3. LAS BOMBA DE RELOJERÍA DE LOS ALIMENTOS, EL AGUA Y EL SUELO:el éxito que ha tenido el mundo a la hora de alimentar a su creciente población de seres humanos y animales favorecidos por ellos, ha generado una suerte de confianza complaciente que nos lleva a creer que siempre podremos cultivar más alimentos, incluso cuando el clima se torna cada vez más en nuestra contra y cuando los suministros globales de agua dulce se ven cada vez más forzados hacia un punto de ruptura. La pérdida de suelo y el agotamiento de los fertilizantes minerales también son asuntos de preocupación global.
No se trata sólo del aumento del número de bocas humanas que se deben alimentar, sino del creciente apetito de la humanidad por los animales alimentados con proteínas del grano y por el pescado. La cría de ganado requiere de abundante agua fresca y alimentos. Incluso las fuentes de carne más eficientes (que no sean insectos, por supuesto) requieren tres o cuatro veces su peso en alimentación; las fuentes de carne menos eficientes necesitan incluso diez veces su peso final en alimentación.
Pescados como el salmón no viven de las algas, sino que se alimentan de otros peces. Su comida es rica en proteínas, y eso significa que el salmón y otros peces criados en granjas similares, están situados en la parte superior de la pirámide de la cadena alimentaria.
Se ignora enormemente el riesgo de que varias malas cosechas simultáneas en todo el mundo, podrían estrangular los suministros mundiales de cereales y desencadenar graves crisis geopolíticas cuando los costes se dispararan.
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