Translate

20 de noviembre de 2015

ESTÁ USTED EN CONDICIONES DE AYUDAR A CAMBIAR EL MUNDO? infórmate



Si alguien pregunta quién tiene más inteligenciapara lograr sobrevivir: una hormiga, una abeja o un humano, lo más probable es que la gran mayoría se incline por nuestra especie. Nada más erróneo, ya que para que los individuos de una especie sobrevivan es absolutamente necesario que sobreviva su raza, para lo cual hay que defenderla por encima de la defensa prioritaria de cada individuo.
El conjunto es lo más valioso, por encima del individuo. Los mencionados insectos cumplen a rajatabla este precepto, no así el humano que es depredador de su género. Sin duda esta actitud férreamente arraigada y constitutiva en cada uno de nosotros, está anclada en alguno o algunos de nuestros genes. Pero también poseemos genes que nos hacen un animal gregario, y lo que conocemos como actitud civilizada de nuestra especie gregaria, permite que la depredación pase casi inadvertida, ya que se ha desterrado a través de las civilizaciones, el canibalismo y la antropofagia.
La devastación está maquillada, y una palabra popular, nos remite a nombrar al depredador de su especie, con el término animal de “chupasangre”. Poseemos por lo tanto una sociedad que instintivamente premia al saqueador, y castiga al saqueado. Tan dominantes son los genes que rigen esta actitud, que todo cambio radical al respecto, es combatido por todas las clases sociales. Tan fundamental fue y es esta conducta, que la creación del dinero para facilitar el trueque, a poco de implementarse, fue tergiversada a través de una asociación con el poder y mantenida, fortificada y aceptada universalmente hasta nuestros días.
Nuestros genes de depredación caníbal, se sustentan sin duda por otros genes que manejan el egoísmo, la codicia y la agresividad. Todos los poseemos, pero en distinta intensidad, de modo que en una pequeña proporción humana, están atenuados y balanceados por otros genes menos dominantes como son los del cooperativismo, la solidaridad, la pacificación y el desprendimiento. Son paradigmas de esta minoría, Jesucristo y Gandhi.
En ellos, los genes que rigen estas últimas actitudes, estuvieron por algún mecanismo exaltados, lo que les permitió disminuir y manejar la acción de los primeros. Creyeron que todos los individuos estaban en su misma situación y que recurriendo a la meditación, la fe y la oración, se podía producir el cambio humano. Lamentablemente no fue así, y lo que creció de gran manera fue la hipocresía, generando millones de individuos que su discurso se basaba en el principio “haz lo que te digo, pero no lo que hago”.
Se puede discutir científicamente la veracidad de mi razonamiento y el origen genético, pero ello es lo menos importante. Se corroborará o no, el día que los genetistas hayan buscado y encontrado o no, entre los millones de posibilidades, genes o asociaciones de los mismos, que rijan las actitudes mencionadas. Si no se encuentran, será cuestión de buscar en el sistema nervioso central o en otros lugares corporales, pero lo real es lo que ha ocurrido en nuestra historia, avalado por más de diez mil años de nuestra propia depredación. Tiene que encontrarse la manera no invasiva de atenuar esos genes, que no recaiga solamente en la fe meditación y oración, ya que no ha sido suficiente en sus resultados.
La ciencia genética hoy en día intenta mejorar genes alterados que rigen la conducta y el aprendizaje, con el amor, la comprensión y la insistencia, logrando en nuevos síndromes genéticos encontrados, buenas respuestas. Es una especie de inducción a la mutación positiva. A esta altura nos encontramos en un callejón sin salida. La investigación genética, es alentada y subvencionada por grandes corporaciones del área de la salud, que se manejan exclusivamente en el mundo de los negocios. La investigación radica en encontrar genes de enfermedades, para luego poder fabricar el medicamento o aplicar la técnica necesaria para reparar genes dañados, y así lograr buenas patentes y dividendos, pero a ninguna de esas firmas se le ocurrirá investigar y menos considerar como enfermedad a la base fundamental de nuestro sistema económico mundial, regida por la codicia el egoísmo y la agresividad.
¿Qué podemos hacer?
Ante todo, los que están de acuerdo con lo sustentado, debemos tener un poquito de inteligencia, cómo una hormiga o una abeja. Es decir para que no nos invada la vergüenza, hacer al menos lo que hacen esas especies. Debemos unirnos como primera medida, anotarnos en una lista y cada uno dar algún medio de contacto, a través de un medio electrónico, teléfono, correo para poder informarnos mutuamente.
Lo segundo sería establecer como meta conseguir para comenzar, dos investigadores genetistas, que también estén de acuerdo, y conseguir un presupuesto para investigar sobre los genes anteriormente mencionados.
Lo tercero, que es la financiación, sería cuestión de escuchar sugerencias. Mi idea, puede ser una donación voluntaria mensual a través por ejemplo de nuestras tarjetas de crédito, que si somos muchos sería muy baja, para llevar a cabo el proyecto. Con cierta conducta, hasta podría resultar la erogación balanceada, mediante apagar las luces que no se utilizan en ciertos momentos en nuestra morada, así como aparatos eléctricos, como su uso innecesario. Otra idea, sería conseguir avisos por Internet que realicen propaganda y comprometerse a hacer clic en ellos, a diario. Seguramente habrá ideas mejores, entre todos las encontraremos.
Si conseguimos respuestas a los interrogantes, habremos logrado el inicio del posible cambio, ya que se podrían aplicar proyectos como el que he escrito sobre “Historia del dinero nominal”, hoy día rechazado por nuestra prevalencia egoísta codiciosa y agresiva.
Tengamos en cuenta que el dinero asociado al poder, tiene que desaparecer. También hay que crear un sistema que solamente el trabajo o servicio prestado generen renta, que sea imposible que el dinero o su sustituto genere más cantidad del mismo, sin esfuerzo o trabajo alguno, como por arte de magia. Finalmente para terminar con diez mil años de expoliación, recuerdo las palabras de Albert Einstein: “Si quieres obtener resultados diferentes a los que has obtenido, debes hacer las cosas de manera diferente”. Que las fuerzas de la naturaleza nos inspiren a todos. Un gran abrazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta

Entrada destacada

PROYECTO EVACUACIÓN MUNDIAL POR EL COMANDO ASHTAR

SOY IBA OLODUMARE, CONOCIDO POR VOSOTROS COMO VUESTRO DIOS  Os digo hijos míos que el final de estos tiempos se aproximan.  Ningú...