Volver a ver la vida. Ciclos de vida. La vida es muerte y la muerte es vida. Son ciclos naturales de la vida; morir para dejar nacer, nacer para después morir. Es intrínseco, lo uno sin lo otro no puede darse. Vivir la muerte sin sufrimiento, sin dolor, sin angustia, sin resistencia, es amar, amar a Dios sobre todas las cosas, pues es la creación, el valor de la creación.
Lo que más nos angustia es perder lo que ya conocemos pues no vemos. Los ojos del corazón se ciegan, se cierran con el sufrimiento. El nacimiento desde el amor, desde el corazón es un nacimiento bello, esperado.
Resulta desgarrador ver cómo nos anclamos en el sufrimiento, se paraliza la vida, se paraliza el rumbo, la persona se vuelve loca encontrando la salida.
Bellos seres que canalizáis haced llegar esto a la humanidad, pues una humanidad que sufre es una humanidad sin vida; y nada más lejos del propósito del Padre, amar y ver a sus hijos felices, complacientes, divirtiéndose y aprendiendo a disfrutar de sus dones. Regalos para el día a día, amaneceres llenos de entusiasmo, amaneceres y atardeceres de pasiones.
Llueve y cambia el rumbo de la vida, cambian sus notas ásperas, cambian por la alegría, se limpia y se ilumina, se desvanece… Siempre al final, todo llega y todo se calma. Nada es eterno, ni nada es igual. Todo cambia y se acelera, todo vibra, todo se mueve; la calma es lenta y todo lo entorpece, la alegría todo lo mueve.
Mudras fantásticos que nos ayudan a conectar, la oración, el sosiego y la paz interna, nos permiten conexiones neuronales positivas alejadas de las conexiones sin pautas y sin armonía.
Porque todo llega y todo se calma, todo se aleja para después ponerse en marcha…
Ilusiones que se desvanecen para después ver que son irrealidades generadas por una mente cansada. Cansada de dar vueltas y no encontrar, no encontrar lo que se buscaba… otra vez de nuevo desorientada, sin rumbo, aturdida y perdida en la nada…
EL VACÍO ES INTRÍNSECO AL TODO. NO EXISTE LA NADA. TODO ES Y TODO EXISTE, NADA ES Y NADA EXISTE.
Son figuras de un rompecabezas a punto de montarse, ahora desmontado y sin piezas, unas con otras revueltas.
Busco y no encuentro. ¿Qué es lo que busco? Te buscas a ti mismo/a, tu claro reflejo en las sombras, en la luz de la alegría. Te buscas a ti mismo/a en cada una de las notas de una sinfonía. Tardes de invierno, tardes de angustia desagradable, proceso interno de desarmonía.
Las notas suenan, golpean las unas con las otras, a empujones, queriendo ser sinfonía,baladas al viento, notas que lanzan destellos de alegría, ¡por fin parece que hay luz! Notas discordantes sonando todavía… Y todavía no me encuentro…, no encuentro la línea que une, la línea que gira, gira y da vueltas como una loca perdida…
Voces que gritan, que oyen sólo unos pocos y otros ni siquiera lo atisban… no son capaces de comprender lo que significa…
Dedos al viento, manos al aire, brazos cruzados, protegiendo almas todavía dispares, sin ganas, sin residuos, sin conexiones eficaces…
Todo se dificulta, se alarga, se expande formando formas geométricas algunas, que aparecen y desaparecen, cubículos que forman estructuras piramidales algunas. ¿Para qué, para qué sirve tanta desarmonía?
Mi corazón oye y mi corazón escucha. ¿Para cuándo la vida? ¡Basta ya de tanta muerte, tanta ignorancia compartida!
Hagamos un mundo mejor entre todos los humanos, que aunque compartiendo piso y alegría, camas y bebidas, tanta celebración y nunca es para celebrar la vida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta