Hace un año científicos alertaron que miles de satélites con tecnología 5G bombardearían el planeta con radiaciones de microondas.
La tecnología 5G se emite -entre otras frecuencias- a 60 Gigaherzios, que es el espectro de absorción de las moléculas de oxígeno, lo que significa que puede matar fulminantemente. El 5G a nivel molecular afecta la órbita de los electrones en tu cuerpo y eso bloquea la capacidad de la hemoglobina de la sangre para unirse al oxígeno. Si la sangre no puede retener el oxígeno el resultado es la muerte por asfixia.
De ahí la importancia de limpiar el cuerpo físico y la sangre de metales pesados que fungen como antenas receptoras de todas estas bajas frecuencias.
LA TECNOLOGÍA 5G ES MORTAL
El 5G a baja intensidad induce enfermedades, incluyendo cáncer, pero funcionando a gran intensidad mata de forma inmediata, provocando esos desplomes de personas aparentemente sanas que van por la calle que se han reportado en Wuhan o en Guayaquil.
La tecnología 5G comenzó a implantarse a finales del 2019, siendo Wuhan la primera ciudad piloto. Fíjate en las fechas y deduce.
En España está plenamente operativo en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, La Coruña, Vigo, Gijón, Pamplona, Logroño y Santander.
La implementación y operación de infraestructura de radiación no ionizante invisible para comunicaciones, vigilancia, armamento y otras aplicaciones es el experimento menos ético en la historia de la humanidad.
No es ético porque viola el requisito del "consentimiento informado" por la abrumadora mayoría de los participantes, cuando existe un un amplio espectro de efectos adversos de la radiación inalámbrica, y además, la mayoría de los experimentos de laboratorio informados que produjeron estos efectos no reflejan el entorno de la vida real en el que opera esta radiación: muchos experimentos no incluyen la pulsación y la modulación de la señal portadora, y la mayoría no tiene en cuenta los efectos sinérgicos de otros estímulos tóxicos que actúan en concierto con la radiación inalámbrica.
Estas dos adiciones exacerban en gran medida la gravedad de los efectos adversos de la radiación inalámbrica, y su negligencia en la experimentación actual (y pasada) da como resultado una subestimación sustancial de la amplitud y gravedad de los efectos adversos que cabe esperar en una situación de la vida real.
Somos cuerpos electromagnéticos, y cuando nuestro medioambiente está en orden todo estamos bien, pero cuando algo lo desestabiliza nos enfermamos. Las células enfermas producen exosomas, lo que constituye es un sistema de defensa de nuestro sistema inmune ... esos exosomas producidos por la alta electofrecuencias son los mismos que se han identificado como Covid ...
¿Es éste un experimento eugenésico neodarwinista para medir qué porcentaje de la población puede sobrevivir a esta tecnología, buscando la fina línea que demarca la adaptación de la extinción?
La pandemia que estámos viviendo se llama 5G, y mientras más antenas se pongan operativas y más pruebas de Covid se hagan más positivos habrá.
El remedio no es el confinamiento de la población, es desconectar completamente la tecnología 5Genocida.
(Fuentes: https://www.ecoportal.net/; https://www.gigahertz.es/; https://www.xataka.com.mx/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta