Estado de pánico
El régimen fascista de Israel ha atacado de nuevo Siria, solo que en esta ocasión, y con la pretensión de burlar la vigilancia aérea ruso-siria, lo ha hecho violando el espacio aéreo de Líbano y ha atacado desde este país.
El régimen fascista de Israel dice que ha atacado un complejo donde se fabricaban armas químicas, y lo hace un día después de que la ONU diga que fue el ejército sirio quien bombardeó Jan Sheijun en el mes de abril, la excusa para que EEUU lanzase medio centenar de misiles.
Que la ONU reconozca en su informe que nunca ha entrado en Siria para investigar el asunto, que toda la investigación se haya llevado a cabo en Turquía "a través de testimonios" es lo de menos. Lo que cuenta es la condena, lo que cuenta es el ataque, lo que cuenta es intentar quedar bien. ¿Intentar?
No, el régimen fascista de Israel está en estado de pánico y con este ataque ha querido lanzar un mensaje tanto a Rusia como EEUU: hacedme caso, por favor.
1.- Netanhayu fue hace muy poquito tiempo (el 29 de agosto) a entrevistarse de urgencia con Putin y lo que allí s dijo fue la muestra más palpable de que el régimen fascista de Israel está en estado de pánico total. Pierde en todos los aspectos.
a) Netanhayu dijo que si no se ponía coto a la "expansión de Irán y de Hizbulá en Siria atacaría el palacio presidencial de Bashar al-Assad".
Los rusos no salían de su asombro -afirmaron que había estado "muy emocional y poco frío"- con la baladronada y le dijeron que se calmase y que no dijese tonterías porque, además, Netanhayu dijo que haría todo lo posible por "descarrillar" el proceso de paz que se inició hace un año en Astaná (Kazajstán).
b) Frustrado, decidió buscar cobijo en su tradicional apoyo, EEUU, pero aquí el horno no está para bollos y le recriminaron las fotos que se publicaron hace unos años sobre su visita a hospitales israelíes donde están siendo tratados los jihadistas de la rama de Al-Qaeda en Siria.
Tan es así que incluso desde la mismísima CIA se advirtió que era "un juego peligroso meterse en la cama con Al-Qaeda para luchar contra los chiítas de Irán" y se lo volvieron a recordar ahora. Eso no se ha olvidado en EEUU y por mucho que Trump y Netanhayu hagan buenas migas, lo cierto es que el régimen fascista de Israel está muy molesto porque EEUU ha decidido desoírle y sí hacer caso a Rusia y sus zonas de "desescalada" en las que los intereses israelíes o no cuentan o cuentan muy poco.
2.- El ataque a Siria desde el cielo de Líbano es un mensaje al propio Líbano.
Su primer ministro, un sunní de obediencia saudita, Hariri, (un tradicional aliado de Israel) está siendo muy criticado en Arabia Saudita, EEUU y en el propio Israel por haber dado su visto bueno a la negociación que se llevó a cabo entre el Ejército libanés y Hizbulá para que los supervivientes del llamado Estado Islámico (unos 300) abandonasen con sus familias el territorio libanés, que controlaban desde el 2012, tras ser derrotados militarmente.
Este ataque pone a Hariri a los pies de los caballos y ahora estará más atado tanto al ejército como a Hizbulá.
El régimen fascista de Israel está especialmente perplejo por la capacidad militar de Hizbulá y sus victorias tanto sobre la "contra" como sobre el llamado Estado Islámico.
Hizbulá ha demostrado que es capaz de defenderse contra todas las amenazas, que tiene capacidades militares tanto o más que cualquier ejército (ya lo demostró en 2006 derrotando a Israel) y que la estrategia de Arabia Saudita, y del propio Israel, para expandir al llamado Estado Islámico a Líbano ha fracasado estrepitosamente.
En la visita a Rusia, Netanhayu "exigió" que Rusia cambiase su postura sobre esta organiación político-militar libanesa a cambio de "concesiones diplomáticas y geopolíticas" sin especificar.
No sirvió de nada su postura porque dos días después Rusia amenazó con vetar la resolución de la ONU que habían redactado EEUU e Israel para ampliar las competencias de las fuerzas de paz en Líbano.
Es decir, que fuesen a por Hizbulá. Fracasó, como os dije, aunque se permitió a ambos salvar la cara..
Por lo tanto, este ataque no es otra cosa que un desesperado intento de llamar la atención y, al mismo tiempo, muestra su estado de pánico.
Porque con solo mirar lo que está ocurriendo tras la liberación de Deir ez-Zor, el régimen fascista de Israel tiene que ir pelando sus barbas por aquello de que cuando veas que se pelan las barbas del vecino, tienes que poner las tuyas a remojar.
Arabia Saudita, Jordania y otros ya lo han entendido y se están moviendo para no quedarse con el culo al aire. Incluso Turquía.
Pero el régimen fascista de Israel sigue pensando que aún tiene una posibilidad de evitar lo inevitable y, como los niños mal criados, llora y rompe cosas para que se le haga caso.
Y lo que está ocurriendo es, gráficamente, lo siguiente:
1.- El general que ha evitado durante cuatro años que Deir ez-Zor fuese tomada por el llamado Estado Islámico, Issam Zaredine (por cierto, un druso), porta con orgullo tanto la bandera siria como la de Hizbulá porque fueron estas dos fuerzas, junto a los palestinos de la "Brigada Jerusalén", quienes rompieron el cerco.
2.- Este es el momento de la entrada de los combatientes de estas fuerzas gubernamentales en la ciudad. Fijaos en las banderas y veréis una omnipresente: la de Hizbulá. Pero también veréis la palestina y, por supuesto, la siria.
El régimen fascista de Israel está solo (aunque ahora se arrimen a él los sátrapas árabes) y no está en condiciones de exigir nada de nada.
La reacción del régimen fascista de Israel es un reflejo del cambio sísmico que se está produciendo en Oriente Próximo (por cierto, ¿próximo de dónde?, algún día entraré con el lenguaje que utilizamos porque esta denominación indica que Europa sigue considerándose el ombligo del mundo, y para nada). Tal es su debilidad en estos momentos que solo hundiendo aún más a los palestinos puede salvar la cara
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta