“El Castaño”: la fábrica de hacer dinero de Emilio Botín
¿Falleció Emilio Botín de muerte natural, en la residencia familiar de Somosaguas, a las 9 de la mañana del 10 de septiembre de 2014 o fue asesinado la noche anterior, por el amante de su hija Ana Patricia, el narcotraficante colombiano Jesús Samper, en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte?
Es esta una historia, como todas las que envuelven a la familia Botín, con todos los ingredientes del mejor género de la novela negra: dinero, mucho dinero, armas, avión privado, finca de caza con pista de aterrizaje propia y droga. La droga aparece mezclada con elclan Botín siempre, de manera tangencial, como rozándoles pero sin llegar a tocarles del todo. Y todos los ingredientes, que son muchos, todas las piezas de este enorme puzle hay que saber juntarlas para poder ofrecerles este Caso Botín, esto que hemos denominado en La Tribuna de Cartagena “Rojo Botín” y que, aunque parezca un serial novelesco, se trata de verdades como puños.
Desde que publicamos en rigurosa primicia informativa el posible asesinato de Emilio Botín, encargado por su esposa Paloma O´Shea y por su hija Ana Belén Botín, (la actual presidente del Banco de Santander) según reza en la querella presentada ante el juez Santiago Pedraz, en la Audiencia Nacional, hemos ido ofreciéndoles informaciones, a cada cual de todas más escandalosas, pero siempre tratadas con absoluto rigor, huyendo del sensacionalismo e intentando ir componiendo para ustedes ese complicadísimo puzle al que antes hacía referencia. Por cierto: pese a la enorme gravedad de las informaciones publicadas, hasta el momento nadie se ha querellado contra La Tribuna de Cartagena… por algo será.
El objetivo que nos hemos trazado en La Tribuna de Cartagena, dentro del más riguroso y metódico periodismo de investigación que venimos realizando en torno al posible asesinato del banquero de España por excelencia, es ir desgranando todos y cada uno de los ocultos e inaccesibles secretos del clan Botín y que pueden ser piezas claves para saber si Emilio Botín falleció de muerte natural, en su cama de la residencia familiar de Somosaguas (residencia que hacía meses que no utilizaba porque estaba separado de hecho de su esposa, Paloma O´Shea), a las 9 de la mañana del 10 de septiembre de 2014, tal y como sostiene la versión oficial, o si murió la noche anterior, 9 de septiembre de 2014, en el lujosos apartamento que se había construido dentro del fortín de la propia Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, asesinado por el amante de su hija Ana Patricia, el narcotraficante colombiano Jesús Samper, en colaboración con los encargados de seguridad del Banco de Santander, Carlos Martínez, Carlos Rubio y José Manuel García Entrena, tal y como se afirma en la querella presentada ante el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional.
Jaime Botín será juzgado por defraudar un millón de euros
Bien, resulta que Jaime Botín, hermano del fallecido (o aseinado) Emilio Botín, había aceptado una pena de nueve meses de prisión por defraudar un millón de euros. ¿Cuál fue elmodus operandi? El avión familiar adquirido en el año 2012 y perteneciente a la compañía World Tour, propiedad del clan Botín. Como quiera que el avión fue matriculado en Torrejón de Ardoz, Jaime Botín decidió “deslocalizarlo” y llevarlo a Portugal para pagar menos gravámenes aeronáuticos; sí, aunque les parezca mentira, ¡los Botín son capaces de cualquier cosa con tal de ahorrarse 50 euros!
Jaime Botín otro viejo amigo de la justicia española
Ahora se ha demostrado que la compañía española desviaba fondos necesarios a Portugal a través de la misma cuenta corriente que figuraba como garantía financiera en el contrato de alquiler con opción a compra de la aeronave, cuenta corriente del Banco Santander Totta, la filial portuguesa del Banco Santander. Pero la compañía, que había asumido la posición de compradora del avión, lo había cedido a Air Nimbus.
El Ministerio Público apunta además que los querellados, que conocían la existencia de una inspección por parte de la Agencia Tributaria "al menos desde octubre de 2016", acordaron un mes más tarde celebrar una Junta General de Accionistas que ordenó liquidar World Tour y adjudicar la totalidad de su haber social a Jaime Botín, expresidente de Bankinter.
En resumidas cuentas y para que no se líen con todo este fiasco, Jaume Botín no contempló la operación, ni en sus declaraciones de IRPF y de impuesto sobre el patrimonio del ejercicio 2016, ni en la declaración informativa sobre bienes y derechos en el extranjero.
Al final, Jaime Botín había aceptado una condena (cuando el apellido es Botín jamás se es condenado y suelen ser habituales los pactos con la Justicia, -Fiscalía y Abogacía del Estado- o se aceptan condenas previamente negociadas, algo así como “condenas a la carta”) de nueve meses de prisión y 506.134 euros de multa por haber defraudado presuntamente un millón de euros por un delito de creación de un entramado de empresas con el fin de evitar hacer frente al impuesto especial sobre determinados medios de transporte.
Pero esta misma mañana ha saltado la sorpresa: aunque el exbanquero reconoció ante el juez haber defraudado un millón de euros, rectificaba su postura y no aceptaba el pacto al haberse divulgado la noticia; así las cosas, asistiremos al juicio de un Botín pero no esperan gran cosa. Los Botín son viejos conocidos de la justicia española, grandes amigos de la justicia española...
Hasta aquí todo normal: el clan Botín acostumbra a comer delitos y la Fiscalía y la Abogacía del Estado acostumbran a alcanzar acuerdos para que ningún Botín pise nunca ningún centro penitenciario. De hecho, a este Botín, Jaime, hermano del expresidente del Banco de Santander, aún le queda otra “negociación con la justicia” a ver por cuánto le sale una petición inicial de cuatro años de prisión y 105 millones de euros de multa por la venta fraudulenta de un cuadro de Picasso. Descuiden que al final no pagará ni el 5 por cien de la cantidad solicitada como multa ni, bajo ningún concepto, entrará en prisión nadie que lleve tan ilustre y cántabro apellido.
Pero es que el tema de los aviones y las pistas de aterrizaje persiguen a la familia Botín de modo y manera que nos vemos obligados a hablarle de la joya de La Corona, la finca “El Castaño”.
La finca “El Castaño” consta de casi 5.000 hectáreas de terreno, en la provincia de Ciudad Real y siempre se ha presentado a la opinión pública como el lugar elegido por el gran patrón de la banca para descansar. Según la prensa del sistema (la práctica totalidad de los grandes medios de comunicación españoles, esa “prensa comprada”, con participaciones accionariales, compromisos publicitarios u operaciones financieras), Emilio Botín disfrutaba en determinadas épocas del año de su finca, a la que acudía para disfrutar de la naturaleza. La finca “El Castaño” contaba con un pequeño aeródromo, actual pista de aterrizaje de 900 metros, que a finales de 20013 Botín hizo ampliar hasta los 1.500 metros de longitud actuales.
Situada a 38 kilómetros de Ciudad Real y a 170 de Madrid, limitando, al norte.con el tgérmino municipal de Piedrabuena, al sur con el de Abenójar, al este con Los Pozuelos de Calatrava y al oeste con Puebla de Don Rodrigo y con Saceruela, la finca “El Castaño” es la auténtica fabrica de hacer dinero del clan Botín.
¿Para qué se amplía la pista de aterrizaje de la finca “El Castaño”?
Este aeródromo era utilizado por Emilio Botín en sus desplazamientos y su ampliación se había decidido ante la necesidad de poder adaptarlo para ser utilizado por aeronaves de mayor capacidad de vuelo. ¿Para qué necesitaba Botín una pista de aterrizaje tan larga en una finca que, en teoría, sólo recibía vuelo de avionetas y pequeños aviones particulares de los distinguidos invitados de la familia Botín?
Hay que significar que Botín siempre se ha ganado voluntades a base de comprarlas. El dinero nunca fue un problema para el presidente del Banco de Santander; así las cosas, cabía mantener callado al alcalde del término municipal más próximo a donde se ubica la finca “El Castaño”: Piedrabuena, un pueblo de la provincia de Ciudad Real, de menos de cinco mil habitantes. El “generoso” banquero adquirió para el pueblo el Castillo Miraflores. En Piedrabuena todos contentos y agradecidos al banquero: ninguna réplica a sus extraños movimientos en “El Castaño”. También atendió las necesidades de Luciana, término municipal de la finca, un pueblecito de menos de quinientos habitantes. Cualquier contestación social estaba controlada.
Obras de ampliación de la pista de aterrizaje
Para construir esta nueva pista de kilómetro y medio de longitud, Emilio Botín hizo personalmente la gestión con el entonces ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, con el que le unía una larga amistad. La otra complicidad necesaria era la de la presidenta de Castilla La Mancha, y no sería María Dolores de Cospedal quien se negara a los deseos del banquero.
Finalmente Botín consiguió la licencia para sustituir el viejo aeródromo en todo un auténtico “aeropuerto privado”, con una pista similar a la de los aeropuertos de La Coruña, San Sebastián o San Javier e incluso más grande que los aeropuertos de Córdoba, Melilla, La Gomera, El Hierro o el de Gibraltar. Para que se hagan ustedes una idea, el nuevo “aeropuerto privado” de Emilio Botín (según datos de la propia AENA) apenas realizaba 200 operaciones al año, mientras que el de Melilla, con una pista 72 metros más pequeña, supera las 8.000 operaciones y transporta 300.000 viajeros en idéntico periodo de tiempo.
Aeropuerto privado de Botín donde se estrelló una avioneta cargada de dorga
Sin embargo, esta ampliación de la pista de aterrizaje es más que sospechosa. No hay que olvidar que seis años antes, el 25 de abril de 2008, una avioneta cargada de más de 200 kilos de hachís, se estrellaba en ese mismo aeródromo. La explicación oficial del accidente fue difundida y aceptada sin ningún cuestionamiento por toda esa “prensa comprada”. En el accidente murieron dos personas (un español y un marroquí) y, según el entonces delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha la droga transportada iba a ser cargada en varios vehículos que esperaban la mercancía en la finca “El Castaño”, dejando a Botín completamente al margen de esta operación de claro caso de tráfico de drogas.
La prensa del sistema habló de un tremendo susto para el pobre Botín que, sin comerlo ni beberlo, vio cómo se estrellaba en su finca el narcoavión de marras. La versión oficial fue que la avioneta, matrícula F-GSGT, se habría estrellado intentado tomar tierra, en la pista de aterrizaje privada de la hacienda. Los agentes de la Guardia Civil encontraron con dos jóvenes muertos en su interior y nueve grandes fardos de arpillera que guardaban 200 kilos de hachís. E inmediatamente se difundió la versión incontestable de que se trataba de un uso fraudulento de la pista de aterrizaje que no contaba con ningún tipo de autorización ni con el conocimiento de su propietario. Algo posible, pero extraño, ¿no les resulta raro que ningún medio de comunicación cuestionara esta versión oficial?
Pero volvamos a esa ampliación de la pista de aterrizaje. El aeródromo de la finca “El Castaño”, antes de su ampliación, ya era el aeródromo privado más grande de España. ¿Para qué necesitaba Botín un aeropuerto con una pista de kilómetro y medio de longitud? ¿Qué aviones esperaba que aterrizasen en su finca? ¿Cuál iba a ser la procedencia de las aeronaves que requerían de una pista tan larga, quizás vuelos transtlánticos? ¿Necesitaba Botín una pista en la que pudieran aterrizar -con la máxima discreción y sin ningún control policial- aeronavesprocedentes de Colombia?
En sucesivo artículos les sorprenderemos con las “peculiares” relaciones existentes entre el clan Botín y la mayor red de narcotráfico del mundo, una rigurosa investigación periodística impulsada desde La Tribuna de Cartagena, inexistente hasta el momento en España, y en la que llevan meses trabajando una red internacional de reporteros, coordinados por este periodista que suscribe.
El amante de Ana Patricia Botín instalado en la finca “El Castaño”
Jesús Samper Gaviria, sobrino del expresidente colombiano Ernesto Samper Pizano, vinculado al narcotráfico como gran capo de todos los cárteles, era el amante de Ana Patricia Botín, la actual presidenta del Banco de Santander. No se trató del caprichoso desliz de la hija del banquero sino de una relación amorosa de años que contó con el conocimiento –se supone que, también con el consentimiento- del marido de Ana Patricia, el aristócrata jerezano Guillermo Morenés, o Wily, como se le conoce en sus círculos más íntimos.
Ana Patricia Botín es sospechosa de inducir al asesinato de su padre
Guillermo Morenés y Ana Patricia Botín contrajeron matrimonio en 1983. Se trató de un matrimonio pactado y de conveniencia, el aristócrata que necesitaba Emilio Botín para su familia y la perfecta esposa para el menor de los marqueses de Borghetto, una familia de terratenientes jerezanos. Emilio Botín sabía que estos matrimonios, a la postre, eran los que mejor funcionaban para el negocio familiar de la banca. De hecho así había sido su matrimonio con Paloma O´Shea, cumpliendo las órdenes de su padre, tras un feo asunto ocurrido entre el joven banquero y una joven prostituta del célebre Riscal, en el Madrid de los años cincuenta. A nivel oficial, Guillermo Morenés era el encargado del negocio agrícola de la finca “El Castaño”, la misma de cuya seguridad se encargaba el amante de su esposa, Jesús Samper. Antes, el marido de la actual presidenta del Banco de Santander había trabajado junto a su cuñado, Javier Botín,en M&B Capital Advisers, empresa de la que tuvo que salir tras la estafa del “escándalo Madoff”.Posteriormente fue consejero de Inmoskye, sociedad de promociones inmobiliarias, socio de Alakin, compañía dedicada a la intermediación en operaciones con valores y socio de Inversora Oquendo S.L., empresa dedicada al alquiler de bienes inmobiliarios.
Pero volvamos a la finca “El Castaño”; además del aeropuerto privado más grande de España, la finca tiene la casa principal y doce casas adicionales. En la actualidad pertenece a Javier Botín (hermano de la presidenta del Banco de Santander) y colinda con la finca de Santa María, propiedad de Ana Patricia Botín que supera las 3.000 hectáreas de extensión.
Pero pese al excelenteaprovechamiento agrícola de la hacienda y de su enorme interés como coto de caza, el gran valor de la finca “El Castaño” reside, precisamente, en esa pista de aterrizaje y en los ocultos túneles que se ocultan bajo la misma y que se comunican con la finca colindante de Santa María.
Los túneles ocultos de la finca “El Castaño”
Nada se ha publicado nunca sobre los túneles ocultos de la finca “El Castaño”, algo que parece extraído de una película de ciencia ficción pero que, les aseguro, son reales y existen como la vida misma.
Precisamente por la importancia de esos túneles pernoctaba en la finca, prácticamente todos los días del año, Jesús Samper, el amante de Ana patricia Botín, narcotraficante y experto en seguridad. ¿Qué esconden esos túneles? Este es el secreto mejor guardado del clan Botín, un secreto del que el actual Rey Emérito era perfecto conocedor.
Desde La Tribuna de Cartagena seguiremos ofreciéndoles puntual información de estos túneles ocultos a los que nadie, hasta la fecha, se ha referido: “la auténtica fábrica de hacer dinero del clan Botín”.
Todos los detalles de los hasta ahora desconocidos túneles ocultos de la finca “El Castaño” se los ofreceremos en sucesivas entregas de este “Rojo Botín”, acaso la investigación periodística más valiente de los últimos años, una investigación que iniciábamos destapando el posible asesinato del banquero y la querella interpuesta ante la Audiencia Nacional que acusa al amante de la actual presidenta del Banco de Santander, Jesús Samper Gaviria y a los responsables de seguridad del Banco Carlos Martínez, Carlos Rubio y José Manuel García Entrena de haber ejecutado a Emilio Botín, siguiendo las instrucciones de su esposa, Paloma O´Shea y de su hija Ana Patricia, también querelladas.
El escándalo informativo por las denuncias publicadas por La Tribuna de Cartagena ha contado con el más absoluto silencio de los grandes medios de comunicación, vendidos a los intereses del clan Botín; pese a ello y hasta la fecha, ¡más de tres millones de lectores! han conocido los hechos denunciados por La Tribuna de Cartagena, unas informaciones que las redes sociales multiplican de modo inversamente proporcional al silencio de los grandes grupos periodísticos.
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