Marruecos cobra a sus ciudadanos 25% más barata la luz que compra en España | Pexels
Seis euros en la factura de la luz y poco más de dos en la del agua. Esas son las cantidades que paga Manolo, un gaditano residente en Marruecos desde hace tres años
3.500horas de exposición en Marruecos multiplican por dos las que se ven en Andalucía. A pesar de que el país carece de energía fotovoltaica y de que es dependiente, en muchos aspectos, de la importación de este tipo de energía —el 18,1% de la energía eléctrica procede del exterior—, Marruecos está evolucionando a pasos de gigante.
Parte de ese 18 por ciento procede de España. Aquí, en suelo patrio, la factura de la luz se dispara cada vez más. Encender la llave es prender el impuesto.
Y por todo: por alquiler de equipos de medida y control, por incentivos a las renovables aunque estén todas medio secas, por redes de transporte y distribución, por impuestos aplicados, por coste de producción de electricidad y margen de comercialización… Una locura que acaba de subir otro 30 por ciento más.
Decíamos que parte de ese 18 por ciento de energía que ha de comprar Marruecos procede de España. Manolo, gaditano jubilado residente en el país desde hace tres años, nos cuenta que
este mes ha pagado poco más
de seis euros en su factura de la luz, y un par en la del agua.
No es el tema que el sueldo base en el país magrebí sea menor que en España: «Aquí, 300 euros en un gran sueldo», asegura Manolo.
El asunto es que España vende la energía a Marruecos y Marruecos se la cobra a sus ciudadanos un 25 por ciento más barata.
¿Cómo es eso?
El gaditano, racionalmente aseguraba en su perfil de una red social que Marruecos «denota ser un país bastante menos desarrollado y más pobre o, para ser justo, bastante más pobre y deficiente, pero en luz y agua están por encima.
No me refiero a precio, pues este es infinitamente más bajo, me refiero a suministrar a un precio justo un bien necesario en la vida pública como es la electricidad». Hoy nos dice que «aunque hay que reconocer que no hay pensiones, o son pocas, y que esas pocas son de también poco dinero», en este sentido, el país en el que vive «al menos mira por el ciudadano».
–No se trata, como decimos, del sueldo base. Se trata de vender más barato algo que se compra porque es un bien necesario, evitando la ceba con impuestos que llevan el agua al cuello al paisano.
En la factura que nos presenta Manolo, también aparecen reflejadas las taxes, que son de 9,59 dirhams, 0,89 céntimos de euro.
En un total de 6 euros y medio, los impuestos marroquíes no parecen descabellados. No es lo mismo pagar esa cantidad, aunque el porcentaje de impuestos sea similar, a tener que soltar casi 100 al mes, des o no la luz.
–
Tampoco es lo mismo abonar aborregadamente la cantidad porque lo dice el gobierno, que salir a protestar por algo que se considera injusto:
«En Marruecos, en cuanto sube un poco la luz o el agua, van mujeres y hombres a protestar al ayuntamiento. Aquí tampoco se paga basura, y se recoge diariamente».
El gaditano quiere dejar claro la órbita en la que se mueven los precios de la luz en España, «a sabiendas de que hay un cable cruzando el estrecho.
No sé si es español o de Francia, pero, en cualquier caso, es luz europea que se queda en España a ese precio».
Marruecos, autosuficiente
Pero el Gobierno marroquí no quiere ir a la cola en lo que a desarrollo se refiere, y ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de energías renovables que le permita alcanzar la autosuficiencia energética o, al menos, rozarla con los dedos.
De este modo, el plan del país vecino es conseguir que, de aquí a 2020, el 42 por ciento de la energía provenga de las renovables.
Para ello ha puesto en marcha una retahíla de leyes por las que permite al consumidor nacional arrancar la maquinaria del autoconsumo. Resumido a la perfección, Oftex escribe que «la venta entre particulares o empresas sin pasar por la red de distribución es además posible, siempre que sea para consumo propio y no para la reventa o comercialización de la energía comprada a un tercero».
Por ello, Marruecos permite que hasta los 20 Mw de producción energética no se haga necesaria la solicitud de permiso alguno. ¿La consecuencia?
Muchas empresas marroquíes han construido plantas de energía eólica para autoabastecerse, con la amplitud de competencia empresarial que ello supone, y con la también amplitud de beneficios que reporta al ciudadano de a pie.
En este sentido, el del beneficio para el hombre, Oftex aseguraba en febrero de 2016 que pasaba por «la creación de cinco plantas solares con una potencia de 2.000MW y una producción estimada de 4.500GW anuales.
Para obtener la misma capacidad eléctrica se crearán también cinco parques eólicos, en torno a los enclaves de Tánger-Tetuán y Essaouira».
Y nos viene a la cabeza el complejo Noor de Urzazat, al sur del Atlas, donde cientos y cientos de paneles solares se extienden en una superficie igual a la de Rabat, siguiendo al sol en su recorrido diario para aprovechar cada rayo de energía.
Manolo se acuerda ahora «del impacto visual que tienen los miles de molinos en la provincia de Cádiz. Algunos se desconectan de la red cuando hay saturación de energía. Lo sé por testimonios de amigos míos que trabajan en ese sector». España, mientras tanto, recuerda que el próximo recibo de la luz está a punto de llegar.
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