Deutsche Bank... Las Razones que avalan un Rescate Financiero
Razones que avalan un rescate financiero
1/10/2016
¿La canciller alemana Angela Merkel trabaja en secreto para un fondo de cobertura?
Sería la explicación más generosa de su comunicado el pasado fin de semana sobre que su Gobierno no tiene intención de rescatar al Deutsche Bank.
Quizá suene rebuscado, pero es menos preocupante que la explicación alternativa: queMerkel no tiene ni idea de cómo funcionan los mercados financieros y no entiende el daño que Deutsche está causando a los mercados y a la economía de la eurozona.
En verdad, Alemania necesita arreglar Deutsche lo antes posible y dejar de fingir que puede quedarse parada mientras su mayor entidad financiera se hunde más y más en el fango. ¿Por qué?
Cuanto antes tome las riendas del problema del prestamista, mejor porque está evitando una recapitalización de otros bancos europeos y porque si no lo hace ya, es improbable que el Deutsche sobreviva a una recesión.
Es evidente que Deutsche Bank ha tenido algún problema que otro.
Las acciones llevan bajando todo el año; de hecho, ayer mismo sufrieron un desplome en el inicio de la jornada.
Los beneficios e ingresos han caído.
En febrero, uno de los CEO, John Cryan, tuvo que publicar una declaración afirmando que estaba "fuerte como una roca" (lo dicen los banqueros cuando tienen problemas).
Y para rematarlo, EEUU ha impuesto una multa de 14.000 millones por la venta engañosa de valores hipotecarios.
En su mejor momento, Deutsche lo habría pagado sin complicaciones, pero ahora tendrá que rebusca hasta el último penique, aunque todo apunta que la pena será rebajada. Ante ese telón de fondo, no sorprende que se cuestione su solvencia.
Merkel no ha hecho más que empeorar la situación. Focuspublicaba que el Gobierno no rescatará al banco. Cualquiera le podría haber dicho que el resultado sería una masacre.
Desde 2008, los inversores han asumido con razón o sin ella que los gobiernos in extremis siempre rescatarán a un banco grande.
Si al Deutsche lo abandonaran a su suerte, a nadie se le puede echar en cara que salga corriendo. Las acciones se hundieron y se llevaron consigo a todas las grandes bolsas. El martes pasado por la mañana seguían cayendo. Fue un gran error.
En realidad, Alemania no puede desentenderse del Deutsche Bank. Merkel podrá ser famosa por marear la perdiz, pero hay cinco razones por las que debe solucionar este embrollo enseguida.
La primera es que cuanto antes se solucione, mejor.
Como aprendimos en 2008, cuando los inversores empiezan a dudar de la credibilidad de un banco el juego se ha acabado, independientemente de que el negocio sea sólido o no.
El Deutsche no ha entrado exactamente en territorio de estampida bancaria, pero se acerca peligrosamente. Hay mucho que decir a favor de solucionar cualquier problema pronto y casi nada que aconseje dejarlo hasta el último minuto.
La segunda es que se evitarían otros rescates.
El Deutsche no es ni mucho menos la única entidad en apuros.
Los bancos italianos han sido una herida abierta durante todo este año y necesitan la recapitalización rápida, pero la insistencia alemana de rescatar a los depositantes ha supuesto un obstáculo para que ocurra.
Un salvavidas para el Deutsche Bank podría abrir la puerta a rescates de bancos por toda la eurozona y eso no puede más que ayudar a arreglar la debilitada economía continental.
La tercera es que hay que estar pendiente de las elecciones en EEUU.
Alemania necesita presionar para que la ya anunciada reducción de la multa sea efectiva.
¿Será posible con Trump de presidente? Eh? no.
Hasta a Clinton le costaría, pero Obama podría llegar a un acuerdo en los últimos meses de su legislatura.
La cuarta es que la eurozona necesita una industria bancaria alemana en buen estado.
El excedente comercial alemán ya llega al 9 por ciento del PIB, casi todo con el resto de la zona de la moneda única.
Ese dinero debe ser reciclado de vuelta a la economía sólo si los bancos alemanes prestan por todo el continente.
Un banco fuerte puede hacerlo pero uno débil no. Si esto se alarga, la zona entera volverá a entrar en recesión.
Por último, ¿alguien cree que el Deutsche es lo bastante fuerte como para sobrevivir a una desaceleración?
La economía alemana ha funcionado razonablemente bien. La eurozona ha vivido una recuperación leve.
Después, el BCE ha bombeado dinero furiosamente al sistema y, a pesar de todo, el Deutsche ha logrado meterse en apuros. Cuando la economía baje, será más complicado.
Un rescate no tiene por qué ser imposible. Merkel solo debe dejar claro que el Gobierno apoyará al Deutsche si es necesario. Necesita presionar a EEUU y decirle a la directiva del banco que se centre en el negocio. Con eso debería bastar.
Y si no, el Gobierno alemán debería tomar medidas y recapitalizar el negocio, como hizo Gran Bretaña con Lloyds en 2008, por ejemplo.
La propia amenaza de dejar que se estampe contra la pared es una locura y cuanto antes Merkel se dé cuenta de ello y tome las riendas, mejor.
1/10/2016
Sería la explicación más generosa de su comunicado el pasado fin de semana sobre que su Gobierno no tiene intención de rescatar al Deutsche Bank.
Quizá suene rebuscado, pero es menos preocupante que la explicación alternativa: queMerkel no tiene ni idea de cómo funcionan los mercados financieros y no entiende el daño que Deutsche está causando a los mercados y a la economía de la eurozona.
En verdad, Alemania necesita arreglar Deutsche lo antes posible y dejar de fingir que puede quedarse parada mientras su mayor entidad financiera se hunde más y más en el fango. ¿Por qué?
Cuanto antes tome las riendas del problema del prestamista, mejor porque está evitando una recapitalización de otros bancos europeos y porque si no lo hace ya, es improbable que el Deutsche sobreviva a una recesión.
Es evidente que Deutsche Bank ha tenido algún problema que otro.
Las acciones llevan bajando todo el año; de hecho, ayer mismo sufrieron un desplome en el inicio de la jornada.
Los beneficios e ingresos han caído.
En febrero, uno de los CEO, John Cryan, tuvo que publicar una declaración afirmando que estaba "fuerte como una roca" (lo dicen los banqueros cuando tienen problemas).
Y para rematarlo, EEUU ha impuesto una multa de 14.000 millones por la venta engañosa de valores hipotecarios.
En su mejor momento, Deutsche lo habría pagado sin complicaciones, pero ahora tendrá que rebusca hasta el último penique, aunque todo apunta que la pena será rebajada. Ante ese telón de fondo, no sorprende que se cuestione su solvencia.
Las acciones llevan bajando todo el año; de hecho, ayer mismo sufrieron un desplome en el inicio de la jornada.
Los beneficios e ingresos han caído.
En febrero, uno de los CEO, John Cryan, tuvo que publicar una declaración afirmando que estaba "fuerte como una roca" (lo dicen los banqueros cuando tienen problemas).
Y para rematarlo, EEUU ha impuesto una multa de 14.000 millones por la venta engañosa de valores hipotecarios.
En su mejor momento, Deutsche lo habría pagado sin complicaciones, pero ahora tendrá que rebusca hasta el último penique, aunque todo apunta que la pena será rebajada. Ante ese telón de fondo, no sorprende que se cuestione su solvencia.
Merkel no ha hecho más que empeorar la situación. Focuspublicaba que el Gobierno no rescatará al banco. Cualquiera le podría haber dicho que el resultado sería una masacre.
Desde 2008, los inversores han asumido con razón o sin ella que los gobiernos in extremis siempre rescatarán a un banco grande.
Si al Deutsche lo abandonaran a su suerte, a nadie se le puede echar en cara que salga corriendo. Las acciones se hundieron y se llevaron consigo a todas las grandes bolsas. El martes pasado por la mañana seguían cayendo. Fue un gran error.
En realidad, Alemania no puede desentenderse del Deutsche Bank. Merkel podrá ser famosa por marear la perdiz, pero hay cinco razones por las que debe solucionar este embrollo enseguida.
Desde 2008, los inversores han asumido con razón o sin ella que los gobiernos in extremis siempre rescatarán a un banco grande.
Si al Deutsche lo abandonaran a su suerte, a nadie se le puede echar en cara que salga corriendo. Las acciones se hundieron y se llevaron consigo a todas las grandes bolsas. El martes pasado por la mañana seguían cayendo. Fue un gran error.
En realidad, Alemania no puede desentenderse del Deutsche Bank. Merkel podrá ser famosa por marear la perdiz, pero hay cinco razones por las que debe solucionar este embrollo enseguida.
La primera es que cuanto antes se solucione, mejor.
Como aprendimos en 2008, cuando los inversores empiezan a dudar de la credibilidad de un banco el juego se ha acabado, independientemente de que el negocio sea sólido o no.
El Deutsche no ha entrado exactamente en territorio de estampida bancaria, pero se acerca peligrosamente. Hay mucho que decir a favor de solucionar cualquier problema pronto y casi nada que aconseje dejarlo hasta el último minuto.
Como aprendimos en 2008, cuando los inversores empiezan a dudar de la credibilidad de un banco el juego se ha acabado, independientemente de que el negocio sea sólido o no.
El Deutsche no ha entrado exactamente en territorio de estampida bancaria, pero se acerca peligrosamente. Hay mucho que decir a favor de solucionar cualquier problema pronto y casi nada que aconseje dejarlo hasta el último minuto.
La segunda es que se evitarían otros rescates.
El Deutsche no es ni mucho menos la única entidad en apuros.
Los bancos italianos han sido una herida abierta durante todo este año y necesitan la recapitalización rápida, pero la insistencia alemana de rescatar a los depositantes ha supuesto un obstáculo para que ocurra.
Un salvavidas para el Deutsche Bank podría abrir la puerta a rescates de bancos por toda la eurozona y eso no puede más que ayudar a arreglar la debilitada economía continental.
El Deutsche no es ni mucho menos la única entidad en apuros.
Los bancos italianos han sido una herida abierta durante todo este año y necesitan la recapitalización rápida, pero la insistencia alemana de rescatar a los depositantes ha supuesto un obstáculo para que ocurra.
Un salvavidas para el Deutsche Bank podría abrir la puerta a rescates de bancos por toda la eurozona y eso no puede más que ayudar a arreglar la debilitada economía continental.
La tercera es que hay que estar pendiente de las elecciones en EEUU.
Alemania necesita presionar para que la ya anunciada reducción de la multa sea efectiva.
¿Será posible con Trump de presidente? Eh? no.
Hasta a Clinton le costaría, pero Obama podría llegar a un acuerdo en los últimos meses de su legislatura.
Alemania necesita presionar para que la ya anunciada reducción de la multa sea efectiva.
¿Será posible con Trump de presidente? Eh? no.
Hasta a Clinton le costaría, pero Obama podría llegar a un acuerdo en los últimos meses de su legislatura.
La cuarta es que la eurozona necesita una industria bancaria alemana en buen estado.
El excedente comercial alemán ya llega al 9 por ciento del PIB, casi todo con el resto de la zona de la moneda única.
Ese dinero debe ser reciclado de vuelta a la economía sólo si los bancos alemanes prestan por todo el continente.
Un banco fuerte puede hacerlo pero uno débil no. Si esto se alarga, la zona entera volverá a entrar en recesión.
El excedente comercial alemán ya llega al 9 por ciento del PIB, casi todo con el resto de la zona de la moneda única.
Ese dinero debe ser reciclado de vuelta a la economía sólo si los bancos alemanes prestan por todo el continente.
Un banco fuerte puede hacerlo pero uno débil no. Si esto se alarga, la zona entera volverá a entrar en recesión.
Por último, ¿alguien cree que el Deutsche es lo bastante fuerte como para sobrevivir a una desaceleración?
La economía alemana ha funcionado razonablemente bien. La eurozona ha vivido una recuperación leve.
Después, el BCE ha bombeado dinero furiosamente al sistema y, a pesar de todo, el Deutsche ha logrado meterse en apuros. Cuando la economía baje, será más complicado.
La economía alemana ha funcionado razonablemente bien. La eurozona ha vivido una recuperación leve.
Después, el BCE ha bombeado dinero furiosamente al sistema y, a pesar de todo, el Deutsche ha logrado meterse en apuros. Cuando la economía baje, será más complicado.
Un rescate no tiene por qué ser imposible. Merkel solo debe dejar claro que el Gobierno apoyará al Deutsche si es necesario. Necesita presionar a EEUU y decirle a la directiva del banco que se centre en el negocio. Con eso debería bastar.
Y si no, el Gobierno alemán debería tomar medidas y recapitalizar el negocio, como hizo Gran Bretaña con Lloyds en 2008, por ejemplo.
La propia amenaza de dejar que se estampe contra la pared es una locura y cuanto antes Merkel se dé cuenta de ello y tome las riendas, mejor.
La propia amenaza de dejar que se estampe contra la pared es una locura y cuanto antes Merkel se dé cuenta de ello y tome las riendas, mejor.
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