Habla LA AMADA MADRE MARÍA
MADRE DE JESÚS
EL CRISTO
Amados y benditos hijos de Dios, Mis Propios “hijos del corazón” también, cuán a menudo se han parado delante de Mí, habiendo sido llamados por la Junta Kàrmica para recibir una nueva oportunidad para la encarnación sobre la Tierra, oportunidad de nuevo para “hacer las cosas bien” y para balancear los errores pasados. Cuando vienen así delante de Mí, en el Templo del Sagrado Corazón, cuán a menudo han sostenido detrás de sus espaldas esa porción de algún karma destructivo que era suyo para expiar en la próxima vida terrenal.
Luego, como alguien haría por un niño pequeño, Yo tomaría sus manos en las Mías, y abrièndolas, consideraría ese karma.
Entonces, con todo Mi gran amor por ustedes, con la ayuda de la misericordia y poderes de Luz que son Míos, les daría la más grande ayuda que pudiera en la creación del mejor corazón posible.
¿Cuántas veces ustedes y Yo Nos hemos reunido?. Cuando ustedes realmente se reúnen con una persona, ¿qué reúnen?.
Justamente sus conciencias, ¿no es eso así?, sea que estén o no sus formas físicas en estrecha proximidad la una con la otra.
Dos formas físicas pueden estar tan cerca la una de la otra como están estos dos micrófonos aquí, sin embargo la conciencia de esos dos individuos pueden estar millas separadas. Si alguien se “reúne” con otro en persona, por teléfono o leyendo sus palabras sobre una página escrita, aún toda “reunión” es justamente un intercambio de conciencia.
En lo que se refiere a Nosotros en Nuestra Octava, la mayoría de Nuestras “reuniones” con las corrientes de vida no ascendidas, consiste en recibir de la humanidad la conciencia de peticiones, oraciones y diversos tipos de invocaciones por ayuda, solicitando alguna cesación sobrenatural del sufrimiento del karma destructivo retornando.
Posteriormente, desde grupos dedicados de individuos consagrados aquí, el dulce perfume de la oración se eleva hacia Nosotros sin una petición o deseo por alguna asistencia especial, justamente gratitud por su propia existencia, gratitud por Nuestra amistad y Nuestro deseo y habilidad para darles Nuestra ayuda cuando es requerida.
Ahora bien, queridos corazones, siempre estamos muy agradecidos por lo que cualquier conciencia de ustedes Nos dé, porque su atención sobre Nosotros Nos da la única “Puerta Abierta” que tenemos a sus mundos a través de la cual podemos responder sus llamadas y darles la ayuda requerida.
AMADA MADRE MARÍA MADRE DE JESÚS EL CRISTO Y SU MADRE CELESTIAL
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