El Shen podría traducirse como el Espíritu o Conciencia organizadora (aunque es muy difícil explicar desde la mente occidental, lo que significa este concepto para la medicina antigua oriental).
Se podría decir que es la esencia celestial que se expresa en el conjunto de las funciones del organismo, y esté se expresa bajo cinco formas:
㊙️El Shen: 神 - La Mente – Lo alberga el CORAZÓN
㊙️El Hun: 魂 - El Alma (o espíritu) Etérea – Lo alberga el HIGADO
㊙️El Po: 魄 - El Alma (o espíritu) Corporal – Lo alberga el PULMON
㊙️El Yi: 意 - El Intelecto – Lo alberga el BAZO
㊙️El Zhi: 志 - La Voluntad – Lo alberga el RIÑÓN
La actividad de cada órgano depende de las inducciones que le son transmitidas a partir de estos “Espíritus Viscerales”, cada uno de los cuales se encarga de un aspecto particular de la personalidad, de las emociones y de los modos de comportamiento específicos.
EL SHEN: propiamente dicho, en relación con el Corazón. Coordina el psiquismo y configura al ser humano. Es responsable de la coherencia de la personalidad. Se expresa en los aspectos más elevados de la inteligencia y en la capacidad de manejar las situaciones, adaptándose al entorno. Si funciona correctamente: la mente estará clara y el corazón sereno. Si esta deficiente: habrá: depresión, timidez y queja. Si esta perturbado: habrá euforia, incoherencia y confusión
EL HUN: en relación con el Hígado, genera los proyectos y proporciona su riqueza al inconsciente (sueños, deseos). Es una fuerza dinámica que desencadena los impulsos necesarios para emprender una acción. Son las pulsiones y las pasiones. Controla la imaginación, por lo cual desempeña un papel esencial en todo acto de creación, permitiendo la elaboración de una estrategia. Su está deficiente: se reducen los impulsos, los deseos y el entusiasmo, ocasiona un empobrecimiento de la imaginación y una incapacidad para concebir planes de acciones futuras. Si esta perturbado: el sueño será agitado, habrá pesadillas, los proyectos serán excesivos e incoherentes, la imaginación desbocada y las pulsiones incontrolables.
EL PO: en relación con el Pulmón, es la parte de la conciencia más corporal, que determina las acciones y reacciones del organismo sin que intervenga la mente, lo que es útil para la supervivencia. Se expresa en los instintos primarios (succión, deglución), y en el instinto de conservación, vinculado al apego inconsciente del cuerpo. Si esta deficiente: provocara falta de instinto de conservación, vulnerabilidad y desinterés. Si esta perturbado: habrá un estado obsesivo, con miedo al futuro.
EL YI: en relación con el Bazo, es la parte de nuestra mente responsable del registro de las experiencias, de su clasificación, conservación, compilación y reformulación. Unido a la memoria, gestiona la capacidad de integrar y de reproducir informaciones, fases complementarias en el proceso de aprendizaje. Si funciona correctamente: se comprende fácilmente, se retiene y se enuncia con claridad. Si esta deficiente: memoria débil y conceptualización confusa. Si esta perturbado: la memoria se vuelve obsesiva, es imposible desapegarse de las experiencias del pasado y las ideas fijas estorban la mente.
EL ZHI: en relación con los riñones, corresponde a la voluntad, a la determinación, a la capacidad para realizar una intención. Indispensable para llevar a término una acción. Aporta autoridad y afirmación del yo. Si esta deficiente habrá: miedo, carácter indeciso y cambiante, desánimo. Cuando el Zhi se expresa demasiado: habrá tiranía, autoritarismo y obstinación.
La energía de los órganos y de sus espíritus viscerales, se pueden equilibrar con ciertos puntos de acupuntura, con la toma de plantas medicinales y con la dietoterapia, entre otras muchas medidas terapéuticas. De esta manera podremos restaurar el equilibrio de las energías que nos constituyen, prevenir y cultivar nuestra salud.
Fuente: “Fundamentos de Medicina china” Giovanni Maciocia
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