneración macular.
Puedo dar fe del alto nivel técnico de sus instalaciones, ya que tenía mis propias lentes de contacto de monovisión que fueron verificadas en dicho hospital y los resultados de su examen fueron idénticos a los de mi oftalmólogo de Nueva York.
Estos hospitales están llenos de pacientes de todas las edades y todos reciben tratamiento completamente gratis.
El Sr. Jang me relató que los médicos y sus familias tienen todos los gastos pagados por el gobierno, para que los doctores puedan concentrarse, sin distracciones, exclusivamente en las necesidades de sus enfermos, proporcionando así a sus pacientes un nivel óptimo de atención.
Esa tarde visitamos la Escuela Secundaria de Pyongyang No. 1, donde, a petición mía, estuve en las aulas de biología, química y física.
Me invitaron a mirar a través del microscopio con el que los estudiantes estaban examinando la composición de las plantas, y vi los filamentos muy agrandados de una hoja.
En la clase de química, discutí con los estudiantes sobre las sustancias químicas que estaban estudiando, y cuando vi a una hermosa mujer profesora en la clase mencioné a mi traductor que estos estudiantes podrían enamorarse de su profesora de química y, como el nuevo presidente francés, Emanuel Macron, podrían casarse con esta bella maestra, probablemente 25 años mayor que ellos.
Mi comentario que fue, lógicamente, en broma, se lo dijimos a la maestra quien se rió y lo entendió, al igual que mi intérprete, tomándoselo con sincero humor, a pesar de mi “irreverencia”.
Estas clases de ciencias incluían tanto a niñas como a niños. Les expliqué que era una visitante de Estados Unidos y esperaba ansiosamente la futura amistad de nuestros países. Todos los estudiantes estuvieron de acuerdo con mis esperanzas.
Eran niños normales y encantadores. Fuera de la escuela había canchas de baloncesto y tenis. Las escuelas de todo el país son gratuitas y la educación es obligatoria en todo el territorio de la RPDC.
Luego, discutí esta visita con el Sr. Jang, quien me informó que el nivel de esos estudiantes es exigente y ambicioso, ya que se están preparando para los exámenes de ingreso en la universidad.
Le mencioné al Sr. Jang si el nivel educativo de los padres podría afectar a un buen resultado de los estudiantes en los exámenes ya que los hijos de los trabajadores agrícolas y de fábricas se podrían ver privados del enriquecimiento intelectual que si reciben los hijos de trabajadores profesionales e intelectuales, por lo que le señalé si estas diferencias podrían afectar el rendimiento de su examen.
El Sr. Jang respondió que, de hecho, todas las fábricas tenían escuelas y otras instalaciones educativas en sus instalaciones, de modo que los trabajadores de las fábricas tegan acceso a todas los medios educativos durante y después de sus horas de trabajo, para corregir cualquier insuficiencia en su preparación formativa que por lo tanto, les va a permitir impartir a sus hijos información similar a la proporcionada por sus camaradas profesionales o intelectuales.
Los trabajadores agrícolas también tienen, por tanto, acceso a instalaciones educativas para complementar su educación.
El sábado por la mañana, 30 de mayo, visitamos la Torre del Monumento a la Fiesta de los Trabajadores de Corea, que representa la lucha de Corea, bajo el liderazgo de Kim Il Sung, por su independencia del imperialismo japonés.
Estaba intrigada por el símbolo del WPK, que el Sr. Jang me explicó de la siguiente manera: mientras que otros símbolos de los partidos comunistas representan la hoz y el martillo, simbolizando tanto al trabajador industrial como al trabajador agrícola, en el centro del símbolo de la RPDC se encuentra una pluma, que significa la estima que se tiene del trabajador intelectual en la sociedad norcoreana.
Esto fue una innovación y puede explicar el gran éxito de la RPDC en el desarrollo de una sociedad socialista avanzada que está prevaleciendo sobre los renovados intentos de destruir todo el país, y donde se han producido logros científicos, desarrollos médicos, tecnología verde, energía limpia, satélites espaciales y desarrollo de armas nucleares que son esenciales para proteger al país de otro ataque de los agresores estadounidenses, de Japón o de cualquier otra nación.
A diferencia de otros intentos desacertados de enviar intelectuales al trabajo fabril, la decisión de Kim Il Sung de proporcionar prestigio a los intelectuales impulsó el desarrollo de Corea del Norte y sigue siendo hoy un modelo socialista tan exitoso de desarrollo económico y social que sus logros amenazan el descrédito total de las economías capitalistas de EEUU y Europa occidental, países que están patológicamente obsesionados con destruir lo que sus propios sistemas no pueden lograr.
Las sanciones de la ONU están aislando deliberadamente a la RPDC y forzándola a entrar en un gueto económico y político, hostigando el camino económico y político, así como de desarrollo y forma de vida elegidos por este país.
Esto no es diferente de los nazis que obligaron a los judíos a entrar en un gueto en Varsovia.
Las sanciones de la ONU están asfixiando a las industrias de la RPDC, exactamente igual que cuando la Gestapo forzó el cierre de empresas judías en el gueto de Varsovia. Y esto precedió al exterminio de un pueblo en Europa, ya que las Sanciones de la ONU contra la RPDC pueden estar precediendo a los intentos de exterminar a las gente en la RPDC.
Los países capitalistas occidentales se enfrentan a crisis económicas, con fracasadas “medidas de austeridad” que desestabilizan Alemania, Italia, Francia e Inglaterra, desmantelando las protecciones sociales, provocando disturbios y aumentando los ataques terroristas.
El chivo expiatorio de la RPDC es un arma de distracción ya que Corea del Norte sigue siendo un impedimento para el control hegemónico capitalista occidental de Eurasia.
Geográficamente, Corea, que limita con Rusia y China, es la puerta de entrada al continente asiático.
El general Douglas MacArthur, consciente de la importancia militar y estratégica de Corea del Sur, dijo:
“Al ocupar toda Corea podríamos cortar en pedazos la única línea de suministro que conecta Siberia y el sur, controlando todo el área entre Vladivostok y Singapur. Nada estaría más allá del alcance de nuestro poder”.
TRADUCCIÓN: BERLINCONFIDENCIAL