En Lo mejor de los mundos, una famosa distopía publicada en 1932, Aldous Huxley nos da una visión de un posible futuro.
Retrata una sociedad eugenista en la que la tasa de natalidad estaría bajo el control de los científicos: "Para sofocar cualquier revuelta de antemano, no hay que hacerlo de forma violenta.
Los métodos como el de Hitler están obsoletos.
Todo lo que se necesita es crear un condicionamiento colectivo tan poderoso que la idea misma de la revuelta ya no vendrá a la mente de los hombres.
Lo ideal sería dar formato a los individuos desde su nacimiento limitando sus capacidades biológicas innatas. Entonces el condicionamiento se continuaría reduciendo drásticamente la educación a una forma de integración profesional.
Un individuo inculto tiene sólo un horizonte limitado de pensamiento, y cuanto más se limite su pensamiento a preocupaciones mediocres, menos podrá rebelarse. Debemos asegurarnos de que el acceso al conocimiento se haga cada vez más difícil y elitista. Que se amplíe la brecha entre la gente y la ciencia, que la información destinada al público en general sea anestesiada de cualquier contenido de naturaleza subversiva. Sobre todo, nada de filosofía.
Aquí también, debemos usar la persuasión y no la violencia directa: emitiremos masivamente, a través de la televisión, entretenimiento que siempre halaga lo emocional o lo instintivo.
Ocuparemos la mente de la gente con lo que es inútil y juguetón. Es bueno, en la charla incesante y la música, evitar que la mente piense. Pondremos la sexualidad al frente de los intereses humanos.
Como tranquilizante social, no hay nada mejor.
En general, nos ocuparemos de que la seriedad sea desterrada de la existencia, que todo lo de alto valor sea burlado, que se mantenga una constante glorificación de la ligereza, para que la euforia de la publicidad se convierta en la norma de la felicidad humana y el modelo de la libertad.
El condicionamiento en sí mismo producirá tal integración que el único temor -que habrá que mantener- será el de quedar excluido del sistema y, por tanto, no poder acceder más a las condiciones necesarias para la felicidad.
El hombre de masa, así producido, debe ser tratado como lo que es: un ternero, y debe ser vigilado como debe ser un rebaño.
Cualquier cosa que ponga a dormir su lucidez es buena socialmente, cualquier cosa que amenace con despertarla debe ser ridiculizada, sofocada, combatida.
Cualquier doctrina que cuestione el sistema debe ser designada primero como subversiva y terrorista, y los que la apoyan deben ser tratados como tales.
Sin embargo, se ha observado que es muy fácil corromper a un individuo subversivo: basta con ofrecerle dinero y poder".
Un breve extracto de Lo mejor de los mundos, de Aldous Huxley (1932) ABRE LOS OJOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta